Rusia acusa a Ucrania de derribar un avión con presos ucranianos y Kiev sugiere que Moscú los puso en peligro adrede

Rusia ha acusado a las fuerzas ucranianas de derribar en la región rusa de Bélgorod, fronteriza con Ucrania, un avión ruso de transporte militar Ilyushin Il-76 con una 65 prisioneros ucranianos a bordo que iban a ser intercambiados por prisioneros de guerra rusos. En Kiev, mientras fuentes oficiales del Gobierno de Volodímir Zelenski demandaban tiempo para analizar todos los detalles de lo sucedido, el Directorio Principal de Inteligencia (GUR MO), los servicios secretos dependientes del Ministerio de Defensa, dijeron desconocer quién se encontraba en el avión, pero daban a entender que el bando ruso podía haber puesto deliberadamente en peligro a los presos ucranianos, ya que en ningún momento fueron informados de la necesidad de garantizar la seguridad del espacio aéreo de Bélgorod en un periodo de tiempo determinado, como se había realizado anteriormente en otros intercambios.

El comisario de derechos humanos de Ucrania, Dmitro Lubinets, figura encargada de los intercambios de prisioneros con Rusia, pidió prudencia a los medios de comunicación locales e internacionales. "Llamo a los medios de comunicación a no extraer conclusiones apresuradas", ha demandado en las redes sociales. "El enemigo es insidioso y conocemos los métodos que Rusia utiliza para desestabilizar a la sociedad", ha apostillado, en referencia a las tácticas rusas de desinformación y al gran historial de provocaciones que ha empleado tradicionalmente el Kremlin con su vecino occidental para responsabilizarle de acciones controvertidas.

El comunicado emitido por los servicios de inteligencia militar ucranianos admite que su país carece de "información fiable y completa" sobre "quién se encontraba en el avión". Tan solo confirma que "la parte ucraniana no fue informada sobre la necesidad de garantizar la seguridad del espacio aéreo en el área de la ciudad de Bélgorod durante un cierto periodo de tiempo". Ello, según el GUR MO, "puede indicar acciones deliberadas por parte de Rusia destinadas a crear una amenaza a la vida y seguridad de los prisioneros" con el objetivo de "desestabilizar la situación en Ucrania y debilitar el apoyo internacional a nuestro Estado".

Frenética campaña

Precisamente, apenas transcurridas unas pocas horas de anunciarse el incidente, la dirigencia rusa ya se había embarcado en una frenética campaña para enfatizar que el "régimen" en Ucrania asesinaba deliberadamente a sus propios militares con armas antiaéreas enviadas desde el exterior, precisamente en un momento en que los poderes legislativos y ejecutivos en Europa y EEUU debaten la concesión de millonarios paquetes de ayuda financiera a Kiev para continuar resistiendo a la invasión rusa. Viacheslav Volodin, presidente de la Duma Estatal, ha anunciado con una rapidez inusitada que la asamblea que preside dirigiría una misiva al Parlamento alemán y al Congreso estadounidense "para que los legisladores puedan ver a quién están financiando, a quién están ayudando".

Margarita Simonián, directora de la cadena propagandística RT y una de las principales figuras de la desinformación rusa, también en cuestión de horas, difundió en su cuenta de Twitter las identidades de los prisioneros supuestamente fallecidos, y se unió al coro de voces rusas que afirmaban que Kiev mataba a sus ciudadanos "con sus propias manos", coro en el que también se encontraba el embajador en misión especial del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Rodión Miróshnik.

Del intercambio en cuestión solo se sabe que se materializó finalmente en lo que respecta a los prisioneros rusos en manos de Ucrania. Kiev "ha cumplido todos los acuerdos para la preparación adecuada del intercambio" y "los militares rusos fueron mantenidos a salvo" hasta que "fueron entregados a tiempo en el lugar designado", informa el comunicado del GUR MO. Los sucesos de este miércoles corren el riesgo de impedir en el futuro uno de los pocos ámbitos en los que Rusia y Ucrania aceptan negociar: los intercambios de prisioneros.

El II-76 se estrelló a las 11.00 hora local (a las 9.00 hora peninsular española). Viacheslav Gladkov, gobernador de Bélgorod, confirmó el suceso en su canal de Telegram. "Un avión de transporte se estrelló en el distrito de Korocha. Cayó en un campo a seis kilómetros del asentamiento de Yablanovo. Todos a bordo murieron" publicó en dicha red social. Según la agencia rusa TASS, el choque no produjo más víctimas mortales ni daños materiales.

El impacto contra el suelo lo vieron algunos civiles y los vídeos que pudieron registrar circulan en las redes sociales de Bélgorod. En dichas imágenes se puede ver cómo el Il-76 se precipita contra el suelo a gran velocidad y estalla en un descampado. En las horas previas al derribo del avión, el mismo Gladkov alertó sobre el peligro de un ataque aéreo ucraniano y confirmó el derribo de un dron enemigo de ala fija.