Ofensiva sobre la Franja

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Andrea López-Tomàs

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Nueve días después de agonizar bajo las bombas, Gaza ve una luz de esperanza. Este domingo el secretario de Estado estaodunidense, Antony Blinken, ha anunciado la reapertura del paso de Rafah situado en la frontera entre Egipto y la Franja de Gaza para que entre la ayuda humanitaria, según informa la agencia Reuters. Tras una reunión con el presidente egipcio, Abdelfatá el Sisi, en medio de una gira por la región en busca del fin de las hostilidades, el jefe de la diplomacia de la Administración de Joe Biden ha señalado que EEUU, en coordinación con Naciones Unidas, Egipto e Israel, está trabajando en mecanismos para brindar asistencia a quienes la necesitan. Mientras, en Gaza, no se han detenido los bombardeos israelíes que han matado a más de 2.670 personas y han herido a otras 9.600, según el Ministerio de Sanidad de la Franja. La Agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA, por sus siglas en inglés) ha anunciado que más de un millón de personas han sido desplazadas.

Gaza resiste entre la agonía. Mientras se agotan los plazos dados por Israel para que los gazatíes del norte de la Franja abandonen sus casas, miles de personas deciden proteger lo poco que les queda de sus pertenencias. Decenas de familias han optado por quedarse en sus hogares ya que consideran que no pueden confiar en las promesas del Ejército israelí de no bombardear las rutas seguras. Durante el sábado, miles de personas lo hicieron, siguiendo las rutas marcadas por las autoridades militares israelíes y decenas perdieron la vida en el camino bajo las mismas bombas que les amenazaban en sus casas. Israel ha matado a más personas en siete días que en su ofensiva de dos meses de 2014. También gran parte del personal médico de Gaza ha decidido que no abandonarán a sus pacientes ni evacuarán sus hospitales donde se están resguardando miles de personas cuyas casas han dejado de existir.

"Catástrofe sin precedentes"

"Estamos observando de cerca el desplazamiento masivo que puede suponer un éxodo de más de un millón de personas a las que se traslada o se les pide que se trasladen desde sus hogares al sur de Gaza, y se les pide que se desplacen sin garantías de su seguridad", denuncia Tamara Alrifai, portavoz de UNRWA desde Jerusalén, a EL PERIÓDICO. "La UNRWA no tiene en este momento los medios para albergarlas a todas en nuestros refugios", lamenta. Por ahora, hay unas 400.000 personas tratando de protegerse en las escuelas y otros centros de la ONU. "No hay ningún lugar seguro ahora mismo en Gaza", ha constatado Philippe Lazzarini, comisario general de la agencia en rueda de prensa en Jerusalén. "Ya no tenemos capacidad de proveer ayudas a estas personas, ni tampoco podemos acoger a más personas en nuestros centros en el sur", ha deplorado el alto cargo humanitario suizo-italiano.

 

"Ante nuestros ojos se está desarrollando una catástrofe humanitaria sin precedentes", ha señalado Lazzarini, a la vez que ha lamentado la pérdida de 14 miembros de su equipo local de UNRWA. "Me temo que esto se parece mucho a lo que pasó en 1948", ha dicho en referencia a la Nakba, la catástrofe en árabe, cuando 750.000 palestinos fueron expulsados de sus hogares hace 75 años para dar paso a la creación del Estado de Israel. "Tenemos enormes desafíos ante nosotros, ya que casi no nos queda agua, ni alimentos, ni suministros humanitarios, ni combustible; en definitiva, todo lo que necesitamos para poder brindar una asistencia humanitaria adecuada que no tenemos porque Gaza está completamente sellada", ha constatado Alrifai a este diario.

Mientras en Gaza intentan salvar su vida, los palestinos no dejan de denunciar la "limpieza étnica" a la que les está sometiendo el Ejército israelí. Unas 47 familias palestinas enteras han sido eliminadas del registro civil en solo nueve días, según los informes hospitalarios. Los bombardeos continuados han provocado la desaparición de esta casi cincuentena de familias, compuestas por más de 500 civiles. La Defensa Civil de Gaza ha anunciado que hay más de 1.000 personas desaparecidas bajo las ruinas de edificios destruidos, que pueden estar tanto muertas como heridas. En caso de que se confirme esta información, el número de fallecidos en la Franja sería de 4.000 palestinos. Desde el pasado sábado, los aviones y drones israelíes han estado bombardeando el enclave sin descanso, lanzando más de 6.000 bombas en un territorio densamente poblado con dos millones de personas en 365 kilómetros cuadrados.

Fronteras cerradas

Durante el domingo, las autoridades israelíes han evacuado a los residentes de la ciudad fronteriza de Sderot, donde Hamás perpetró una de sus masacres, al encontrarse a menos de un kilómetro de Gaza. Esta evacuación, sumada al anuncio del Ejército israelí el sábado por la noche de un "ataque coordinado desde aire, mar y tierra" sobre la Franja, indica que la invasión terrestre está más cerca. Por primera vez desde el ataque sorpresa de Hamás, el primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, se ha reunido con los familiares de las personas cautivas y desaparecidas en Gaza, a las que les ha dicho que "uno de los objetivos de la guerra es el regreso" de sus seres queridos. Israel ha anunciado que hay 60.000 desplazados internos desde el sábado, repartidos por todo el país.

La milicia libanesa Hizbulá ha lanzado un ataque este domingo sobre el puesto israelí de Shtula en la frontera, que ha provocado la muerte de un civil y varios heridos en suelo israelí. Como precaución, Israel ha cerrado la frontera con el Líbano, aislando un área de hasta cuatro kilómetros, prohibiendo el acceso público. La noche del sábado el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Hossein Amirabdollahian, se reunió con el jefe político de Hamás, Ismail Haniyeh, en Doha. "Si los crímenes de guerra del régimen sionista continúan en Gaza, se puede vislumbrar cualquier posibilidad en la región, y la República Islámica de Irán continuará sus esfuerzos para detener los crímenes de guerra de los sionistas", afirmó Amirabdollahian durante el encuentro.

Alrededor de la región, se suceden los contactos entre líderes extranjeros para conseguir el cese de las hostilidades. En el Reino Unido, el rey Abdalá de Jordania se ha reunido con el primer ministro británico, Rishi Sunak, como parte de su gira europea para "reunir apoyo internacional para detener la guerra en Gaza", según la oficina del monarca. Tras cerrar filas con Israel en los primeros días del conflicto por el shock inicial del ataque sufrido por el Estado hebreo, los líderes europeos y occidentales empiezan a poner sobre la mesa la "importancia de tomar medidas para proteger a los civiles en Gaza", como ha dicho un portavoz de Downing Street. Aún así, siguen insistiendo en el derecho del Estado hebreo a defenderse de acuerdo al derecho internacional.