El despliegue de buques de Irán eleva la tensión comercial en el mar Rojo

La tensión comercial internacional aumenta como consecuencia de la guerra en Oriente Próximo. El buque de guerra iraní 'Alborz' ha entrado en el mar Rojo en plena escalada de tensión en la ruta marítima por el canal de Suez. La conexión marítima principal entre China y Europa está amenazada por el conflicto de Oriente Próximo y los ataques de las fuerzas hutíes aliadas de Teherán. La agencia de noticias iraní Tasnim no ha dado detalles de la misión del 'Alborz', aunque los buques de guerra iraníes han estado operado en aguas abiertas de la zona para asegurar rutas marítimas y combatir la piratería desde 2009. Los hutíes de Yemen, respaldados por Irán, han estado atacando buques en el mar Rojo desde noviembre para mostrar su apoyo al grupo islamista palestino Hamás en su guerra con Israel. Las navieras Maersk y Hapag-Lloyd han decidido suspender el tráfico de sus buques por el mar Rojo tras el ataque sufrido este pasado fin de semana.

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El despliegue de buques iraníes en la ruta marítima añade una dosis más de incertidumbre y muchas compañías navieras importantes han optado ya por evitar la zona y desviar los buques a la ruta más larga y costosa que rodea el cabo de Buena Esperanza en África en lugar de pasar por el canal de Suez, por el que circula alrededor del 12% del comercio mundial. Son unos 9.000 kilómetros más y 15 días de retraso en la llegada de los buques, lo que encarece en torno al 25% el coste de los fletes. La situación afectará al suministro de tecnología y producto acabado procedente de China y el área asiática con destino a Europa. Además del 'Alborz', también está en el área el buque de apoyo 'Bushehr', según Press TV de Irán.

Ataque este fin de semana

Militantes hutíes atacaron un buque portacontenedores de Maersk con misiles y pequeñas embarcaciones este sábado y domingo, lo que llevó a la compañía a suspender toda navegación por el mar Rojo durante 48 horas. Helicópteros militares estadounidenses repelieron los ataques y mataron a 10 militantes hutíes.

Fuentes de Maersk explicaron a EL PERIÓDICO que el buque 'Maersk Hangzhou', con capacidad para 14.000 contenedores, fue atacado después de que el barco pasara por el estrecho de Bab al-Mandab en ruta desde Singapur a Port Suez y que no se registraron heridos entre la tripulación. El ataque se produjo a 55 millas náuticas al suroeste de Al Hudaydah, Yemen, cuando fue alcanzado por un objeto desconocido. No hubo incendio a bordo y el barco pudo continuar su tránsito hacia el norte. Las mismas fuentes relataron que después del ataque inicial al buque, cuatro barcos se acercaron y dispararon en un intento de abordarlo. "Se desplegó un helicóptero desde un buque de la Armada cercano y, en colaboración con el equipo de seguridad del buque, se repelió con éxito el intento de abordaje". En el consejo de administración de Maersk se trabajó durante todo el martes para analizar la situación y evaluar el nivel de seguridad en el área para introducir cambios en las rutas. Finalmente decidieron desviar los buques hasta que se calme la situación. Los costes industriales en Europa van a aumentar como consecuencia de los mayores costes logísticos que supone incrementar los tiempos de envío.

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El grupo hutí, que controla partes de Yemen después de años de guerra, comenzó en noviembre a atacar barcos internacionales que cruzan el mar Rojo, diciendo que era una respuesta a los bombardeos de Israel contra la Franja de Gaza gobernada por Hamás.

Hasta el momento, se han producido un total de 17 ataques por parte de hutíes en el mar Rojo contra buques. La muerte de 10 militantes hutíes marca una nueva fase de la crisis. Los hutíes son un grupo de milicias que representa una rama del islam chií llamada zaidismo que alguna vez gobernó Yemen pero que fue marginada bajo el régimen suní en la capital de Yemen, Saná, desde la guerra civil de 1962-70. Obligaron al Gobierno a dimitir en un golpe de Estado en 2014, lo que provocó una intervención militar liderada por Arabia Saudí contra ellos y una guerra civil que, según estimaciones de la ONU, provocó 377.000 muertes y desplazó a cuatro millones de personas a finales de 2021.

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Un alto el fuego en abril de 2022 provocó una disminución significativa de la violencia y los combates han permanecido en gran medida en suspenso a pesar de la expiración oficial de la tregua en octubre. La mayoría de los yemeníes viven ahora en áreas bajo control rebelde, y los hutíes controlan la mayor parte del norte del país y están a cargo de la costa del mar Rojo. Fundamentalmente, los hutíes cuentan con el respaldo de Irán como parte de su prolongada hostilidad hacia Arabia Saudí, y Estados Unidos recientemente desclasificó información de inteligencia que, según dijo, mostraba la participación iraní en las operaciones contra el transporte marítimo comercial en el mar Rojo.

Impacto en el comercio mundial

Ante la nueva situación que supone el enfrentamiento directo entre fuerzas de EEUU y hutíes, los principales grupos navieros mundiales, incluidos los gigantes de contenedores Maersk y Hapag-Lloyd, dejaron parcialmente el mes pasado de utilizar las rutas del mar Rojo y el canal de Suez, desviándose en su lugar a un viaje más largo alrededor de África a través del cabo de Buena Esperanza. Hapag-Lloyd ha dividido su flota entre la vía del canal de Suez y la del cabo de Buena Esperanza. Pero el 24 de diciembre Maersk dijo que estaba preparando un regreso al mar Rojo, citando el despliegue de una operación militar encabezada por Estados Unidos para proteger los buques. La compañía ha dicho que su principal prioridad es la seguridad de la tripulación, los buques y la carga, y que los planes se actualizan "buque por buque", y algunos viajarán a través de Suez y otros tomarán la ruta más larga alrededor de África. Una comparación detallada del último itinerario de Maersk con uno publicado la semana pasada mostró que la compañía ha suspendido sus planes para que al menos 17 buques viajen a través del mar Rojo, informa Reuters.

La naviera Hapag-Lloyd dijo el viernes que había decidido continuar desviando sus buques lejos de Suez y el mar Rojo por razones de seguridad, añadiendo que se haría una próxima evaluación este martes. Finalmente ha decidido minimizar el riesgo dividiendo su flota en ambos itinerarios.

El canal de Suez es utilizado por aproximadamente un tercio de la carga mundial de portacontenedores, y se espera que redirigir los barcos alrededor del extremo sur de África cueste hasta un millón de dólares adicionales en combustible por cada viaje de ida y vuelta entre Asia y el norte de Europa.