Cumbre en Bruselas

La UE acuerda abrir negociaciones para la adhesión de Ucrania y Moldavia

Viktor Orbán, el amigo "estratégico" de Putin que lleva más de una década desafiando a la UE

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, saluda al presidente francés, Emmanuel Macron, este jueves durante la cumbre de líderes de la UE en Bruselas.

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, saluda al presidente francés, Emmanuel Macron, este jueves durante la cumbre de líderes de la UE en Bruselas. / MIGUEL MEDINA / AFP

Silvia Martinez

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Contra todo pronóstico y cuando todo el mundo se preparaba para una larga negociación hasta la madrugada, los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea han logrado ofrecer a Ucrania la "señal política" que esperaba desde hace meses: la apertura de negociaciones de adhesión a la Unión Europea. El acuerdo, tras la amenaza de veto del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, saltaba a media tarde y por sorpresa. "El Consejo Europeo ha decidido abrir negociaciones de adhesión con Ucrania y Moldavia", anunciaba el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en la red social X.

Minutos después de este "histórico" anuncio, hacia las seis y media de la tarde, aparecía en medio de la gigantesca sala de prensa en que se convierte el atrio del Consejo en cada cumbre para anunciar la decisión en persona a los periodistas. "Es una poderosa señal política decirle a Ucrania que estamos a su lado. Esta decisión de los Estados miembros es extremadamente importante para la credibilidad de la UE", ha dicho Michel. El acuerdo, pese al veto anticipado por Orbán, ha sido posible porque finalmente se ha ausentado momentáneamente de la sala cuando Michel ha hecho la pregunta clave.

Ha sido, según fuentes diplomáticas, de forma "preacordada y constructiva", resultado de una solución imaginativa sugerida por el canciller alemán, Olaf Scholz, para evitar el bloqueo. El resultado es que nadie se ha opuesto y, por tanto, la decisión, que requería el consenso, se ha adoptado. "Tengo que decir que respeto el hecho de que no lo haya hecho porque nos habría puesto en una posición muy difícil como Unión Europea", ha reconocido el primer ministro irlandés, Leo Varadkar. De hecho, Orbán ha dejado claro minutos después que no comparte el desenlace. "Empezar negociaciones de adhesión con Ucrania es una mala decisión. Ucrania no ha participado en esta decisión", ha anunciado en la red X.

Satisfacción generalizada

El resto de socios europeos no han escondido su satisfacción pese a la fórmula poco ortodoxa ni nada habitual para lograr el consenso. "Una decisión estratégica y un día que quedará gravado en la historia de nuestra unión. Orgullosos de haber mantenido nuestras promesas y contentos por nuestros socios", ha dicho la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. "Día histórico. Contra todo pronóstico hemos logrado la decisión de abrir negociaciones de adhesión con Ucrania y Moldavia. Ambos, Ucrania y Moldavia han hecho sus deberes y están listo para dar los próximos pasos para unirse a nuestra familia europea", ha añadido la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas.

Si hay un dirigente especialmente contento este jueves ha sido el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, para quien la entrada en la Unión Europea se ha convertido desde la agresión de Rusia hace casi dos años en la principal prioridad política. "La historia la escriben aquellos que no se cansan de luchar por la libertad", ha dicho en la misma red social en la que ha reaccionado Orbán. "Victoria de Ucrania. La victoria de toda Europa. Una victoria que motiva, inspira y fortalece", ha añadido. La apertura de negociaciones supone un espaldarazo político importante pero todavía Kiev tendrá que superar etapas importantes antes de poder iniciar realmente las negociaciones que se prolongarán durante muchos años.

Según el informe de recomendaciones de la Comisión Europea, Kiev cumple 4 de los 7 criterios requeridos lo que significa que todavía tiene que cumplir los restantes 3. En su dictamen de noviembre Bruselas apuntó a marzo de 2024 como fecha para informar a los líderes europeos de los avances y posible apertura formal de negociaciones. Antes de ello, el Ejecutivo comunitario tendrá que presentar un marco negociador que también tendrá que ser adoptado por unanimidad por los Veintisiete.

