Consejo Europeo

Orbán veta la ayuda de 50.000 millones a Ucrania y obliga a la UE a posponer la decisión a 2024

EDITORIAL | La UE frena la euforia de Putin

El primer ministre hongarès, Viktor Orbán, i el president francès, Emmanuel Macron, es donen la mà davant el canceller austríac, Karl Nehammer. | MIGUEL MEDINA / AFP

El primer ministre hongarès, Viktor Orbán, i el president francès, Emmanuel Macron, es donen la mà davant el canceller austríac, Karl Nehammer. | MIGUEL MEDINA / AFP / silvia martinez

Silvia Martinez

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El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, sabe que en los Consejos Europeos tiene la sartén por el mango. Que la necesidad de adoptar decisiones por consenso le da un poder enorme y la capacidad de veto cuando no está satisfecho con el resultado al que llegan los Jefes de Estado y de Gobierno de la UE. Este jueves y viernes, tras ceder y aceptar la apertura de negociaciones de adhesión con Ucrania, hizo lo que ya había anticipado a su llegada a Bruselas: vetar el paquete de asistencia financiera de 50.000 millones de euros para Ucrania y la revisión del presupuesto de la UE. Pese a este revés, los dirigentes europeos están convencidos de que podrán desbloquear la ayuda en una cumbre extraordinaria que tendrá lugar en enero o febrero de 2024.

"Soy optimista de que podremos estar en posición de cumplir con nuestro compromiso de ayudar a Ucrania", ha anunciado el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. "La fecha no esta fijada" pero será "a finales de enero o principios de febrero, ha confirmado sobre la nueva reunión. "Hemos logrado asentar un acuerdo a 26. En la Unión Europea somos 27. Estoy convencido de que durante la presidencia belga, en los próximos seis meses, vamos a contar con el buen hacer del primer ministro (Alexander) De Croo para lograr ese acuerdo a 27. No sé si será más fácil o más difícil que el acuerdo previo alcanzado a 26. Pero, le corresponderá a él lograr la actualización de ese marco financiero plurianual”, ha explicado el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, en la rueda de prensa final que ha puesto colofón a la presidencia española de la UE.

A su lado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha anunciado la aprobación en los próximos días de un nuevo tramo de 1.500 millones para Ucrania, el último 2023, que le permitirá financiar sus necesidades durante los primeros meses del próximo año y dar oxígeno al Gobierno de Volodimir Zelenski mientras la UE cierra un acuerdo sobre el nuevo paquete financiero para Kiev. "Esto ayudará a Ucrania a financiar sus necesidades a principios de 2024. Después o tenemos un acuerdo a 27 o trabajaremos en alternativas que haremos operativas para lograr una solución operacional si no se da la unanimidad", ha explicado sobre la búsqueda de un plan B que pasaría por poner el dinero al margen del presupuesto europeo.

Jarro de agua fría de Orban

Tras una larga jornada de negociación este jueves, que arrancaba al filo de las 11 de la mañana con un desayuno de trabajo entre Orbán y el núcleo central de líderes europeos formado por Charles Michel (Consejo Europeo), Ursula von der Leyen (Comisión Europea), Emmanuel Macron (Francia) y Olaf Scholz (Alemania) para intentar allanar el camino la negociación, el propio Orbán anunciaba el fracaso de los Veintisiete en cerrar un acuerdo presupuestario. “Resumen del turno de noche: veto sobre el dinero adicional para Ucrania. Veto sobre la revisión del marco financiero plurianual. Volveremos sobre esta cuestión el próximo año en un Consejo Europeo después de una preparación adecuada”, escribía en un mensaje en la red X.

El jarro de agua fría llegaba unas cuantas horas después de que el húngaro se ausentara de la sala de reuniones, a sugerencia del canciller alemán, para permitir al resto de 26 líderes de la UE dar luz verde al inicio de negociaciones de adhesión con Ucrania y la adopción del duodécimo paquete de sanciones contra Rusia, que incluirá la prohibición de importar diamantes rusos desde principios de 2024. “En las últimas horas en Bruselas el Consejo Europeo ha deliberado sobre la adhesión de Ucrania. La posición de Hungría se mantiene firme y sin cambios: no consideramos que Ucrania esté lista para las negociaciones con Ucrania y consecuentemente nos oponemos”, explicaba el director político del primer ministro, Balazs Orbán.

“Sin embargo, los Estados miembros tienen una opinión distinta” así que “tras extensas negociaciones Hungría ha optado por salir de la sala y abstenerse de votar, no para no obstruir el resultado, sino para evitar cooperar con lo que percibimos como una decisión equivocada”. Pese al fuerte espaldarazo político que supone la decisión adoptada con inusitada rapidez, en Budapest son conscientes que esta solo es la primera de muchas que tendrán que tomar y que seguirán teniendo capacidad de veto en todo el camino. “Los Estados miembros tendrán que acordar de forma unánime el marco de negociación y adicionalmente se necesitarán un mínimo de 70 decisiones unánimes en los próximos años para avalar la adhesión de Ucrania”, recordaba.

Bloqueo del dinero

El dinero, sin embargo, es otra cosa. Es algo urgente. Algo que Kiev necesita para seguir sobreviviendo a la agresión rusa. Y ahí Orbán no ha dado su brazo a torcer, pese a que solo unas horas antes la Comisión Europea había desbloqueado una primera partida de 10.200 millones congelada a Hungría hace un año, tras aprobar una serie de reformas para garantizar la independencia judicial. Para Budapest no es suficiente y quiere "todo" el dinero que tiene bloqueado, otros 20.000 millones más. “Empezar negociaciones de adhesión con Ucrania es una mala decisión y el coste de esta mala decisión no lo vamos a pagar nosotros”, zanjaba en la madrugada del viernes. "No puede haber un vínculo entre cosas que no están ligadas", le ha afeado este viernes el canciller alemán.

La Comisión Europea presentó en junio pasado una propuesta que planteaba un desembolso adicional de 66.000 millones entre 2024 y 2027 para suplir las necesidades no solo en cuanto a Ucrania, sino de otras necesidades internas como la política migratoria e impulsar las prioridades digitales y verdes y la competitividad provocadas por el impacto de la pandemia y las diversas crisis posteriores. Un volumen de dinero "fresco" que en la última propuesta de compromiso que negociaban anoche los 27 líderes se había reducido, tras la presión de los países contrarios a aumentar las aportaciones nacionales, hasta los 21.000 millones mientras que la partida de fondos a redistribuir del actual presupuesto 2021-2027 ascendería ahora a 10.600 millones.

La propuesta para Ucrania, sin embargo, se mantuvo intacta: 50.000 millones, 33.000 millones en forma de préstamos y 17.000 millones en forma de ayudas. 26 de los 27 Estados miembros estaban anoche de acuerdo en destinar el montante de ayudas a Kiev. Todos menos menos uno: Orbán que esta vez sí hizo valen su capacidad de veto e impedir la aprobación del dinero que el Gobierno de Volodimir Zelenski necesita de forma urgente para mantener a flote el país. Un dinero más necesario que anunca además ante el bloqueo de fondos en el Congreso de Estados Unidos.