Entrevista al expresidente del Parlamento de Israel

Avraham Burg: "Netanyahu es el criminal en jefe responsable de fomentar a Hamás"

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Avraham Burg, expresidente del Parlamento israelí y de la Agencia Judía

Avraham Burg, expresidente del Parlamento israelí y de la Agencia Judía

Ricardo Mir de Francia

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Durante los años noventa, con el proceso de Oslo todavía en marcha y la esperanza de una solución pacífica al conflicto entre israelíes y palestinos todavía viva, Avraham Burg (Jerusalén, 68 años) ocupó algunos de los cargos más importantes en Israel y el mundo judío. Fue presidente del Parlamento, de la Agencia Judía y de la Organización Sionista Mundial. Hoy es una piedra en el zapato del extremismo que reina en su patria. Una postura que expresa a través de sus libros y sus clases en universidades de tres continentes. En esta entrevista con EL PERIÓDICO aborda la tragedia en Gaza e Israel y es capaz de ver algo de luz entre tanta oscuridad.

¿Despertaron los israelíes de un sueño con la masacre perpetrada por Hamás el 7 de octubre?

Sí, pero no sé en qué realidad despertamos. El Estado de Israel se estableció con el propósito de prevenir a cualquier coste el daño colectivo contra los judíos, sean pogromos u otro Holocausto. Y de repente nos despertamos con uno de los peores episodios de la historia judía. Aquello que dábamos por hecho se ha derrumbado, esencialmente que un Estado fuerte sería capaz de protegernos de toda maldad. Lo que no hemos entendido es que hay unos motivos detrás y que Gaza no va a desaparecer. O que el tema palestino, cuya evaporación celebramos durante una década, vuelve a estar sobre la mesa. Nada de eso está claro todavía para los israelíes.

¿Por qué se ignoraron todas las advertencias previas sobre el ataque?

Tendremos que esperar a que una comisión de investigación esclarezca quién dijo qué a quién y por qué no fue escuchado. La otra parte de la respuesta es que, como sucede con todas las sorpresas de la historia, el Estado y la sociedad viven ensimismados en su propia concepción de la realidad, que les impide contemplar otras alternativas. Desgraciadamente, tu enemigo no vive cegado por esa misma realidad y te acaba sorprendiendo.  

La gran mayoría de israelíes no han vinculado el 7 de octubre con las tropelías cotidianas en los territorios ocupados. Es como si éste fuera un país normal atacado, de repente, por una banda de terroristas. 

Es peor que eso. A los israelíes les han lavado el cerebro desde hace casi una generación. Les han dicho que pueden gestionar la crisis en lugar de resolverla y llevar una vida estupenda sin pagar el precio de los crímenes que su país está perpetrando para que vivan cómodamente. Esos israelíes no saben hoy dónde están Gaza y Cisjodania. Nunca han conocido a un palestino ni la realidad en la que viven. Netanyahu nos lavó el cerebro con la ayuda del estúpido Donald Trump para pensar que este problema ya no existe. 

El Gobierno israelí dice que quiere destruir a Hamás y liberar a los rehenes, pero está devastando Gaza y aniquilando a su población. ¿Qué busca con esta política? 

Muy sencillo. La guerra no tiene ni plan ni objetivos y, por tanto, nunca los alcanzaremos. Estamos en una fase puramente de venganza y no hay un plan para acabar con ella. Cuando todo acabe, habrá en Israel una gran decepción.

Explíquese.

Imaginemos que la Autoridad Palestina vuelve a Gaza directa o indirectamente. Será una decepción para aquellos que creyeron al primer ministro diciendo que nunca lo permitiría. Lo mismo pasará si Hamás mantiene el control de Gaza o si Israel vuelve a ocupar la Franja [sigue ocupada extraterritorialmente]. Como Netanyahu no está dispuesto a desplegar un plan serio para los próximos años, cualquier resultado será una decepción.  

Buena parte del mundo está horrorizado con los más de 8.000 niños vapuleados en Gaza. ¿Cómo puede ser que no haya ninguna reacción en la sociedad israelí?

