La entrada de ayuda humanitaria no alivia la asfixia de una Gaza bajo bombardeos

Parche insuficiente para aliviar a Gaza. Durante este sábado, cuando se cumplen dos semanas de bombardeos continuados sobre la Franja, han entrado los primeros camiones de ayuda humanitaria por el paso de Rafá, en la frontera con Egipto. En apenas cuatro horas, 20 camiones han entrado, descargado los materiales en el sur del enclave y retornado a territorio egipcio. Antes del conflicto, entraban un centenar de vehículos de este tipo con ayudas a Gaza. Ahora, con más de un millón de personas desplazadas y miles de heridas en hospitales que operan sin apenas electricidad, esta asistencia humanitaria es como “una gota en el oceáno”, tal y como llevan días denunciando las organizaciones. 

Tampoco durante esas cuatro horas de forzada esperanza se han detenido las bombas. En el norte de la Franja de Gaza, el Ejército israelí ha lanzado miles de panfletos exigiendo a los residentes que aún resisten en sus hogares que se marchen. De lo contrario, serán considerados colaboradores del terrorismo y asumirán las consecuencias de la operación militar israelí que se llevará a cabo en esta zona, segú ha informado Youmna el Sayed para Al Jazeera desde la ciudad de Gaza. En las últimas 24 horas, Israel ha matado a 248 personas y herido a otras 400, incluyendo a 29 familias. Después de 15 días de agresiva ofensiva, unos 4.385 palestinos han muerto en Gaza, incluyendo a 1.756 niños y casi un millar de mujeres.

"El 3% de las necesidades diarias"

Los “suministros vitales” que se han incluido en el primer convoy de ayuda humanitaria que entra en la Franja han traído medicamentos para traumatismos para 1.200 personas, 235 bolsas portátiles de traumatología para la estabilización inmediata de pacientes heridos, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), y “medicamentos para el tratamiento de enfermedades crónicas para 1.500 personas, y suministros de salud esenciales básicos para 300.000 personas durante tres meses”, según Naciones Unidas. El ministerio de Salud de Gaza ha denunciado que la exclusión del combustible de la ayuda que ha llegado conlleva repercusiones peligrosas para los servicios sanitarios, ya que “sólo el 3% de las necesidades diarias” han sido cubiertas hoy con la entrada de ayuda a través de Rafá.

“Siete hospitales y 25 centros de salud se encuentran actualmente fuera de servicio por falta de combustible, y la ocupación de camas en los hospitales ha alcanzado más del 150%, lo que ha llevado a la instalación de tiendas de campaña para absorber el enorme número de heridos”, ha afirmado el ministerio en un comunicado. Ante la gravedad de la situación que ni las cifras son capaces de expresar, han pedido al personal jubilado y a los estudiantes recién graduados que se ofrezcan como voluntarios en todas las especialidades. Martin Griffiths, secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios y Coordinador del Socorro de Emergencia de Naciones Unidas, ha dicho que hay “posibilidades” de que mañana se permita la entrada de más ayuda a Gaza y ha deseado que “la ayuda llegue todos los días”.

Frente norte activo

A lo largo del sábado, han seguido sonando las sirenas en las ciudades israelís fronterizas con Gaza. Mientras, miles de soldados siguen esperando el visto bueno de las autoridades israelís para empezar la invasión terrestre. También al norte, los ataques de la milicia libanesa Hizbulá y de grupos palestinos con base en el Líbano se han intensificado. Al menos 14 miembros de Hizbulá han muerto en ataques de represalia israelíes en el sur del Líbano en las últimas dos semanas. “Todos los días realizamos una evaluación del norte: somos fuertes en defensa y ataque [en la frontera con el Líbano], pero la principal tarea en la que nos centramos es Gaza”, ha dicho el portavoz del Ejército israelí, el contralmirante Daniel Hagari. 

“Nuestra principal misión es Gaza, donde está Hamás y donde están nuestros ciudadanos secuestrados”, ha añadido. Durante la noche del viernes, la milicia palestina liberó a sus dos primeras rehenes. Este sábado las autoridades israelís han anunciado que al menos 210 personas podrían estar retenidas en Gaza, mientras siguen identificando a las víctimas mortales. Este sábado el primer ministro Binyamín Netanyahu y miembros del gabinete de guerra, como el ministro de Defensa, Yoav Gallant, y el ministro en el gobierno de emergencia, Benny Gantz, han recorrido el sur de Israel para ver los preparativos militares para la esperada ofensiva terrestre en Gaza. “Estos son los últimos días de su régimen corrupto”, le han gritado unos manifestantes a Netanyahu.

Violencia en Cisjordania

Mientras, en la Cisjordania ocupada, la tensión no deja de escalar. Al menos 84 palestinos han sido asesinados por la violencia del Ejército israelí o los colonos radicales. Antes de la operación de Hamás, el 2023 ya era el año más letal desde la segunda intifada de principios de siglo. Unas 1.400 personas han resultado heridas en estas dos semanas. Uno de los fenómenos más graves es el alarmante aumento de prisioneros palestinos en cárceles israelís. Desde el 7 de octubre, Israel ha duplicado el número de presos a 10.000, con el arresto de 4.000 trabajadores de Gaza y de más de 1.000 personas en la ocupada Cisjordania. 

Además, muchos de ellos han sido detenidos por mostrar solidaridad con sus hermanos palestinos de Gaza en publicaciones en las redes sociales. Incluso, en territorio soberano israelí, muchos palestinos con ciudadanía israelí han sido arrestados en las dos últimas semanas. Para Gaza y Palestina en general, la única esperanza está lejos de sus fronteras. Mientras los líderes europeos dan su apoyo a Israel, como la primera ministra Georgia Meloni que se ha reunido con Netanyahu, las calles de Europa lanzan otro mensaje. Decenas de miles de personas han salido a las plazas de todo el globo para expresar su repulsa a la campaña israelí sobre Gaza. 

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