DECISIÓN DEL NUEVO EQUIPO DE GOBIERNO

Colau vuelca 96 millones del superávit en la ciudad

CRISTINA BUESA / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Uno de los argumentos recurrentes durante la campaña electoral de Barcelona en Comú (y en todo el mandato anterior de uno de sus miembros, ICV-EUiA) era que no concebían que el ayuntamiento gozara de una salud financiera encomiable mientras en la ciudad se acentuaban las desigualdades. Por eso, tras casi 100 días al frente del consistorio, sus responsables no podían aparecer ante la opinión pública con un superávit superior a 120 millones de euros sin sonrojarse.

Esta situación explicaría la decisión que tomó el miércoles la comisión de gobierno. "El superávit era excesivo y en vez de que ese dinero se quede en la caja queremos que se destine a ampliar la inversión social", proclamó el primer teniente de alcalde de Economía, Gerardo Pisarello. Los distintos departamentos han buscado en sus expedientes para proponer obras, ayudas a las familias y a los menores, planes de ocupación, fondos para la vivienda y un largo etcétera hasta alcanzar los 96 millones. La condición era que se pudiera ejecutar antes de acabar el año.

ERRORES EN LAS PREVISIONES

El presupuesto del 2015 es herencia del gobierno de CiU. De hecho, PSC y ERC lo apoyaron contra pronóstico e introdujeron algunas de sus prioridades. De esos números, expuso el gerente de Economía, Jordi Ayala, se estimaba que habría un superávit de 16 millones.

Pero los ingresos logrados por el consistorio, prosiguió, han sido "sensiblemente superiores a lo previsto". El responsable lo atribuyó a un "exceso de prudencia" del equipo anterior en asuntos como el IBI, las plusvalías o las liquidaciones del Estado.

PAGAR A 30 DÍAS

Pero disponer de esos 96 millones no es tan fácil. El consistorio, en tanto que sometido a la ley orgánica de estabilidad presupuestaria y financiera, está obligado a hacer un plan económico y financiero (PEF) en el que justifique su solvencia. Y la Generalitat deberá avalar esos planes. No obstante, tanto Pisarello como Ayala insistieron en la situación holgada de Barcelona.

De hecho, el teniente de alcalde repitió en varias ocasiones durante su comparecencia que se continuará pagando a 30 días (una frase que el exalcalde Xavier Trias repetía constantemente para avalar el músculo presupuestario municipal), que no se plantean gastar más de lo que tienen, que la buena situación financiera se mantendrá... Todas estas afirmaciones sonaban a escudo protector de las críticas que pueden recibir por esta decisión sobre las arcas municipales.

ANTES DE ENERO

El gerente explicó también que desde que llegaron al consistorio han analizado a qué proyectos destinarían más dinero. Pero una de las condiciones para formar parte de la lista era que se pudiera adjudicar o gastar la partida en dos meses, el tiempo que se calcula que quedará antes de que acabe el año una vez tenga la partida el visto bueno de todas las administraciones. "Por eso ha sido más difícil detectarlos", encajó Ayala, abierto a que con la negociación imprescindible que necesita BC para tirar adelante la modificación del presupuesto se introduzcan otros asuntos.

De los 96 millones la partida más importante (40,9) es para mejoras urbanísticas y del espacio público. Ahí se incluye mantenimiento de calles, aceras, iluminación o alcantarillado. Otros 29,4 millones son para ampliar el fondo infantil, el servicio de atención domiciliaria, las becas de comedor o ayudar a la compra de libros o material escolar. También se destinarán cuatro millones a la ampliación del Hospital del Mar. Y 12,7 millones a ayudas para la vivienda, entre otros.