La ultraderecha en Argentina

Milei y Europa: sin afinidades políticas pero con sentido pragmático

Milei advierte que "Occidente está en peligro" por el socialismo y clama contra "la agenda sangrienta del aborto"

El presidente argentino, Javier Milei, el pasado miércoles en el Foro Económico Mundial de Davos.

El presidente argentino, Javier Milei, el pasado miércoles en el Foro Económico Mundial de Davos. / FABRICE COFFRINI / AFP

Abel Gilbert

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Javier Milei ha pasado esta semana por Davos como una excentricidad retórica y, también, una amenaza que de alguna manera define su idea de la inserción argentina en el mundo y también sugiere una relación contradictoria con la UE. Durante su intervención, el anarcocapitalista no se privó de sermonear a quienes participaron del Foro Económico. La osadía de Milei no encuentra por el momento límites y por eso puede avalar en su cuenta de X un trino insidioso contra Klaus Schwab, el economista y empresario alemán que preside esa cita en la ciudad Suiza. El ultraderechista se ha llevado elogios de Elon Musk por advertirle a Occidente que marcha al socialismo sin darse cuenta. Milei busca ante todo aceitar contactos con el trumpismo, convencido de que su líder retornará a la Casa Blanca. Ese es el horizonte ideológico del presidente, que tiene además en el Israel de Binyamín Netanyahu a su fuente de inspiración personal, al punto que visitará ese país para expresar su apoyo sin matices a sus acciones en Gaza, antes de ser recibido por el papa Francisco, un fuerte objetor de lo que sucede en Oriente Próximo.

Pero Davos ha dado cuenta también de algunas dificultades de Milei para establecer puentes personales con los liderazgos europeos. Intentó al menos tener una foto en común con Emmanuel Macron pero a su colega no pareció interesarle esa imagen, mucho menos después de las invectivas del argentino contra el medio ambiente. Para colmo, Macron elogió al colombiano Gustavo Petro, "un gran amigo de Francia", según sus propias palabras.

Los medios de prensa locales no pasaron por alto de que Milei y Pedro Sánchez evitaron saludarse en el foro suizo. Algunas partes del discurso del jefe de Gobierno español fueron leídos como una respuesta poítica a su colega sudamericano. "No nos traguemos los viejos postulados neoliberales que presentan al Estado como un ente puramente extractivo que no genera valor. O que afirman que la única responsabilidad de las empresas es aumentar los beneficios de sus accionistas. Se ha demostrado que estas ideas son erróneas, por la ciencia y la experiencia. Ustedes lo saben".

Antipatía y desprecio

El diario Clarín recordó que "los gestos de antipatía y desprecio" hacia el anarcocapitalista "emanaron" de Sánchez en la campaña electoral. De acuerdo con la publicación, Milei "no tuvo para con él palabras incendiarias, pero lo metió en la misma bolsa de su visión sobre comunistas y socialistas". De hecho, el jefe de Gobierno español no le felicitó por su triunfo ni participó de su ceremonia de investidura, el pasado 10 de diciembre. Solo fue Felipe VI. El presidente argentino se propone establecer con Madrid un vínculo "a nivel protocolar y punto". Roberto Bosh, exembajador en Filipinas y parte del equipo diplomático del Gobierno de derechas de Mauricio Macri, ha sido designado como el nuevo embajador en España. Por ahora, no ha recibido el plácet.

El Gobierno intentó incluso presentar como un triunfo la reunión del mandatario con el ministro de Exteriores británico, David Cameron. Milei dijo que el tema de la disputa de las islas Malvinas, en poder de Londres y motivo de una guerra en 1982, fue fijado "como un punto en una agenda" bilateral "para avanzar en soluciones sobre el tema". El Foreign Office no se demoró en responder. "La posición del Reino Unido y su continuo apoyo al derecho de los habitantes de las islas Falklands a la autodeterminación se mantienen sin cambios". La Corona no está dispuesta a poner en agenda un asunto que, subrayó, no necesita una "solución".

Milei tendrá su momento de reconocimiento el 11 de febrero, cuando la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, lo reciba con los brazos abiertos en un encuentro de mayor afinidad ideológica. Catorce días pueden ser sin embargo una eternidad para un presidente que quiere gobernar por decreto y está a las puertas de un conflicto social.

El acuerdo Mercosur-UE

Algunos analistas sostienen que a Milei no hay que tomarlo necesariamente y siempre al pie de la letra. Maldijo a China y luego tendió su mano de concordia, sin resultados a la vista. Calificó de terrorista y asesina a Patricia Bullrich, cuando en las primarias se disputaban la representación de la derecha, para luego nombrarla al frente del Ministerio de Seguridad. Abomina del cambio climático porque, dice, es un ardid de los neomarxistas que suplantaron la lucha de clases por las disputas culturales. Pero ese rechazo furibundo, expresado otra vez en Davos, no le impediría acelerar la firma del acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur. Mientras el presidente lanzaba sus diatribas en el Foro Económico, su ministra de Exteriores, Diana Mondino, se reunía con el vicepresidente Ejecutivo de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, para manifestar la intención argentina de cerrar el acuerdo. Según el diario Ámbito Financiero, la ultraderecha, contra su propio credo, estaría dispuesta a desistir de sus reclamos de compensar las nuevas condiciones de acceso a los mercados que impuso Bruselas a través del Pacto Verde. La Unión Europea exige al Mercosur compromisos jurídicamente vinculantes de respeto medioambiental. Ese era el tema que la gestión anterior, del peronista Alberto Fernández, consideraba un escollo insalvable.

Por el contrario, Milei intenta darle a su administración un sesgo completamente aperturista en lo económico. Bajo ese principio Mondino intentará destrabar las negociaciones, aceptando los términos de lo pactado en 2019. Esa voluntad había sido manifestada previamente por el presidente argentino al canciller alemán, Olaf Scholz, durante una conversación telefónica protocolaria.