La guerra multiplicó por 20 la tasa de mortalidad en Sudán el pasado año

La violencia se ha convertido en el lenguaje habitual en Sudán, pero la última escalada de tensión que tuvo lugar en abril del pasado año ha disparado la tasa de mortalidad. Entre los meses de abril y junio, se multiplicó por 20 en la zona de Darfur Occidental en la que se enfrentan las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) y las Fuerzas Armadas de Sudán por la reforma de las fuerzas de seguridad durante las negociaciones para un nuevo gobierno de transición. Así se desprende de la encuesta retrospectiva de mortalidad realizada entre refugiados sudaneses en Chad por Epicentre, el centro de investigación médica y epidemiología de Médicos Sin Fronteras (MSF). 

Según el estudio, la tasa de mortalidad se multiplicó por veinte a partir de abril, cuando el conflicto se recrudeció, alcanzando 2,25 muertes por cada 10.000 personas al día, con su pico más alto en junio. El 83% de los fallecidos eran hombres, y la violencia, sobre todo con armas de fuego, fue la causa de la muerte en el 82% de los casos. La mayoría de las muertes tuvieron lugar en El Geneina, mientras que una cuarta parte se produjeron durante la huida a Chad. Casi uno de cada veinte hombres de entre 15 y 44 años fue reportado como desaparecido durante este periodo.

Arraigada en rivalidades políticas, económicas y territoriales entre las comunidades presentes en el territorio, la dimensión étnica de la violencia ha tomado un cariz especialmente extremo en El Geneina, la capital. La comunidad masalit que solía vivir allí ha desaparecido prácticamente y los relatos de los refugiados que han huido de Darfur Occidental en los últimos seis meses dibujan una terrible espiral de violencia, con saqueos, incendios de viviendas, palizas, violencia sexual y masacres. 

Desplazados en el Chad

La gravedad de la situación y la vulnerabilidad extrema en la que se encuentra la población civil sudanesa ha empujado a cientos de miles de personas a cruzar la frontera hacia el vecino Chad, acualmente sobrepasado y sumido en una grave crisis humanitaria en el este del país. Sólo el pasado año, cerca de medio millón de personas han buscado refugio junto a las ya vulnerables comunidades locales y otros miles de refugiados sudaneses que llevan allí casi dos décadas.

Organizaciones no gubernamentales y asociaciones de derchos humanos piden encarecidamente que se destinen más recursos financieros, logísticos y humanos para intensificar la respuesta humanitaria, especialmente la ayuda alimentaria de emergencia, en Adré y los campos circundantes en los que se ubican campos de refugiados y asentamientos en los que operan organizaciones como MSF.