Conflicto árabe-israelí

El pabellón de Israel en la Bienal de Venecia se niega a abrir por solidaridad con las familias de los rehenes

La artista Ruth Patir argumenta que se trata de una "postura de solidaridad con las familias de los rehenes"

La paciencia se agota para las familias de los rehenes israelíes: "Si vuelven todos en una bolsa, habrá una guerra civil"

Soldados italianos vigilan el pabellón de Israel en la Bienal de Venecia

Soldados italianos vigilan el pabellón de Israel en la Bienal de Venecia / Colleen Barry / AP

Irene Savio

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La noticia cayó a mitad mañana sobre Venecia como un jarro de agua fría. Meses de polémicas la habían precedido. Así fue como la artista Ruth Patir comunicó a último momento que había decidido no abrir el pabellón de Israel en la 60° Bienal de Arte de Venecia, que esta semana empezó sus inauguraciones a la prensa. Todo ello después de meses de polémicas por algunas voces que querían excluir a Israel del certamen por la guerra que mantiene en Gaza, lo que finalmente había sido rechazado por el Gobierno italiano

El pabellón israelí solo abrirá, dijo Patir, cuando “se alcance un acuerdo de alto el fuego y liberación de rehenes”. La decisión también fue comunicada con un cartel colocado en el exterior de la fachada de vidrio del pabellón, en cuyo interior debía exhibirse una obra en vídeo titulada Keening y que pretendía hablar de la vulnerabilidad de la vida.

Llegan así a su fin (al menos, por el momento) las grandes discusiones que ha suscitado el pabellón israelí en estos meses, después de que en febrero pasado un grupo de activistas llamado Art Not Genocide escribiera una carta pidiendo el veto de Israel, debido a sus “continuadas atrocidades en Gaza”. 

Art not Genocide

"La representación oficial de Israel en el escenario cultural internacional es un respaldo a sus políticas y al genocidio en Gaza", se leía en la carta. Entre los firmantes se hallaban la fotógrafa y activista Nan Goldin y artistas que representaban a sus países en 14 de los pabellones de la Bienal de este 2024, entre ellos, los de Nigeria, Chile y Finlandia.

Al hilo de esto, Art Not Genocide incluso recordó la decisión de Italia de excluir, en la década de lo 1960, a Sudáfrica debido al apartheid.

Años de polémicas

En las últimas décadas, la Bienal de Venecia ha sido un reflejo de la difícil relación de Israel con Medio Oriente. En 1982, una organización comunista incluso hizo estallar una bomba fuera del pabellón israelí (dañando algunas obras), después de que Israel invadiese el Líbano. Y, más recientemente, activistas pro-palestinos ocuparon brevemente el pabellón de Israel y la Colección Peggy Guggenheim.

Aún así, hasta ahora, Patir había hasta ahora dicho que el pabellón abriría, después de que un comité de profesionales del arte de Israel la eligiera para representar a su país en Venecia en septiembre, un mes antes del ataque de Hamas. Desde entonces, la artista ha llorado regularmente por esos ataques y por la represalia de Israel en Gaza, y ha participado en protestas en Israel para exigir la renuncia primer ministro Benjamin Netanyahu, según dijo en entrevista con el New York Times