LA ACTUALIDAD AZULGRANA

Bartomeu fulmina a Zubizarreta

El presidente del Barça despide al director deportivo por pérdida de confianza el mismo día en que se recrudece el pulso entre Messi y Luis Enrique

El presidente del Barça, Josep Maria Bartomeu, y el director deportivo, Andoni Zubizarreta, en el césped del Camp Nou

El presidente del Barça, Josep Maria Bartomeu, y el director deportivo, Andoni Zubizarreta, en el césped del Camp Nou / periodico

DAVID TORRAS / MARCOS LÓPEZ / BARCELONA

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Andoni Zubizarreta estaba este lunes a punto de subirse al autobús para realizar la tradicional visita a los hospitales cuando sonó su teléfono móvil. Cuando colgó, dio media vuelta y ya no acompañó al equipo. Acababa de ser destituido sin muchas explicaciones que las que después dio el club en un comunicado de cuatro líneas agradeciéndole "su aportación, dedicación y profesionalidad en estos últimos cuatro años". Menos de 24 horas después de la derrota en Anoeta (1-0)Josep Maria Bartomeu decidió sacrificar al director deportivo argumentado pérdida de confianza. Un conflicto más en medio de un ambiente de máxima tensión, agravado por la ausencia de Messi en el entrenamiento. Una inoportuna gastroenteritis justo cuando han trascendido sus diferencias, cada vez más evidentes, con Luis Enrique. Un gesto que puede interpretarse como un desafío público.

El partido de Anoeta fue quedando enterrado a medida que pasaron las horas. Primero, por la sospechosa desaparición de Messi y la decepción que provocó entre los más de 11.000 espectadores que acudieron al Miniestadi. Lo que parecía una crisis deportiva, una mala señal tratándose de Messi, reforzada por el disgusto que provocó su suplencia y algún roce con el cuerpo técnico, se agravó a primera hora de la tarde con el despido de Zubizarreta.

La coartada de Anoeta

La decisión, que en los últimos días ya planeaba a raíz de que el TAS rechazara el recurso del Barça y confirmara la prohibición de la FIFA de no fichar hasta enero del 2016, tiene un único responsable, como se especifica en la nota oficial: "El presidente del FC Barcelona, Josep Maria Bartomeu, ha decidido rescindir el contrato del hasta hoy director de fútbol del club, Andoni Zubizarreta". Según fuentes del club, el motivo del despido no son las declaraciones después del partido en las que se interpretó que señalaba a Bartomeu como responsable de la sanción de la FIFA por su condición de vicepresidente deportivo. 'Zubi' también negó que lo hubiera dicho con esa intención y que no hizo más que repetir una circunstancia sabida.

Pero resulta difícil desligar la reacción de Bartomeu de esas palabras, ni que sea para utilizarlas como pretexto para el argumento de la pérdida de confianza. Hasta no hace mucho el presidente había defendido reiteradamente la gestión del ejecutivo e incluso rechazó la dimisión que presentó a final de la pasada temporada. Con contrato hasta el 2016, ahora tocará indemnizarle igual que ocurrió hace poco con el director general, Antoni Rossich.

Leo 'sigue' al Chelsea

Pero el ruido no acabó ahí. A continuación, Carles Puyol, el posible sucesor de 'Zubi', anunció su marcha del club, en un gesto de solidaridad con quien le estaba tutelando en la que debía ser su nueva parcela. En esta situación, Bartomeu convocó una junta extraordinaria para este miércoles. Curiosamente, a petición de Toni Freixa, el directivo más crítico con 'Zubi' y con la junta tras ser defenestrado como portavoz y secretario, partidario de convocar elecciones este verano.

Antes de esa cita, el presidente realizará una rueda de prensa para dar explicaciones, 48 horas después del despido. También anunciará el sucesor, probablemente un nombre de perfil bajo de la casa. Pero hay otra crisis paralela a la institucional y ejecutiva. Es la crisis deportiva, simbolizada en el divorcio entre Messi y Luis Enrique. La estrella está nerviosa por la marcha del equipo. Y sus gestos abonan la inquietud. Este lunes, tras su ausencia matinal, la gastroenteritis no le impidió unirse a la cuenta del Chelsea en Instagram, además de seguir a dos de sus jugadores Filipe Luis y Courtois. Una cuenta que maneja personalmente. Si fue un acto a conciencia solo lo sabe él.

Messi mira al técnico con inquietud. No está feliz. El resto de la plantilla también observa con idéntica preocupación la gestión del entrenador. Manda Luis Enrique, pero no convence ni seduce a los futbolistas, desorientados con tanto cambio: 25 partidos, 25 alineaciones diferentes. Un problema latente que ahora se ha escenificado y que nadie sabe cómo evolucionará. Un desafío en el momento más inoportuno, después de desaprovechar la caída del Madrid, y con un calendario lleno de exámenesElche, el jueves en la Copa, y Atlético, el domingo en la Liga, y con el Camp Nou por testigo obligan a una reacción para evitar, quizá, una pañolada, lo que más teme la directiva.

Una derrota contra el equipo de Diego Pablo Simeone precipitaría los acontecimientos. De ahí también las prisas de Bartomeu en una decisión que tenía congelada para ejecutar cuando necesitara parar algún golpe y cubrirse las espaldas. Pero la cabeza de 'Zubi' no parece suficiente. Y en medio de todo este terremoto, queda la figura de Luis Enrique, erosionada por la involución del equipo y por el conflicto con Messi. En la noche de Reyes, vio cómo el club despedía a quien le eligió para el Barça, Zubizarreta, y a uno de sus mejores amigos, un posible puente con Messi y la plantilla, Puyol.