INUNDACIONES

Nuevas imágenes de satélite muestran la devastación total en la costa de Libia

Así se aprecia en las fotografías de alta resolución (hasta 30 centímetros) captadas por la constelación de satélites de observación de la tierra Pléiades Neo, de Airbus, y cedidas a este diario

Imágenes en alta resolución captadas por Pléiades Neo, la constelación de satélites de observación de la tierra de muy alta resolución (30 cm) de Airbus.

Imágenes en alta resolución captadas por Pléiades Neo, la constelación de satélites de observación de la tierra de muy alta resolución (30 cm) de Airbus. / PLÉIADES NEO AIRBUS

Mario Saavedra / Nacho García

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El agua azul del Mediterráno, en la costa Libia alrededor de la ciudad de Derna, es ahora de color marrón. Desde el aire, en realidad, todo es del mismo tono. Es el barro que cubre la ciudad. Las casas están destrozadas por la riada de lodo que se formó tras romperse dos presas por las abundantes lluvias de la tormenta Daniel del pasado fin de semana. En la mezquita de Al Sahaba, lo que antes era una explanada impoluta de mármol y un jardín, es ahora una masa compacta de barro que se extiende por los laterales del templo, hasta casi engullirlo. 

Así se aprecia en las fotografías de alta resolución (hasta 30 centímetros) captadas por la constelación de satélites de observación de la tierra Pléiades Neo, de Airbus, y cedidas a este diario. Muestran al detalle el horror que se vivió en la localidad libia. Las viviendas más cercanas al río fueron destrozadas por la fuerza de la tromba de agua, que ha sido descrita como una especie de tsunami. El grueso de las viviendas del barrio Al-Eilwa están echadas a perder. Hay bajo los lodos farmacias, cafeterías, tiendas… El edificio del Gobierno y el de la policía parecen haberse salvado, por su altura.

Libia es un país partido en dos, con sendos Gobiernos que controlan distintas áreas del país. Por un lado, el Gobierno de Acuerdo Nacional (GAN), que ocupa el oeste del país y las principales ciudades (Trípoli, Horns, Sirte). Es el reconocido por la comunidad internacional como gobierno legítimo, resultante de la revolución apoyada por Occidente en la que se depuso y asesinó al dictador Muammar al Gadafi en 2011. Ahora cuenta con el apoyo de Turquía y Catar, principalmente. En el este del país está la facción rebelde la liderada por el temible señor de la guerra Jalifa Haftar. Su Ejército Nacional Libio (ENL) cuenta actualmente con el apoyo de los Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Rusia, incluidos los mercenarios del grupo Wagner y milicias islamistas. Derna está bajo su jurisdicción, a dos horas en coche de su capital de facto, Tobruk 

Rescate complicado

La división del país ha complicado mucho el despliegue rápido de los equipos de rescate y la ayuda internacional en la zona afectada. Además, debido a las inundaciones, la ciudad ha quedado también partida en dos, este y oeste, lo que dificulta mucho el acceso. 

Ya han llegado al lugar voluntarios de Bomberos sin Fronteras. Un primer equipo de Médicos Sin Fronteras alcanzó este viernes Derna, tras aterrizar con permiso de las autoridades rebeldes en Tobruk. Han ido a entregar materiales médicos a la Media Luna Roja, que en estos momentos es la organización que cuenta con mayor capacidad para atender a las víctimas. Les van a dar 400 bolsas para cadáveres, 200 kits médicos para tratar a los heridos, 250 kits de guantes, antibióticos, mascarillas quirúrgicas y otros productos médicos… 

La organización teme que las estructuras médicas hayan sufrido daños y que haya que restablecer el acceso a la asistencia para las personas que aún permanecen en el lugar y a las desplazadas por la catástrofe, que se estiman en unas 30.000.

“Todavía hay esperanzas de encontrar personas vivas", ha dicho este viernes Tamer Ramadan, responsable de las operaciones de ayuda de la Cruz Roja en Libia, informa AFP. Sobre todo, pero hay un trabajo ingente por hacer, sobre todo desde el punto de vista sanitario y de vivienda. 

Una catástrofe de alcance desconocido

En Derna vivían antes de la catástrofe cerca de 50.000 personas. No se sabe cuántas han fallecido ni cuántas han desaparecido, engullidas por el mar, arrastradas por el río o enterradas bajo los lodos. 

Solo en esa ciudad, las autoridades sanitarias han contabilizado al menos 5.100 muertos. El alcalde estima que la cifra total puede ascender a entre 18.000 y 20.000. 

"No conocemos el alcance de la tragedia [...] el nivel de necesidades, el número de muertos aún se desconoce", ha asegurado Martin Griffiths, director de emergencias de la ONU. "El problema para nosotros en Libia es, por supuesto, coordinar los esfuerzos con el Gobierno, y luego con las otras autoridades en el este del país", añadió, en referencia a la bicefalia de la nación en guerra. 

La Organización Internacional para las Migraciones estima que hay también unas 900.000 personas damnificadas directamente por esta catástrofe.

En este contexto, el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, se reunirá la próxima semana en Nueva York con el primer ministro del Gobierno de Unidad de Libia, Abdul Hamid Dbeibé, según informan fuentes de Moncloa citadas por Europa Press. Es su oficina la que ha solicitado expresamente este jueves el encuentro con Sánchez, aprovechando su asistencia a la Asamblea General de la ONU, para ver cómo España puede ayudar. El problema, de nuevo, es que la zona devastada está bajo control de los rebeldes enemigos de Dbeibé.

El Gobierno legítimo está enviando ayuda al rebelde. Ha mandado ya varios convoyes por tierra, además de dos aviones medicalizados y un helicóptero, 87 médicos, un equipo de socorristas y perros de búsqueda, según AFP.

Una desastrosa confluencia de factores

¿Por qué ha causado tantos muertos una tormenta? La tormenta Daniel pasó antes de llegar a Derna por otras muchas ciudades, sin destrozarlas: Bengasi, Shahat, Cirene… Pero en Derna, la acumulación de aguas terminó por romper dos represas del río Wadi en la noche del domingo. Según varios testimonios de vecinos de la ciudad, se había avisado a las autoridades del mal estado de las construcciones. Tras la rotura, un torrente siguió el río hasta el mar, arrasando con todo lo que estaba a pocos centenares de metros del cauce 

La mayoría de las muertes podría haberse evitado, según Petteri Taalas, director de la Organización Meteorológica Mundial de la ONU. No se emitieron alertas, las casas estaban construidas en zonas inundables y las presas no tenían mantenimiento. El alto funcionario de la ONU señaló que los años de conflicto que han lastrado a Libia han destruido en gran medida la red de observación meteorológica. No hay una Agencia Meteorológica nacional funcionando.