'EL DON'

De mover chatarra al socio chino

José Mestre se convirtió en 15 años en líder del sector de contenedores

JOSEP-MARIA URETA
BARCELONA

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Sorprendida e incrédula. Así se toma la comunidad portuaria la detención de José Mestre, el Don, de 53 años, el segundo de seis hermanos –cuatro varones y dos mujeres– que heredaron de su padre, Juan Mestre, un negocio de chatarra en el puerto después de que este fuera detenido en 1981, acusado de robar latón de exportación de la empresa Metales Ribera.

José Mestre, que según algunas fuentes pasó una temporada huido para inculparse de ese robo de su padre, se hizo cargo del negocio en el que impuso su carácter de hombre exigente, reservado, meticuloso y con buenas relaciones con los poderosos.

Su trayectoria hasta ser líder portuario tiene dos hitos. El primero fue en 1996, cuando el nuevo presidente del puerto, Joaquim Tossas –su conseller era Artur Mas–,

afrontó una amenaza de huelga de estibadores con el trasfondo de la ruptura del monopolio del movimiento de contenedores del muelle Príncep d'Espanya, en manos de la compañía TCB. Mestre, con el apoyo del hombre fuerte de los sindicatos, Julián García, consiguió otra concesión para su empresa Tercat.

Ahí empieza su ascensión y notable fortuna. El liderazgo se completó con la alianza, en el 2006, con la empresa china Hutchison para gestionar la futura terminal del muelle Prat, aun no operativa. Hutchison pagó a Mestre unos 150 millones de euros por el 75% de Tercat. Que Mestre fuera aficionado al lujo no sorprendía en su entorno, que se pregunta por qué siendo tan rico, se implicó presuntamente en un turbio asunto de drogas.