Tin Hinane El Kadi, experta en Oriente Próximo: "La solución al conflicto de Israel y Hamás no va a venir de Europa o EEUU"

¿Cómo cree que afectará la guerra entre Hamás e Israel a la geopolítica del mundo árabe?

Creo que ya está teniendo enormes repercusiones. Es la guerra más violenta y sangrienta que se ha producido desde el 48, desde la creación del Estado de Israel. Inevitablemente ha producido muchas divisiones en la región. No todos los países tienen la misma posición en lo que se refiere a los Acuerdos de Abraham. Además, algunos países han establecido lazos diplomáticos con Israel, como los Emiratos Árabes Unidos (EAU), Marruecos o Arabia Saudí, que estaba a punto de hacerlo.

¿Deberían los países árabes encabezar la mediación?

Sin duda. Estamos viendo que países como Jordania, EAU y Arabia Saudí están intentando desempeñar un papel importante en la búsqueda de una solución al conflicto. Es un llamamiento a la comunidad y al liderazgo árabe. Y espero que consigan elaborar una hoja de ruta para poner fin al conflicto, porque realmente requiere soluciones regionales. No creo que la resolución vaya a venir de Europa o de Estados Unidos, que se han alineado con la posición israelí.

Gaza sufre su mayor incursión terrestre mientras llora a sus casi 7.000 muertos

¿Cree que Europa o EEUU son actores justificados en este conflicto?

Ambos son actores diplomáticos globales importantes. Estados Unidos ha sido el policía del mundo al menos desde el final de la Segunda Guerra Mundial, y tiene un papel que desempeñar. Sin embargo, creo que se han quedado cortos en el cumplimiento de sus responsabilidades. Se han alineado ciegamente con Israel y eso es una enorme violación de los derechos humanos y el derecho internacional. Tanto la UE como Estados Unidos han defendido durante años un sistema internacional basado en normas, en el Estado de derecho, el derecho internacional, los derechos humanos, la democracia... Pero ahora estamos viendo que hay un enorme doble rasero. Cuando Rusia invadió Ucrania, se escandalizaron. Pero cuando se trata de los palestinos, sentimos que no hay empatía, que el derecho internacional no se aplica a Israel.

¿Qué consecuencias tiene este doble rasero?

En primer lugar ha conllevado una tremenda pérdida de credibilidad de EEUU y Europa. Pero además, también perjudica a los grupos de la sociedad civil y activistas en Oriente Próximo y el Norte de África. Quienes defienden los derechos humanos aquí se encuentran enfrentándose a gobiernos que ahora se plantean: "¿Por qué Estados Unidos y los europeos nos piden que respetemos los derechos humanos, pero ellos no los respetan? Nosotros tampocolos vamos a respetar". Esto está socavando la inviolabilidad del derecho internacional y de los derechos humanos.

El doble rasero occidental socava la inviolabilidad del derecho internacional

¿Cree que esta permisividad nace de la necesidad de enmendar agravios históricos con el pueblo judío?

Sí. El Estado israelí ha sido capaz de salirse con la suya en muchas ocasiones teniendo en cuenta la legitimidad política que vino del Holocausto y la necesidad del pueblo judío de tener su propio estado. Pero ahora parece que las personas que sufrieron ese horror están haciendo algo similar a otro pueblo. Estamos hablando de masacres, genocidio, castigo colectivo masivo... No es que Israel sólo esté atacando a Hamás, su objetivo son todos los palestinos, incluso en Cisjordania, donde no existe Hamás. Así que se ve claramente que se trata de un proyecto colonial expansionista que se basa en gran medida en la violencia. No es moral, no es ético y no es así como funciona el orden internacional y el derecho internacional.

¿Es demasiado tarde para poner en práctica la solución de los dos estados?

Creo que si nos fijamos en el número de asentamientos en Jerusalén Este y también en Cisjordania, donde, de hecho, se siguen expandiendo mientras hablamos, es difícil pensar en un Estado palestino viable. Sin embargo, dicho esto, la idea de una solución de un solo Estado tampoco parece factible. Con la extrema derecha en el poder en Israel, que promueve esta especie de supremacismo judío, la existencia del Estado implicaría la exclusion de los palestinos musulmanes y los cristianos.

¿Es Hamás un actor válido en esta conversación?

Hamás es un movimiento político que impulsa la resistencia en el marco de la ocupación de Palestina. Tiene sus inspiraciones en el islam politico, pero también tiene un brazo armado que fue el que dirigió las operaciones del 7 de octubre. Hasta hace unos años, el principal representante del pueblo palestino fue la OLP, que tiene su sede en Cisjordania. Pero, por desgracia, en los últimos años la OLP (hoy Autoridad Palestina) ha perdido gran parte de su relevancia. Ha reconocido al Estado de Israel y ha perdido la postura combativa que solía definirla. Sólo un consenso entre las dos ramas puede unir al pueblo palestino, que hasta ahora está muy fragmentado entre Gaza bajo el control de Hamás y Cisjordania bajo el de la OLP. Hamás no es una organización terrorista, tiene estrategias, motivos, ambiciones, historias y acciones muy diferentes a las del Estado Islámico o Al Qaeda. De hecho, Hamás es parte de la estrategia de Israel, la han financiado con el objetivo de utilizarla para desacreditar a los aliados y deslegitimar el proyecto de estado palestino. Hay que tener mucho cuidado e intentar no caer en las trampas de la extrema derecha israelí.