Erradicada la rana toro en el Delta (o cuando el fin de una especie es una buena noticia)

La rana toro está erradicada (por ahora) en el delta del Ebro. Cada palabra de esta frase se debe pronunciar con la máxima cautela posible y con todos los matices necesarios, pero al menos ya se puede afirmar alto y claro, por muy prudente que se deba ser. Este anfibio de grandes dimensiones se detectó en forma de larva por primera vez en 2018. Como su presencia podía suponer un grave problema para el ecosistema deltaico, se atacó el problema de frente y con todos los medios disponibles.

Este verano, cinco años después y tras los últimos análisis de ADN realizados en las aguas donde se había detectado este animal, no se ha podido acreditar su presencia en el Delta. También se utilizaron redes de pesca para capturar posibles ejemplares, pero no apareció ninguno.

Para comprobar la validez de los datos recogidos, se practicaron escuchas en varios puntos, pero el canto de la rana toro (Lithobates catesbeianus) no se manifestó.

Abordaje certero

¿Por qué se ha logrado la (probable) eliminación de esta especie? Desde el parque natural del Delta consideran que las claves son la detección precoz, cuando este animal americano justo se empezaba andentrar en los humedales, y también la rápida y contundente actuación.

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A otras especies invasoras que se adentraron en el delta del Ebro, como la jabia azul o el caracol manzana, se les dejó mucho más margen de actuación. Por este motivo se expandieron sin control. En el caso de la rana toro, se procedió a delimitar con vallas un perímetro de seis kilómetros en el punto donde se había localizado.

Dentro de la zona cerrada, se organizaron capturas y monitoreos constantes, en los que participaron entidades, voluntarios, equipos de investigación y expertos.

En 2024 se repetirán las comprobaciones para confirmar su erradicación en los 15 puntos en los que este año no se ha detectado. Los técnicos de la Generalitat aseguran que todavía es temprano para cantar victoria de forma definitva. Sin embargo, el asalto parcial de esta temporada, lo ha perdido la rana.

Ancas de rana toro

La rana toro, autóctona en el noreste de América, es una de las especies invasoras más dañinas del mundo desde que se introdujo en Suecia y Finlandia para su aprovechamiento piscícola. Su capcidad de adaptación al medio le permitió extenderse a más de 40 países, de los que, a pesar de los grandes esfuerzos, aún no se ha logrado expulsar. Un buen ejemplo es lo que está sucediendo en varios territorios de Alemania, donde sus poblaciones no se reducen lo suficiente.

Esta rana causa graves desequilibros en los ecosistemas: desplaza (o directamente devora) a otros anfibios o reptiles autóctonos, a menudo modifica la estructura de la vegetación y es transmisora de enfermedades y parásitos como el hongo Batrachochytrium dendrobatidis, responsable del declive de muchos anfibios a escala mundial.