Contrato con Washington

"Nadie podrá esconderse": SpaceX de Elon Musk desarrolla una red de satélites espía para Estados Unidos

La guerra entre Rusia y Ucrania también se libra en el cielo con Starlink

El magnate tecnológico Elon Musk, director de X (Twitter), Tesla y SpaceX

El magnate tecnológico Elon Musk, director de X (Twitter), Tesla y SpaceX / Michael M. Santiago / AFP

Carles Planas Bou

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SpaceX, la empresa aeroespacial dirigida por Elon Musk, está construyendo una red de cientos de satélites espía para una agencia de inteligencia de Estados Unidos.

Según destapó el sábado Reuters, el proyecto forma parte de un contrato de 1.800 millones de dólares que la compañía capitaneada por el magnate tecnológico firmó en 2021 con la Oficina Nacional de Reconocimiento (NRO), el organismo estadounidense de defensa que se encarga de lanzar y gestionar satélites de reconocimiento.

SpaceX es el mayor operador de satélites del mundo. Consciente de ello, El Pentágono le encargó el desarrollo de un enjambre de cientos de satélites de baja órbita conocido como 'Starshield' que Washington utilizará con fines de espionaje. Así, sería como contar con ojos en el cielo capaces de rastrear objetivos sobre el terreno, compartiendo esas imágenes directamente cono los mandos militares.

"Nadie podrá esconderse"

Fuentes internas han explicado a la agencia de noticias que, de tener éxito, el programa "mejoraría significativamente" el poder del Gobierno y del ejército de EEUU "para detectar rápidamente objetivos potenciales en casi cualquier parte del mundo". "Nadie puede esconderse", han añadido, remarcando sus posibles capacidades.

"La Oficina Nacional de Reconocimiento está desarrollando el sistema de inteligencia, vigilancia y reconocimiento basado en el espacio más capaz, diverso y resistente que el mundo haya visto jamás", confirmó a Reuters un portavoz de la agencia. Aun así, se desconoce qué otras empresas participan en el proyecto y cuándo entará en funcionamiento.

Competición en el espacio

Los planes ilustran la prolífica relación entre la empresa de Musk y el complejo militar-industrial estadounidense. El multimillonario y la administración Biden han tenido sonadas diferencias, especialmente alrededor del uso de satélites en la guerra de Ucrania. Sin embargo, el nuevo contrato apunta a una mayor confianza en SpaceX.

El proyecto Starshield supone un paso más en la creciente competición de las grandes potencias del mundo para dominar el espacio por la vía militar. China también planea desplegar sus propios satélites de vigilancia. "Instamos a las empresas estadounidenses a que no ayuden a un villano a hacer el mal", publicó el domingo Junzhengping, una cuenta gestionada por las fuerzas armadas bajo control del Partido Comunista Chino.

Esta red espía es independiente de Starlink, el proyecto que se sirve de una constelación de 5.500 satélites de baja órbita para proporcionar conexión a Internet de forma global y sin necesidad de infraestructuras terrestres como cables submarinos.