El mal olor de las calles de Barcelona proviene de una finca del Parc Agrari de El Prat

Barcelona

Barcelona / periodico

GUILLEM SÁNCHEZ / BARCELONA

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El olor, el mal olor, ha sorprendido a los transeúntes de Barcelona este mediodía. La primera reacción ha sido buscar bajo la suela del zapato restos de un excremento de perro. Después revisar el abrigo para encontrar alguna mancha sospechosa. Nadie, que se sepa, ha llegado a olisquearse la axila. En el calle Consell de Cent, entre paseo de Gràcia y paseo de Sant Joan, los caminantes han intercambiado miradas sin osar decirlo en voz alta. Al final, los más avispados, le han puesto nombre a lo que ocurría formulando la pregunta: “¿Huele a mierda, no?”

A las dos del mediodía ha empezado la ola de llamadas al 012, al 010 y al 112. Más de un centenar. A este último teléfono, el de emergencias, han sido las más asustadizas, motivadas por la posibilidad de que se tratara de algún tipo de ataque, enmarcado en la psicosis derivada de los atentados yihadistas. El Ayuntamiento de Barcelona y Protecció Civil han comenzado la búsqueda del origen del mal olor.

Los técnicos municipales han contactado con el Puerto y han desplazado bomberos a la zona. La Autoridad Portuaria ha negado cualquier incidencia y los bomberos tampoco han encontrado nada. El registro de las primeras llamadas provenía del distrito de Sants-Montjuïc. Hacía allí se han desplazado trabajadores para revisar las cloacas. Las aguas fecales de la ciudad olían como de costumbre. Pero no peor. El hedor no emanaba de allí.

Los funcionarios de la Generalitat han contactado con la Agència de Qualitat Ambiental. La red de vigilancia atmosférica no había detectado ninguna fuga tóxica en el aire. A las cuatro de la tarde, a través de su cuenta de Twitter, han minimizado el peligro: “Respeto al olor de abono en #Barcelona se descarta origen en fuga química ni más afectaciones que las molestias”. No había riesgo. Molestias había.

Lo siguiente ha sido anunciar, tras hablar con el ayuntamiento, que tampoco había ningún incidente en el puerto ni en las cloacas. Lo ha hecho en otro tuit pocos minutos después: “Las cloacas de #Barcelona y Puerto de Barcelona informan de normalidad y ningún incidente que pueda ser la causa”.

Descartados los atentados o las fugas tóxicas, solo quedaba localizar la zona cero que desprendía el olor. En la red han seguido las comunicaciones ciudadanas llamando al olor por su nombre y arrojando un mapa de su alcance. Olía mal en Sants, en Les CortsEixamplePoblenou, incluso en Gràcia Sant Andreu.

Sobre las cuatro de la tarde, El Prat de Llobregat ha avisado a Protecció Civil para confesar que en su pueblo podía estar el foco. Allí se ha desplazado enseguida un técnico del ayuntamiento. Ha mandado fotos al Centre de Coordinació d’Emergències de Catalunya (CECAT) de un tractor removiendo estiércol en el Parc Agrari del Baix Llogregat. La confirmación gráfica ha permitido a Protecció Civil anunciar la resolución del enigma via Twitter: “El Ayuntamiento de El Prat de Llobregat confirma que el olor a abono en Barcelona y alrededores tienen origen en el Parc Agrari del Baix Llobregat”. En concreto, en una finca de cuatro hectáreas, de las 3.500 hectáreas que tiene el parque en total, matiza el gerente del organismo, Raimon Roda. El responsable añade que se trata de una práctica que se realiza habitualmente y que jamás hasta ahora había tenido estas consecuencias. 

El olor originado en El Prat habría avanzado luego hacia L'Hospitalet y finalmente hasta a Barcelona apoyado por los vientos del sur (garbí) que dominaban a primeras horas de la tarde. La situación meteorológica era de normalidad, con vientos flojos, han explicado fuentes de la Aemet y el Meteocat. 

Agricultura discrepa

El Departament d'Agricultura de la Generalitat, no obstante, considera muy poco creíble que el origen de un olor tan intenso y penetrante hayan sido unas tareas agrícolas rutinarias que se realizan todos los años. Técnicos de la 'conselleria' informan además de que la fertilización en las fincas del Parc Agrari se inició hace días y sorprende que ahora haya surgido el problema. Asimismo, consideran que los olores derivados de  tareas de este tipo -que ocasionalmente se perciben en zonas céntricas del municipio de El Prat- difícilmente pueden ser tan intensas como para llegar tan lejos, incluso en Barcelona.

Agricultura enviará por la mañana inspectores a todas las fincas de la zona para intentar detectar si se había producido alguna irregularidad, han añadido fuentes de la 'conselleria'