La ONU acusa a Rusia de usar "sistemáticamente" la tortura en las zonas ocupadas de Ucrania

Las fuerzas militares rusas utilizan de forma “generalizada y sistemática” la tortura en las zonas ocupadas de Ucrania, un crimen punible de lesa humanidad. Así lo ha expresado este lunes la comisión de Naciones Unidas que investiga los crímenes de guerra en Ucrania. En un informe presentado ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, los investigadores sostuvieron que algunos ucranianos fueron torturados tan brutalmente que acabaron muriendo durante los interrogatorios, mientras muchas mujeres fueron violadas mientras se forzaba a sus familiares a escuchar sus tormentos desde una habitación contigua. La comisión informó también de que los militares de Rusia siguen lanzando ataques de forma regular contra la población civil y las infraestructuras energéticas de Ucrania. 

Las conclusiones se derivan de las pesquisas realizadas por los investigadores de la comisión durante su última visita a Ucrania, acaecida en agosto y septiembre, cuando visitaron varias zonas de Zaporiyia y Jersón previamente ocupadas por las tropas rusas. El equipo “recabó nuevas pruebas que indican que el uso de la tortura a cargo de las fuerzas armadas rusas en las zonas bajo su control ha sido generalizado y sistemático”, afirmó el presidente de la comisión Erik Mose, quien fuera fiscal general de Noruega y presidente del Tribunal Internacional para Ruanda. La tortura, añadieron, se aplica principalmente en los centros de detención en manos de las fuerzas de ocupación rusa y tiene como víctimas más recurrentes a los ucranianos acusados de ejercer de informadores para Kiev. 

Los crímenes sexuales forman parte esencial del manual de los torturadores. “Los soldados rusos violaron y cometieron violencia sexual contra mujeres de edades comprendidas entre los 19 y los 83 años”, aseguró Mose refiriéndose a la región de Jersón. Los miembros de la comisión no pudieron responder con precisión a la pregunta de cuántos ucranianos han muerto como consecuencia de la tortura, dadas las restricciones que Rusia impone para acceder a los territorios ocupados. “Es un número bastante grande, que incluye regiones muy diferentes del país, tanto cercanas como alejadas del frente de batalla”, afirmó Pablo de Greiff, uno de los investigadores de la comisión. 

Rusia se niega a cooperar con la comisión

Rusia ha negado de forma sistemática las atrocidades atribuidas a sus soldados, pero se ha negado a cooperar con la comisión de la ONU. Su representante ni siquiera acudió el lunes al Consejo de Derechos Humanos para responder a las alegaciones presentadas. 

Durante la sesión, se acusó también a Rusia de atacar regularmente a la población civil. Los investigadores pudieron documentar durante su estancia en Ucrania bombardeos contra edificios residenciales, un centro médico en funcionamiento, una estación de ferrocarril, un restaurante, tiendas y almacenes comerciales. En todos los casos hubo víctimas civiles y se dañaron o destruyeron totalmente instalaciones de servicios básicos, según expuso Erik Mose. Desde que se creara la comisión de investigación para los crímenes en Ucrania, su equipo ha visitado el país en diez ocasiones para recabar información de primera mano, visitar los lugares atacados y entrevistar a las víctimas.