Conflicto en Oriente Próximo

Edith Bruck, superviviente del Holocausto, sobre la guerra entre Israel y Hamás: "La venganza no sirve de nada"

Última hora de la guerra entre Israel y Hamás

Israel da 24 horas de plazo para que 1,1 millones de palestinos abandonen el norte de Gaza, según la ONU

La escritora Edith Bruck, en una imagen de su archivo personal.

La escritora Edith Bruck, en una imagen de su archivo personal. / CEDIDA

Irene Savio

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Edith Bruck (Tiszabercel, Hungría, 1931) perdonó a sus verdugos al menos un par de veces. La primera fue en septiembre de 1945, después de que la liberaran del campo de exterminio en el que los nazis la habían recluido. "Todavía hoy recuerdo a esos cinco nazis húngaros y me dan ganas de llorar. Nos rogaron. Y mi hermana y yo decidimos compartir con ellos el pan y chocolate que nos habían dado los americanos y los ayudamos a escapar a Checoslovaquia", cuenta. "Tenía 14 años, y ¿qué pensé? Que el odio no llevaría ninguna parte, que después del horror y la guerra, solo podíamos intentar otra cosa, la paz", afirma, conmoviéndose, esta víctima de algunos de los más terroríficos campos de concentración del régimen nazi, entre ellos Bergen-Belsen, Dachau y Auschwitz. Allí donde durante la Segunda Guerra Mundial murieron 1,3 millones de personas, 1,1 millones judíos.

Bruck, escritora e intelectual judía de origen húngaro de 92 años, una de las últimas supervivientes en vida del Holocausto, conversa con EL PERIÓDICO en su casa en el centro de Roma, donde vive desde 1954. No se siente bien, está tendida en la cama y no quiere que la fotoperiodista que nos acompaña le saque fotografías. Por eso, las imágenes que acompañan este texto son de su archivo personal. Una razón es que hace poco más de una semana sufrió una caída y se ha roto la cadera. Pero también la afectan las continuas instantáneas que el viejo televisión de su habitación retransmite de la brutal guerra entre Hamás e Israel, país en el que vivió durante dos años y donde tiene familia.

"Soy judía y estoy a favor de Israel y me duele inmensamente esa masacre [cometida por Hamás], todos esos niños, esas mujeres asesinadas. Es espantoso, una barbarie. No hay palabras en el diccionario para calificarlas, tendríamos que inventar palabras nuevas", dice. 

Pero ahora, cuando piensa en el contragolpe israelí tras la sangrienta ofensiva de la organización islamista, Bruck lo que teme son también las consecuencias, aclara. "Temo la sangre por sangre y las venganzas infinitas que también pueden extender el conflicto a otros países. Pero la venganza no sirve, va a empeorar la situación", asevera.

"La culpa es de todos"

El problema es que "se tuvo todo el tiempo del mundo para dividir ese diminuto territorio en dos, para crear un Estado palestino, junto a Israel, porque así no se va a ninguna parte y no hay otra salida. Pero eso no ha ocurrido", dice. "La culpa es de todos, de los árabes, de los israelíes, de los europeos, de los estadounidenses, de los iraníes", asevera.

En los últimos años, incluso "se han creado más colonias israelíes, ocupando [asentamientos antes habitados por palestinos], y eso los enfadó más. Eso está mal", dice. "Parece como si en Israel no se entendiesen las consecuencias de sus actos también para nosotros los judíos que estamos fuera de Israel, que también sufrimos. Los palestinos, los árabes, nos odian, quieren destruirnos. ¿Es esto aceptable? ¿Puede vivir un país siempre al borde de la guerra? Es necesario buscar la paz a cualquier coste, insisto, la paz a cualquier coste, también cediendo, y no apoyando con armas y más armas", afirma.

Bruck sabe que no todos comparten sus ideas, algunos la critican y eso la preocupa. Lo dice mientras habla con una voz muy tenue, aunque manteniendo un discurso muy lúcido, como tantas veces en las conferencias sobre el Holocausto que durante años ha dado en decenas de colegios italianos, y que también la ha llevado a entablar una relación de proximidad con el papa Francisco, con el que ya se ha reunido ya varias veces.

El "dictatorcillo" Netanyahu

Por ello también censura al primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, al que llama "dictatorcillo" y considera en parte responsable por el ataque de Hamás y esta nueva ola de violencia. "Netanyahu se ha equivocado, incluso estaba intentando aprobar leyes ad personam, como [el fallecido empresario y político conservador, Silvio] Berlusconi. El país estaba distraído también por esto. Los tomaron por sorpresa [Hamás a las fuerzas de inteligencia israelíes]", argumenta.

Aun así, Bruck no cree que lo que ocurre hoy pueda compararse con lo que pasó entonces con el Holocausto. "Ni con lo que pasa hoy en Israel ni con [la guerra en] Ucrania", dice. "El Holocausto es un caso único. El Holocausto fue un exterminio planificado y llevado a cabo de forma industrial, con todos los medios posibles. No existe parangón con esto. Se persiguió a la gente principalmente por su raza, no por un franja de tierra u otra cosa. Estamos hablando [de un régimen que permitió] que se hiciesen colchones o chaquetas con cabellos, que fundían dientes para hacer lámparas...", explica.

Las opiniones de Bruck llegan ahora como frases entrecortadas, llenas de emoción, que entremezclan memorias del pasado y miedo por el futuro. "Gaza es una tragedia, aunque puede que lo que ocurra sea aún más trágico para Israel. Si los países árabes se unen todos, no oso pensar qué podría ocurrir", susurra, antes de despedirse de una entrevista que ha durado más de lo previsto. "Algunos dirán que soy antiisraelí, eso es incomprensible para mí, no lo soy. La realidad es que soy pacifista".

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