Henrique Cymerman: "Los países árabes tendrían que controlar Gaza durante un tiempo"

Henrique Cymerman (Oporto, 1959) es periodista y presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Israel-Países del Golfo Pérsico. Su dilatada carrera como corresponsal en Oriente Próximo empezó en los años 80 en este diario, pero durante más de 40 años sus crónicas se han podido leer en cinco idiomas alrededor del mundo. 

¿En qué punto se encuentra actualmente el conflicto? 

Hay varias cosas en marcha, pero el asunto primordial ahora es la liberación de los 136 rehenes que quedan. 

¿El fin del conflicto está directamente ligado a la liberación de los rehenes?

Totalmente. Eso es lo que la opinión pública ha pedido al Gobierno que persiga por delante de la desmilitarización de Hamás. Como dijo Herzog: “No nos pidan que hablemos ahora de soluciones políticas frías, concretas, cuando aún estamos enterrando a nuestros muertos. Ahora es el momento de terminar de liberar a nuestros rehenes y de enterrar a nuestros muertos”. 

Si se libera a los rehenes y se termina la guerra, ¿habría después represalias contra Gaza?

Es difícil saberlo, porque aquí la pregunta es qué va a pasar con los líderes de Hamás. Si es que se van a ir de Gaza, por ejemplo, como ocurrió en el 82 con Arafat. Yo creo que lo que quieren es mantener su Gobierno en Gaza, y eso es lo que Israel no quiere y tampoco Estados Unidos. Es más, tampoco el mundo árabe lo desea. A la larga, lo que estos países quieren es que la Autoridad Palestina vuelva a controlar Gaza de la misma manera que lo había hecho hasta el 2006, cuando Hamás dio un golpe de Estado. 

¿Es Hamás un interlocutor válido para las negociaciones?

No, lo es la Autoridad Palestina. Eso es lo que dice todo el mundo, incluido Biden. Y más ahora que se está empezando a diseñar ya el día después.

¿Cómo cree que será?

En primer lugar, se debe estabilizar la situación militarmente con la intervención de los países árabes. Después, económicamente. Se calcula que hace falta una inversión de 50 mil millones de dólares en Gaza para reconstruirla. Y la población no tiene por qué seguir sufriendo, son igualmente rehenes de las armas desde 2007. Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Marruecos y Jordania tendrían que controlar Gaza durante un tiempo y permitir ayudar, estabilizar, empezar a reconstruir, para luego pasarlo a la Autoridad Palestina renovada que vendría de Cisjordania a Gaza. 

¿La “fórmula de dos Estados" de Israel y Palestina sigue siendo viable? 

Conforme pasa el tiempo es cada vez menos viable. Pero yo considero que es la opción menos mala, porque la alternativa es una guerra civil eterna en un solo Estado o una continuidad de la ocupación. La mayoría de la población israelí estaría dispuesta a un Estado palestino a cambio de seguridad.

¿Se devolverían territorios ocupados al Estado palestino?

Israel ya lo ha propuesto varias veces. En el 2000 les ofrecieron prácticamente todo. Estuve ahora en Davos con el exministro de Exteriores, que fue quien negoció en Camp David con Arafat, y me contó que en su momento les ofrecieron una bandera en Al Aqsa, Jerusalén Oriental como capital, un 97% de Cisjordania y todo eso a cambio del tres o 4% de los asentamientos. Se negaron. Luego perdieron una oportunidad aún mejor en el 2008. Yo creo que no podemos permitir que pierdan la oportunidad una vez más. 

Usted ha instado también a Palestina a unirse a los acuerdos de Abraham para poder hacer posible una especie de “Plan Marshall” en Gaza. 

Hasta el coronavirus, yo tenía un encuentro regular con el presidente palestino una vez al mes, y en uno de esos encuentros, antes de los acuerdos de Abraham, le conté que había estado en el Golfo y que intuía que algo grande estaba ocurriendo. Él me dijo que ese iba a ser el gran “game changer” del futuro. Pero, cuando se negociaron los acuerdos, hace tres años y medio, los palestinos dieron un paso atrás y vieron en ellos una amenaza al ver un acuerdo entre los países árabes e Israel evitando a Palestina. Yo todo el tiempo he animado a que se subieran al tren. Después de este cataclismo del 7 de octubre, hay una nueva oportunidad. El reloj vuelve a empezar. Yo espero que ellos tengan la sabiduría de hacerlo y sobre todo, que se unan a esta necesidad de llevar un Plan Marshall a Gaza. Saudís, emiratís, egipcios y jordanos pueden ser mentores de un futuro Estado palestino. 

¿Cree que la denuncia contra Israel por genocidio interpuesta el mes pasado en la Corte Internacional de Justicia está justificada?  

Creo que es un grave error. Creo que si hubo algún exceso israelí durante esta guerra será investigado en su momento. Pero acusar al pueblo judío de genocidio es bastante cínico. Sudáfrica mantiene contactos con Hamás desde hace años. Contactos muy profundos. Y por eso se tomó la molestia de hacer este este paso que yo creo que en vez de acercar la paz, la aleja. Yo creo que mi principal mensaje es que si queremos acercar la paz hay que enseñar empatía a las dos partes. Hay que entender las tragedias y los muertos de las dos partes y no ignorar a una y apoyar la otra.  

¿Cree que sigue siendo posible llegar a esta empatía?

Espero que sí. Si realmente crees en la paz, lo único que tienes que hacer es escuchar a las dos partes e intentar acercarlas. Ponerse a gritar en las calles: “Del río, al mar” [el lema 'From the river to the sea, palestine will be free' se corea habitualmente en las manifestaciones propalestinas] respalda la eliminación del Estado de Israel y es simplemente ser muy ignorante, es no entender lo que estás haciendo. 

Recientemente ha salido también a la luz el plan de crear una isla artificial frente a Gaza. ¿El Gobierno lo está estudiando? 

No, no y no, no es factible. El gobierno no lo está estudiando. Algún idiota útil dijo una estupidez y alguien le ha dado crédito. Mucho cuidado. Lo digo como periodista. No nos damos cuenta y convertimos en relevantes posiciones de gente que es irrelevante. Yo rogaría a mis colegas, a mis compañeros, que sean un poquito más serios y que antes de citar gente irrelevante, tengan un poquito más de cuidado porque están formando opinión pública y están convirtiendo la realidad en una caricatura.  

¿Qué papel tienen las fake news en todo esto?

Uno enorme. Y es muy problemático porque la gente se lo cree. Y yo puedo decir lo que me apetezca. Si se lo creen y eso forma opinión pública, puede radicalizar a la gente y hay que tener mucho, mucho cuidado. Yo tengo la impresión de que en ese aspecto aquí se está haciendo un mal trabajo. Demasiados colegas caen en los ‘fake news’ o en la caricatura.

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