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Prisioneros ucranianos denuncian torturas en cárceles rusas, según la BBC

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Edificios de la ciudad de Mariúpol después de algunos bombardeos al principio de la guerra

Edificios de la ciudad de Mariúpol después de algunos bombardeos al principio de la guerra / ALEXANDER ERMOCHENKO / REUTERS

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Una docena de exprisioneros de guerra ucranianos han denunciado palizas, descargas eléctricas y otro tipo de torturas mientras se encontraban bajo custodia en un centro de detención en el suroeste de Rusia, lo que supone una violación del derecho humanitario internacional, según ha revelado este miércoles la cadena británica BBC.

Los detenidos, que fueron liberados en intercambios de presos, han asegurado que durante su estancia en el Centro de Detención Preventiva Número Dos, en la ciudad de Taganrog, fueron objeto de abusos físicos y psicológicos por parte de oficiales y guardias rusos. Los ucranianos aseguran que hubo violencia extrema y malos tratos.

En las denuncias interpuestas figuran golpes a hombres y mujeres, incluso en zonas como riñones y pecho. Además, los exprisioneros aseguran que los guardias amenazaban e intimidaban constantemente a los detenidos, algunos de los cuales llegaron a realizar confesiones falsas para poner fin a su sufrimiento que después fueron usadas como pruebas en su contra en los juicios. Los denunciantes también sostienen que no recibieron asistencia médica adecuada y que hubo casos de fallecimientos.

'Hasta el final de sus vidas'

Artem Seredniak, uno de los entrevistados por la BBC, narra cómo fue su llegada a Taganrog: "Hola muchachos. ¿Saben dónde están? Aquí se pudrirán hasta el final de sus vidas", recuerda que le dijo un oficial a modo de saludo. Seredniak encabezaba un pelotón de francotiradores en el Regimiento Azov, la principal fuerza militar en Mariúpol, cuando fue detenido.

El francotirador explica que los guardas rusos le separaron de sus compañeros y le preguntaron sobre sus operaciones militares. Tras intentar negarse, Artem explicó sus tareas. Aun así asegura que le dieron descargas eléctricas en la ingle, la espalda y el cuello.

Otro de los testimonio es el de Serhii Rotchuk, un sargento mayor del regimiento de 34 años, quien sostiene que los oficiales rusos del centro penitenciario aprovechaban los tatuajes que llevaban los prisioneros para utilizar más violencia en su contra. "Buscaban esvásticas o cosas así", pero en realidad, "si tenías algún tatuaje, te veían como un mal tipo", explica Rotchuk. El sargento mayor, que es médico, lleva varios tatuajes y relata que estos le causaron una infinidad de problemas a pesar de no ser símbolos nacionales.

Silencio ante las acusaciones

La BBC no ha podido verificar de forma independiente las afirmaciones de los presos, pero los detalles de los relatos se compartieron con grupos defensores de los derechos humanos y, en la medida de lo posible, fueron corroborados por otros reclusos.

Tanto la ONU como el Comité Internacional de la Cruz Roja han pedido visitar las instalaciones, que antes de la guerra solo se utilizaban para prisioneros rusos, pero el Gobierno de Moscú ha denegado la entrada a cualquier organismo externo. Por su parte el Ministerio de Defensa de Rusia ha preferido guardar silencio ante tales acusaciones.

Más de 2.500 prisioneros ucranianos han sido liberados desde el inicio del conflicto, pero se estima que todavía permanecen bajo custodia rusa unos 10.000 cautivos, según grupos defensores de los derechos humanos.