Misión espacial

El cohete Starship completa un viaje casi perfecto y acerca el sueño de volver a la Luna

Esta nave, diseñada por SpaceX, se utilizará para las misiones lunares del programa Artemis que llevarán a una mujer a la Luna en 2026

Luna, Marte y más allá: las futuras misiones que se propone protagonizar Starship

Imagen del cohete Starship, de la compañía SpaceX, minutos antes de su lanzamiento.

Imagen del cohete Starship, de la compañía SpaceX, minutos antes de su lanzamiento. / CHANDAN KHANNA

Valentina Raffio

Valentina Raffio

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El cohete más potente jamás construido por nuestra especie, el mismo que promete volver a llevar a la humanidad a la Luna y hasta soñar con los primeros pasos humanos en el planeta rojo, ha logrado por primera vez completar un vuelo casi perfecto. Tras el estrepitoso fracaso de abril del año pasado (cuando el cohete explotó tan solo unos segundos después del despegue) y la amarga decepción de noviembre (cuando la nave logró superar los escollos iniciales pero también acabó estallando), este jueves, en su tercer intento, el cohete Starship de SpaceX ha conseguido superar su mayor prueba hasta la fecha, ha completado casi todos los hitos que se había propuesto pero, finalmente, "se ha perdido" durante la última fase de la misión mientras intentaba volver a entrar en la atmósfera terrestre.

Starship ha despegado este jueves al mediodía (hora peninsular española) desde la base espacial Starbase, situada en el sur de Texas, cerca de la famosa playa de Boca Chica y a unos 30 kilómetros de la localidad estadounidense de Brownsville. Este vuelo era, en realidad, una mero test técnico ideado para poner a prueba el funcionamiento de todos los componentes implicados en la misión.

El cohete se ha perdido durante la fase de reentrada en la atmósfera, pero desde SpaceX defienden que el vuelo ha sido un éxito

En el transcurso de su recorrido, además, la misión ha realizado con éxito varias maniobras clave para futuras misiones. Por ejemplo, ha conseguido abrir las compuertas (algo muy importante para que, en un futuro, se pueda utilizar el cohete para lanzar instrumentos científicos al espacio). También ha logrado realizar la maniobra de transferencia de combustible entre tanques (un proceso imprescindible en el diseño de futuras misiones lunares y que NASA ha subvencionado con más de 52 millones de dólares). 

Los tres fallos

En la otra cara de la moneda, en su tercer vuelo, Starship solo ha sufrido tres fallos. O mejor dicho, tres tareas que no se han podido completar como se había previsto. La primera tiene que ver con el propulsor del cohete, el SuperHeavy, que ha acabado explotando. La segunda tiene que ver con un fallo en el encendido de los motores durante la última fase de la misión, cuando la nave se disponía a reentrar en la atmósfera terrestre. Y la tercera es la pérdida de la nave espacial durante el proceso de regreso a la Tierra. Aun así, sus impulsores afirman que el vuelo ha sido todo un éxito y que, con ello, acerca a la humanidad al sueño de volver a la Luna, llegar a Marte y quién sabe si viajar incluso más allá.

El cohete más potente del mundo

El cohete es un verdadero gigante de más de 120 metros de altura, casi diez metros de diámetro y una masa de aproximadamente 5.000 toneladas. A diferencia de sus predecesores, como los empleados para el programa Apolo, este vehículo ha sido diseñado para ser completamente reutilizable. De hecho, la estructura en sí se divide en dos etapas: un propulsor, conocido como Super Heavy, y una nave espacial bautizada como Starship. Estas piezas han sido ideadas para despegar de forma conjunta y desacoplarse en el proceso de vuelo para que, después, el propulsor vuelva sano y salvo a la Tierra y la nave espacial continúe su camino por el espacio. En ambos casos, estos instrumentos cuentan con el impulso de decenas de motores Raptor, unos de los más potentes jamás construidos.

Se trata del vehículo espacial más grande de la historia, con unos 120 metros de altura y casi diez de diámetro

La misión tuvo un arranque más que explosivo. En abril, en su primer intento de vuelo, Starship consiguió despegar de forma exitosa pero explotó tras tan solo unos segundos de vuelo. Entonces, SpaceX afirmó que la nave había experimentado un "rápido desmontaje no programado" pero que, aun así, el vuelo había sido un éxito porque les había permitido "aprender mucho" sobre el funcionamiento de este cohete.

Meses más tarde, en noviembre, la compañía de Elon Musk intentó de nuevo lanzar esta nave espacial y, aunque consiguió que las dos etapas del cohete se desacoplaran correctamente, las piezas volvieron a explotar. Análisis posteriores desvelaron que, además, la órbita del cohete se había desviado respecto a las estimaciones iniciales y que varios de los motores de la aeronave habían fallado. Por eso mismo, la compañía ha esperado varios meses antes de intentar un nuevo lanzamiento y, por fin, ha conseguido un vuelo casi perfecto.