Moldavia, Georgia y Bosnia

Además de dar luz verde a la apertura de negociaciones de adhesión con Ucrania, los líderes europeos también han acordado iniciar conversaciones con Moldavia y conceder el estatus de país candidato a Georgia. En cuanto al futuro de Bosnia y Hercegovina, la decisión confirma la apertura de negociaciones "una vez se alcance el grado necesario de cumplimiento de los criterios de adhesión" aunque "la Comisión informará antes de marzo con el objetivo de adoptar la decisión".

La decisión no parecía que fuera a tomarse a primera hora de la mañana, cuando han hecho su entrada los líderes. "No hay razones para negociar la adhesión de Ucrania ahora", había asegurado a su llegada Orbán. Este miércoles, la Comisión Europea anunció el desbloqueo in extremis de 10.200 millones en fondos europeos para Hungría. "La ampliación no es una cuestión teórica. Es (un proceso) basado en méritos y legalmente detallado que tiene precondiciones. Hemos fijado siete precondiciones e incluso en la evaluación de la Comisión 3 de las 7 no se cumplen así que no hay razones para negociar la adhesión de Ucrania ahora", insistía el húngaro minutos antes de reunirse con el núcleo duro de la UE, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de Francia, Emmanuel Macron, y de Alemania, Olaf Scholz quienes han redoblado los contactos estas últimas semanas.

Negociaciones sobre el presupuesto

Además de esta decisión, el segundo elemento sobre el que mantiene el pulso es el paquete de 50.000 millones en asistencia financiera para Ucrania para el período 2024-2027. Un montante que se negocia en el marco de la revisión del marco presupuestario plurianual de la UE. Se trata de otra cuestión que también requiere la unanimidad y que siguen negociando. Como consecuencia del impacto de la guerra de Ucrania y la pandemia, la Comisión Europea planteó en junio pasado un desembolso adicional para el presupuesto de 66.000 millones entre 2024 y 2027 con el que suplir las necesidades para Ucrania, de la política migratoria e impulsar las prioridades digitales y verdes y la competitividad.

En el marco de esta propuesta Bruselas propuso destinar 50.000 millones para Ucrania, 33.000 millones en forma de préstamos y 17.000 millones en forma de ayudas. 26 de los 27 Estados miembros están de acuerdo en el paquete de asistencia financiera para Ucrania, todos salvo Orban, aunque hay países quieren reducir lo máximo posible el dinero "fresco" que en la última caja de negociación se ha rebajado de 66.000 a 22.500 millones. Según las fuentes consultadas, Hungría no es el único país que pone problemas en este terreno --por su oposición a dar dinero a Ucrania-- y hay otros países que quieren que el recorte al dinero fresco sea todavía mayor. Otras fuentes aseguran que el acuerdo "está cerca" pero que todo el mundo "tendrá que ceder".

"Me da la sensación de que va a ser bastante largo así que vamos a tener que estar el día, buena parte de la noche y esperamos que podamos terminar el viernes. Si no es así igual se prolonga hasta el fin de semana pero los temas merecen la pena", decía a su llegada el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. "Va a ser una reunión difícil. Nos va a llevar tiempo. Estén preparados para estar hasta el sábado o domingo", coincidía el irlandés Leo Varadkar. "Estoy listo para negociar dure lo que dure. Tengo un punto principal: nuestra seguridad y nuestra existencia como unión creíble. Necesitamos decisiones fuertes", añadía el finlandés Petteri Orpo. "Hemos tenido momentos difíciles en los últimos años con discusiones difíciles. Mantener esa unidad es realmente crucial, y no quiero entrar en algún tipo de lógica de bazar", decía el belga Alexander de Croo. El lituano Gitanas Nauseda también ha avisado de las consecuencias de abusar del principio de unanimidad y ha insistido en que garantizar el desembolso de 50.000 millones a Ucrania es necesario para "preservar el país".