Estados Unidos

El estado de Georgia ejecuta a un condenado por primera vez en casi un lustro

Grupos contrarios a la pena de muerte intentaron detener la ejecución argumentando racismo y discapacidad intelectual

Bandera de Estados Unidos.

Bandera de Estados Unidos. / Vesa Moilanen/Lehtikuva/dpa - Archivo

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El estado estadounidense de Georgia ha llevado a cabo este miércoles su primera ejecución a muerte de un preso en más de cuatro años, desde que la pandemia de la COVID-19 pausara este tipo de aplicación de la condena a muerte.

Las autoridades han realizado la ejecución de Willie Pye, declarado culpable y sentenciado a muerte por el asesinato de Alicia Lynn Yarbrough en 1993, mediante inyección letal sobre las 23.00 horas (hora local), varias horas después de lo dispuesto, en una prisión de Jackson, según reza un comunicado del Departamento Correccional de Georgia.

Pye y su defensa había abogado por que se le perdonara la vida, alegando una discapacidad intelectual, una educación problemática y una asistencia letrada ineficaz. La petición defendía una sentencia de cadena perpetua. Sin embargo, el Tribunal Supremo de Estados Unidos ha denegado sus apelaciones finales.

Los grupos contrarios a la pena de muerte habían intentado detener la ejecución del condenado, que es negro, argumentado que estaba representado por un abogado de oficio acusado de utilizar insultos raciales en otros casos y agregando que sus antecedentes muestran que tiene signos de discapacidad intelectual, potencialmente causada por el síndrome de alcoholismo fetal.

Los registros judiciales indican que Pye fue declarado culpable en 1996 -tres años después de cometer el crimen- de homicidio doloso, secuestro con lesiones corporales, robo a mano armada, allanamiento de morada y violación en el asesinato de Yarbrough, con quien mantenía una relación sentimental intermitente. Sus cómplices están cumpliendo cadena perpetua.

Desde que el Supremo estadounidense restableció la pena de muerte en 1976, ha habido 76 personas ejecutadas en Georgia. Pye ha sido el recluso número 54 ejecutado mediante inyección letal. Actualmente, en el estado hay 35 hombres y una mujer condenados a muerte, según los datos proporcionados por el Departamento Correccional de Georgia.