Argentina

El narcotráfico desafía a Javier Milei con una inédita ola de violencia en Rosario

El presidente argentino anuncia el refuerzo de los contingentes de las fuerzas de seguridad para triplicar las operaciones contra las bandas criminales

La amenaza del narcotráfico atraviesa Argentina (y la campaña electoral) con Rosario como su máximo exponente

Imagen difundida por el Gobierno de Santa Fe de presos de la cárcel de Piñero, en Rosario.

Imagen difundida por el Gobierno de Santa Fe de presos de la cárcel de Piñero, en Rosario. / AFP

Abel Gilbert

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"Son ellos o nosotros". El presidente Javier Milei ha decidido lanzar una ofensiva contra el narcotráfico que asola Rosario, la segunda ciudad argentina, de la que Leo Messi es oriundo. El Gobierno de ultraderecha ha redoblado el envío de fuerzas federales para enfrentar una inédita ola de violencia que, desde hace días, involucra a inocentes. Las bandas asesinaron por azar a cuatro personas en respuesta a un recrudecimiento de las condiciones carcelarias que afectan a sus líderes, y amenazaron con elevar a 300 las muertes de esas características. De acuerdo con cifras oficiales, 2023 terminó con 258 homicidios, resultado de las luchas entre bandidos por el control territorial. A través de un mensaje anunciaron la unión de su poder de fuego para sembrar el terror en Rosario. El Gobierno los ha calificado de "narcoterroristas". Milei ha lanzado una advertencia: "No vamos a dejar de perseguirlos", ha dicho este domingo.

El anarcocapitalista hace responsable a la socialdemocracia, histórica administradora de la ciudad, del crecimiento del narcotráfico. Ubicada unos 400 kilómetros al norte de la capital argentina, Rosario, con 1,3 millones de habitantes, forma parte de la provincia de Santa Fe. Las bandas acaban de declarar como enemigo a su gobernador, el centroderechista Maximiliano Pullaro.

La situación, que había tenido un pico de dramatismo en 2023, se agravó días atrás cuando se exhibieron imágenes de una unidad penitenciaria en la que cumplen sus penas "soldaditos" y "capos" de esas pandillas que siembran el pánico en muchos barrios. Los presos fueron mostrados como si estuvieran en una prisión salvadoreña: con el torso desnudo y sentados en fila india con la cabeza gacha. Fueron filmadas requisas de celdas y medidas de extremo aislamiento. El estilo (Nayib) Bukele, un presidente admirado por Milei y su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, suscitó una inmediata respuesta desde afuera de las cárceles.  Los rosarinos entraron en pánico y las calles se vaciaron. A pesar de los anuncios gubernamentales, circulan pocos buses y taxis. La atención en las gasolineras es mínima. Por la noche, una parte de Rosario se transforma en un pueblo fantasma, sin movimiento. La otra, a la vera del río Paraná, más lujosa, mantiene sus ritos nocturnos como si nada sucediera a pocos kilómetros.

Triplicar las operaciones

Las autoridades ejecutivas se han comprometido a enviar más contingentes de la Gendarmería Nacional, la Policía Federal, la Prefectura Naval, el Servicio Penitenciario y la Policía Aeroportuaria. El Gobierno es partidario de incluir en el combate contra el narcotráfico a los militares, a pesar de la prohibición para que actúen en asuntos internos. Por el momento solo ofrecerán respaldo logístico. Lo que se busca es triplicar la acción operativa de las fuerzas de seguridad, ampliar las recompensas para quienes aporten al esclarecimiento de los hechos e intensificar los controles de vehículos y personas, lo que fue entendido como una militarización de la vida cotidiana. "Requerimos la predisposición de la ciudadanía".

Milei expresó este domingo su confianza "en las Fuerzas Federales que con coraje y esfuerzo nos representan en todo el país". Argentina, sostuvo, "debe dejar de ser un país amigable para sicarios y narcos para volver a ser un país para los honrados".

"Los ideólogos y ejecutores de estos hechos, que no dudamos en calificar como terroristas, pretenden recuperar los privilegios que tenían: tener celulares, visitas íntimas ilimitadas, y sobre todo organizar y cometer delitos desde la cárcel", dijo Pullaro, quien ganó en octubre pasado las elecciones provinciales con la promesa de una "mano dura" implacable. Rosario tiene la mayor tasa de homicidios de este país: 22 por cada 100.000 habitantes, lo que quintuplica el promedio a nivel nacional. En enero de 2023 se cometieron 26 asesinatos, mientras que en el mismo mes del presente año hubo 15. En febrero de 2023 se registraron 33 asesinatos y en febrero de 2024 hubo solo siete. Las amenazas lanzadas ahora por las bandas, materializadas en cuatro crímenes, presagian la vuelta de los peores índices de violencia. El gobernador acelera la construcción de una prisión de máxima seguridad diseñada a imagen y semejanza de las de El Salvador.

Crecimiento exponencial

Los especialistas aseguran que Rosario se ha convertido en la punta de lanza de un inédito desafío al Estado. Ha penetrado en el servicio penitenciario, los tribunales y la misma policía. Hace 15 años, Laura Etcharren, autora de Esperando Las Maras, había llegado a la conclusión de que se habían generado las condiciones para la expansión de peligrosos grupos delictivos. La región central de la Argentina, compuesta por la capital y las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, a la que pertenece Rosario, Córdoba y Entre Ríos, concentran el 65% de la violencia por narcomenudeo (ventas en pequeña escala) del país. Por la zona norte, limítrofe con Bolivia, Brasil y Paraguay, entra el 70% de las sustancias ilícitas. Rosario tiene a su vez el puerto más importante del país, con salida al mar a través del río de La Plata. Los especialistas sostienen que el nivel de consumo de droga ha alcanzado niveles cercanos al de muchas capitales europeas. Los grupos locales que la administran tienen relaciones con bandas extranjeras poderosas. Se lucran con la exportación, pero, sobre todo, la venta minorista de la droga.

En Rosario, la historia detrás de la mafia narco que se adueñó de la ciudad, Germán de los Santos y Hernán Lascano diseccionaron la trama que une al crimen y con el poder, a cielo abierto. Argentina es un país donde el dólar constituye algo más que un problema económico, con sus múltiples cotizaciones. Rosario le añade una: el "dólar banana" cuesta más que el llamado "dólar blue" del mercado paralelo porque es al que recurren los narcos cuando blanquean el dinero acumulado en sus transacciones. Esas sumas se "invierten" en la construcción. El poder del delito se yergue en la zona más acomodada de la ciudad mientras zumbas las balas muy cerca de esos apartamentos y urbanizaciones.