Crisis en la isla

¿Qué está pasando en Cuba? Las claves de las protestas por los apagones y la escasez

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Protestas y problemas en Cuba tras el apagón eléctrico prolongado después del huracán Ian en La Habana

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Abel Gilbert

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La protesta social ha tocado nuevamente las puertas de Cuba, esta vez en territorio oriental, nada menos que en Santiago, la ciudad donde en el lejano julio de 1956 comenzó la insurrección contra la dictadura de Fulgencio Batista. "Corriente y comida" reclamaron a gritos centenares de personas. La bronca acumulada por cortes de luz y escasez terminó por hacerse visible y audible. Si bien el Gobierno cortó internet, las imágenes del malestar lograron salir de la isla a través de las redes sociales. Tras horas de silencio, el presidente Miguel Díaz-Canel terminó por reconocer que el conflicto volvió a tomar la calle. "Varias personas han expresado su inconformidad con la situación del servicio eléctrico y la distribución de alimentos", admitió. "Este contexto se intenta aprovechar por los enemigos de la Revolución, con fines desestabilizadores", añadió en su cuenta en la red social X.

Díaz-Canel debió cambiar el tono de júbilo por el triunfo electoral de Vladímir Putin, a quien felicitó calurosamente, por el de la preocupación. La fuente del malestar no es la escasez ni una vida a oscuras sino la intervención externa. "En las últimas horas, hemos visto cómo terroristas radicados en EEUU, que hemos denunciado en reiteradas ocasiones, incentivan acciones contra el orden interior del país". Díaz-Canel aseguró que existe una "disposición de las autoridades del Partido, el Estado y el Gobierno" de "atender los reclamos de nuestro pueblo, escuchar, dialogar, explicar las numerosas gestiones que se realizan para mejorar la situación". Pero eso debe suceder "siempre en un ambiente de tranquilidad".

Reiteró que, al igual que el estallido social del 11 de julio de 2022 que abarcó varias ciudades, las sanciones norteamericanas son las que crean las condiciones para el enojo colectivo. "En medio de un bloqueo que pretende asfixiamos, seguiremos trabajando en paz para salir de esta situación".

Malestar acumulado

Los recuerdos del 11J, que terminó con numerosos detenidos, procesados y condenados por el delito de "sedición" afloraron el domingo en la mayor de las Antillas. Los cortes de luz, la carestía y la escasez se habían incrementado durante las últimas semanas. La movilización de este domingo llegó hasta el centro de Santiago. Entre las imágenes que circularon en las redes, una da cuenta de la magnitud de la crisis. Beatriz Johnson Urrutia, recientemente nombrada como secretaria del Partido Comunista de Cuba en la provincia, trata de que los ciudadanos retornen a sus hogares. Lo hace desde el techo de una casa, pero su autoridad es permanentemente puesta en entredicho: la interrumpen a los gritos. "No queremos muela (discursos)", le hicieron saber. La situación no tiene precedentes en 65 años.

Al igual que lo sucedido en 2022, la consigna "patria y vida", un reverso de la estatal "patria y muerte" que el castrismo acuñó en 1960, volvió a escucharse con fuerza. Así se llama una canción grabada por cubanos en el exilio que alcanzó enorme difusión dentro de la isla. También se reportaron incidentes en Bayamo, una ciudad perteneciente a la provincia de Granma, donde, según las redes sociales, se coreó "el pueblo unido jamás será vencido", un lema que proviene de los años de la Unidad Popular en Chile. La situación en la provincia de Holguín era a su vez de tensa expectativa.

De acuerdo con Granma, el órgano oficial del Partido Comunista, hubo un "diálogo franco y abierto" entre "un grupo de personas" y Urrutia, a quien se le reclamó "el desbalance horario en el suministro de energía eléctrica y las afectaciones con productos como la leche para los niños". La propia funcionaria aseguró que la población "fue respetuosa y escuchó de forma atenta la información que le brindó la dirección del municipio en torno a la distribución de la canasta (alimentaria)". También se conversó "sobre el suministro de energía eléctrica" y la "disponibilidad del combustible".

Según el ministro de Exteriores, Bruno Rodríguez, "buscan la asfixia con el bloqueo genocida y, sobre las carencias y dificultades cotidianas que nos imponen, articulan su otra guerra desde las plataformas que dominan y usufructan".

Los nuevos incidentes están precedidos por un clima enrarecido. En medio de la crisis energética y el aumento de un 500% del precio de los combustibles, como parte de un ajuste que alcanza a diversas áreas, no solo cayó en desgracia el ministro de Economía, Alejandro Gil Fernández, sino que ha sido imputado por delitos que no se especificaron con claridad.

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