Primero le diré mi posición personal. Los crímenes de Hamás son abominables. Ni contexto ni explicación ni motivo. Son crímenes de lesa humanidad. Bárbaros. Pero ninguno de estos crímenes justifica el asesinato masivo de tantos inocentes en Gaza. Una maldad no justifica la otra. No las comparo, pero tampoco acepto que una es el motivo de la otra. Muy pocos israelíes están dispuestos a aceptar esta responsabilidad porque, para la mayoría, todos los palestinos son terroristas, lo mismo que para la mayoría de palestinos todos los israelíes son soldados y colonos. No conocen a los israelíes que queremos la paz porque impusimos una política de separación. Para nosotros no hay seres humanos en Gaza, solo suicidas y terroristas. Es la tragedia de esta situación.

El Gobierno de Netanyahu baraja la expulsión a Egipto, pero no será fácil. ¿Cómo van a vivir los gazatíes que sobrevivan en un lugar devastado? ¿Y no es un desastre para Israel tener a un vecino paupérrimo y radicalizado?

Tendrá que haber una masiva reconstrucción, pero el dinero internacional no llegará si Israel no acepta un acuerdo integral que contemple un Estado palestino. Si no lo hace, la pobreza, la miseria y las enfermedades de Gaza serán responsabilidad exclusiva de Israel y acabará pagando el precio. Ese es el dilema. 

Usted lideró algunas de las instituciones más importantes en Israel y el mundo judío, pero con los años se ha vuelto muy crítico. ¿Qué pasó por el camino?

Yo entré en política tras el inicio de la primera guerra del Líbano (1982-2000) comprometido con dos asuntos: acabar con la ocupación y lograr la separación iglesia-Estado. Han pasado 40 años y sigo queriendo lo mismo, la paz, la justicia, la igualdad para todos. Yo no he cambiado, es Israel el que ha cambiado. Es más radical, más religioso, más fundamentalista, más nacionalista y muchas cosas más… 

¿Hay algún momento clave para explicar esa deriva? 

Es una larga historia, pero la dinámica local tiene mucho que ver con lo que pasó en 1967, cuando ocupamos Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este, que para los judíos mesiánicos son el corazón del Israel bíblico. Al mismo tiempo, somos parte del espíritu de los tiempos en el que muchos estados-nación clásicos se están desintegrando en estados étnicos, como Hungría para los húngaros, la América del supremacismo blanco, la Alemania de Alternativa por Alemania o el Estado judío en Israel. Es la misma dinámica.

¿Cuál fue su reacción cuando el embajador de Israel ante la ONU, Gilad Erdan, compareció con una Estrella de David amarilla en la solapa?

Pensé que es un idiota. ¿De verdad quiere que el mundo crea que 80 años después del Holocausto, cuando Israel tiene 200 bombas nucleares que sigue negando y el ejército más poderoso de la región, así como un estatus y una influencia sobre el mundo increíbles, que esta horrible masacre es comparable al Holocausto? ¿Está loco? De alguna manera, fue una expresión de negacionismo del Holocausto. 

¿Qué cree que pasará en Israel cuando acabe la guerra?

Dependerá de si acaba en dos meses o en dos años. La cuenta atrás comenzará cuando Benny Gantz abandone el gobierno de unidad. Esa será la señal de que la guerra se ha acabado. Primero habrá una comisión de investigación para esclarecer todo lo que nos condujo a ella y luego habrá nuevas elecciones. No me pregunte quién ganará porque no soy adivino. 

Usted es muy crítico con Netanyahu, pero tanto la ocupación, como los asentamientos o la supresión de los derechos palestinos son políticas de Estado mantenidas durante décadas. ¿Es posible revertirlas?

El establishment sionista al completo, tanto el Partido Laborista como el Likud, es responsable del terrible proyecto de los asentamientos. Empezaron con Rabin y Peres y nunca se detuvieron o se arrepintieron de ello. El crimen de Netanyahu es que, aunque tuvo 15 años para llegar a algún tipo de acuerdo con los palestinos dispuestos a vivir en paz junto a Israel, como el presidente Mahmud Abás, prefirió hacer tratos con el diablo, Hamás. Y lo hizo para debilitar a la Autoridad Palestina (ANP), impedir un estado palestino, no evacuar los asentamientos ni perder a su base de votantes. Netanyahu es el criminal en jefe responsable de fomentar, financiar, apoyar y priorizar a Hamás sobre la ANP.

¿Ve alguna posibilidad para ver en vida un acuerdo de paz con los palestinos?

Deje que le haga una pregunta: ¿acaso pensó antes del 7 de octubre que Hamás podría derrotar al Ejército israelí?

No

Pues ahí está su respuesta. Habrá paz y ambos la veremos.

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