El cambio necesario

Casi el 95% de las empresas censadas en Catalunya son microempresas, cuando, desde un punto de vista estratégico, convendría tener más pequeñas y medianas. Para lograr la migración a un estadio empresarial superior se necesita un cambio de mentalidad

El cambio necesario_MEDIA_1

El cambio necesario_MEDIA_1

XAVIER CAPELLAS LÓPEZ. PROFESOR ASOCIADO DE LA UNIVERSITAT DE VIC-UNIVERSITAT CENTRAL DE CATALUNYA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Todo sistema tiene un punto óptimo donde la interrelación entre la eficiencia y la eficacia otorga al sistema una máxima funcionalidad. En este sentido, con respecto al ecosistema empresarial catalán y español, si tuviéramos que dibujar la pirámide poblacional de empresas, nos daríamos cuenta de que vendría definida por las siguientes características: tener una extensa base de microempresas y, al mismo tiempo, una franja un poco delgada en el tramo de las empresas medianas.

Efectivamente, considerando los datos publicados por el Idescat relativos al año 2017, el 94,57% de un total de 619.419 empresas y establecimientos radicados en Catalunya conformarían el segmento de las microempresas; un 4,15%, el segmento de las pequeñas empresas; un 0,97% el de las medianas, y finalmente, un 0,31% el de grandes empresas.

Si hiciéramos ahora un 'benchmarking' (comparación) con las pirámides empresariales de los países que practican más innovación empresarial, según la estadística recogida en el 'European Innovation Scoreboard' de la Comisión Europea, podríamos convenir como diagnóstico que nuestro tejido empresarial estaría sobreponderado en microempresas, le faltarían más pequeñas empresas, y le convendría tener más empresas medianas.

Tres virtudes

Ciertamente, disfrutar de una amplia red de microempresas otorga al sistema económico tres grandes virtudesflexibilidadadaptación y un tiempo rápido de respuesta al reto planteado. Sin embargo, que esta red sea demasiado extensa en una economía global, estructurada en tecnologías cada vez más complejas y caras, puede implicar que una parte importante de su tejido empresarial no tenga suficiente masa crítica para estar constantemente en la tensa cresta de las olas tecnológicas, lo que ayuda a mantener una baja productividad en comparación con el resto de las empresas de peldaños superiores.

Por lo tanto, es estratégico tener una buena base de empresas pequeñas y medianas, que permita alcanzar los retos radicales de competitividad actuales. Puede ser aleccionador el caso de las 'mittesland' alemanas, una red compenetrada de pequeñas (14,10%) y medianas empresas (2,4%), especializadas en la fabricación de productos de gran valor añadido gracias a sus economías en escala, y extremadamente orientadas a la exportación.

Subir peldaños

Sin embargo, la pregunta capital es cómo abrir una pasarela vertical en el sistema entre el mundo de la microempresa y el de la pequeña y, al mismo tiempo, entre el mundo de la pequeña y la mediana empresa, que permita la migración a estadios superiores. Los marcos para empezar a construir dichas pasarelas son básicamente tres: un cambio de mentalidad y de paradigma, unas palancas institucionales que lo faciliten y ventajas jurídicas que lo premien.

En cuanto al nuevo paradigma, es necesario pasar de un esquema de funcionamiento basado en la individualidad absoluta a un esquema de clara cooperación entre pymes fundamentado indefectiblemente en la honestidad y la ética. Las sinergias de la cooperación implicarán, por ejemplo, que dos o más micropymes se comporten en el mercado como una pequeña empresa, y así sucesivamente hacia arriba en la escala poblacional de empresas. Afortunadamente, tenemos casos reales que han demostrado ya la positividad de este nuevo paradigma. En Brainport, una de las regiones tecnológicas más punteras de Europa y del mundo, ubicada en la provincia holandesa de Brabante Septentrional, con capital en Eindhoven, no tienen ninguna duda de que buena parte de su éxito se ha fundamentado en dejar atrás una mentalidad individualista y pasar a un entorno plenamente de cooperación entre pymes, hasta el extremo que han consolidado como buenas prácticas compartir temporalmente técnicos y directivos entre ellas.

En relación a las palancas institucionales que pueden facilitar una aproximación entre las empresas, serán fundamentales, sin duda, las universidades que desarrollen funciones también de clústeres de investigación e innovación en concomitancia con instituciones locales dinamizadoras y el tejido empresarial de sus áreas de influencia. El vehículo operacional puede ser muy sencillo y al mismo tiempo operativo si, por ejemplo, varias empresas con el departamento de investigación de una universidad, desarrollan conjuntamente un nuevo producto mediante una 'joint venture'. Esto implicaría que estas empresas también actuaran en el mercado como si fueran una empresa de entidad superior, consiguiendo indirectamente un enderezamiento de la pirámide empresarial.

Incentivar las fusiones

Por último, desde el punto de vista jurídico, se deberán incentivar las fusiones entre pymes, premiando desde el ordenamiento jurídico las actitudes empresariales que han salido de su zona de confort para hacer un camino, que no es nada fácil, hacia una nueva zona de confort en el escalón empresarial superior. Los incentivos deben ser variados y acumulativos: desde incentivar fiscalmente las fusiones de pymes con un tipo del impuesto de sociedades extremadamente bajo durante los siguientes años de la fusión, hasta otorgar temporalmente en los concursos públicos un plus específico y adicional a las empresas concursantes que vienen de una fusión, entre otros incentivos.