MUNDIAL DE MOTOGP
Fabio Quartararo o la desesperación del campeón
El joven piloto francés, de 22 años, actual 'rey' de MotoGP, compite con una Yamaha cuya potencia y velocidad punta es muy inferior a la Ducati, Honda, Aprilia y Suzuki
'El Diablo', que se reserva la opinión sobre su moto, reconoce que él da el 100% y que deberá esperar los circuitos con rectas más pequeñas para poder aspirar a ganar
Emilio Pérez de Rozas
Periodista
Licenciado en Ciencias de la Información por la UAB. Hijo de Carlos Pérez de Rozas, sobrino de Kike y Manolo Pérez de Rozas, integrantes de una auténtica saga de fotoperiodistas. Trabajó en Diario de Barcelona, fundador de El Periódico de Catalunya en 1978 también formó parte de la redacción en Catalunya del diario El País. Colaborador del diario deportivo Sport y vinculado al departamento de Deportes de la cadena COPE, que dirige Paco González. Emilio suele completar muchas de sus informaciones con sus propias fotos, en recuerdo a lo aprendido junto a su padre y tíos.
Emilio Pérez de Rozas
El Mundial de MotoGP ha empezado alocado, sin control, incierto, emocionantísimo, cierto, pero desconcertante. Las lesiones que sigue padeciendo el campeón catalán Marc Márquez (Honda), a quien todos, todos, reconocen una autoridad incuestionable cuando está bien (“Marc está un punto por encima de los demás”, confesó, el domingo, Alberto Puig, responsable deportivo del equipo Repsol Honda, tras su espectacular remontada del 24º al 6º), y el pobre papel protagonizado hasta ahora por los dos grandes protagonistas de la temporada pasada, el campeón francés Fabio Quarataro (Yamaha), de 22 años, y el italiano ‘Pecco’ Bagnaia (Ducati), ha permitido que el italiano Enea Bastianini (Ducati), ganador en Qatar y EEUU, el portugués Miguel Oliveira (KTM) y el catalán Aleix Espargaró (Aprilia) sean los triunfadores de las cuatro primeras carreras.
El desconcierto que rodea la actuación de Bagnaia, uno de los poquísimos pilotos, junto a Marc Márquez, que tienen ya contrato para los dos próximos años, es tremendo y, de momento, al margen de un pequeño choque de criterios a la hora de probar o no probar piezas durante los fines de semana, lo cierto es que ‘Pecco’ no acaba de dar con la tecla de su nueva moto que, por cierto, finalmente está equipada, por expreso deseo suyo, con el motor de la ‘Desmosedici’ del pasado año.
Poca potencia
Algo menos desconcertante, es verdad, es el papel que está teniendo el ‘Diablo’ francés, sin duda todo un campeonísimo, capaz de conquistar el cetro, el pasado año, sin tener, ni mucho menos, la mejor moto, que sigue siendo la Ducati. Quartararo, cuya moto en rectas de un kilómetro como la de Austin (Texas, EEUU), del pasado fin de semana, pierde hasta 10 kms/h. con respecto, no ya solo a la impresionante ‘Desmosedici’ sino también a la Honda y, ahora, incluso con respecto a la Suzuki, se defiende panza arriba como puede y se mantiene en el quinto puesto de la general, a 17 puntos de ‘La Bestia’ Bastianini.
“¿Si la moto está lista para poder aspirar a renovar el título?”, se pregunta Quartararo. “Tengo mi opinión, pero yo doy todo el tiempo mi 100%, en cada entrenamiento y en cada carrera”. Es evidente que la respuesta, sin palabras, es que la Yamaha M1 actual no está lista según su principal piloto, que está absolutamente solo ante el resto de compañeros de otras marcas. “Deberemos esperar, por ejemplo, trazados como Jerez, para aprovechar las condiciones de nuestra moto. Es evidente que nos falta potencia y es evidente que va a ser difícil encontrarla en lo que resta de temporada”. "¿Qué le pido a Yamaha?", se preguntó en un momento de los test invernales el francés, "algo muy sencillo: más potencia, más velocidad punta".
Quartararo, un piloto que ha elogiado tremendamente a Marc Márquez (“su ausencia nos hace mucho daño a todos, pues él ha sido, al menos para mí, la referencia en MotoGP”), asegura que la pelea que mantuvo con el ocho veces campeón de Cervera (Lleida) “volvió a ser toda una lección, en el sentido de que aprendo más peleando con él, aunque sea por la sexta plaza, como hicimos el domingo en Austin, que de muchos grandes premios que he acabado ganando”.
"¿Qué le pido a Yamaha?, algo tan sencillo como más potencia, más velocidad punta"
Es evidente que Quartararo sabe que, de momento, está en inferioridad de condiciones con respecto, no solo al resto de marcas, sino también al resto de favoritos. Y, en ese sentido, el ‘Diablo’ tiene la esperanza de que cuando lo tenga todo a punto, si es que consigue tenerlo, “podré pelear por las victorias”.
Una cosa es evidente y muy clara: Yamaha deberá esforzarse en los próximos grandes premios en mejorar la M1, en darle a su capitán, a su campeón, lo que necesita pues estamos en año de renovaciones y, posiblemente, muchas marcas aspiren a conseguir fichar a Quartararo, que ha demostrado que, con una moto competitiva, es permanente aspirante a la victoria. La firma de los diapasones corre peligro, y grande, de perder a su mejor valor, a su campeón.
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