Motín fallido de Wagner en Rusia

Prigozhin quería capturar al ministro de Defensa, pero el FSB descubrió sus planes, según 'The Wall Street Journal'

Altos cargos rusos conocían los planes de Wagner, según medios de EEUU

La guerra de Ucrania, en directo

Yevgeny Prigozhin (izquierda) atiende al presidente ruso, Vladímir Putin, durante una cena con analistas y periodistas extranjeros en el restaurante Cheval Blanc el 11 de noviembre de 2011.

Yevgeny Prigozhin (izquierda) atiende al presidente ruso, Vladímir Putin, durante una cena con analistas y periodistas extranjeros en el restaurante Cheval Blanc el 11 de noviembre de 2011. / MISHA JAPARIDZE / POOL / REUTERS

Ricardo Mir de Francia

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Cuatro días después de que los paramilitares de Wagner lanzaran su insurrección militar en Rusia para frenarla unas 36 horas después a cambio de un acuerdo de mínimos para salvar el pellejo, persisten muchas preguntas sobre las intenciones últimas del motín, los motivos que la desencadenaron o las razones que llevaron al líder de la milicia a frenar su avance hasta Moscú cuando apenas había encontrado resistencia de las fuerzas de seguridad rusas. La inteligencia occidental podría tener algunas respuestas. Mientras tanto, según ha informado este miércoles noche el medio independiente ruso 'The Moscow Times', Moscú ha detenido al general Serguéi Surovikin, exresponsable de las tropas rusas en Ucrania y quien, según la inteligencia estadounidense, tuvo conocimiento previo de los planes de Yevgueni Prigozhin.

Según publica 'The Wall Street Journal' citando fuentes anónimas del espionaje, el líder del grupo Wagner aspiraba a capturar al alto mando militar del Kremlin, pero tuvo que alterar sus planes después de que la contrainteligencia rusa averiguara días antes su objetivo de sublevarse.

El desprecio que Prigozhin siente hacía el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, y el jefe del Estado Mayor, Valeri Gerásimov, es de sobras conocido. El jefe de Wagner llevaba meses tildándolos de corruptos e incompetentes, culpándoles de los desatinos en Ucrania y acusándoles de dejar a sus paramilitares sin apoyo ni munición, tanto que llegó a amenazar con retirar a sus tropas de Bajmut a finales de abril. No lo hizo, pero tenía ganas de revancha. De acuerdo con la inteligencia occidental, Prigozhin quiso capturar a Shoigú y Gerásimov durante un viaje que ambos planeaban a una región fronteriza con Ucrania, pero dos días antes de la operación, el Servicio Federal de Seguridad (FSB), el antiguo KGB, averiguó sus planes.

Una información que ha sido confirmada por Víktor Zolotov, comandante de la Guardia Nacional de Rusia, un cuerpo que informa directamente al presidente. "Desde el bando de Prigozhin se filtraron informaciones específicas sobre los preparativos para una rebelión que comenzaría entre el 22 y el 25 de junio", declaró Zolotov esta semana a un medio estatal ruso. El espionaje occidental, sostiene el 'Journal', pensaba que el plan original tenía bastantes probabilidades de prosperar, pero fracasó después de que corriera el chivatazo, obligando a Prigozhin a adoptar una alternativa y poner a sus tropas rumbo a Moscú antes de lo planeado inicialmente. 

Altos cargos conocían los planes de Wagner

Los paramilitares de Wagner apenas encontraron oposición en su "marcha por la justicia" hacia la capital. Tomaron sin problemas Rostov del Don, desde donde se coordina la guerra en Ucrania, y abatieron a varios helicópteros en las inmediaciones de Vorozneh. Pero tampoco encontraron adhesiones entre el mando militar ruso durante su avance hacia la capital, en contra de lo que Prigozhin esperaba, según el espionaje occidental. Un factor que posiblemente fue determinante para que aceptara la mediación del líder bielorruso, Aleksándr Lukashenko, y diera marcha atrás cuando sus fuerzas seguían prácticamente intactas.

Es muy probable que Prigozhin hubiese tanteado a sus potenciales aliados antes de enfilar la boca del lobo. No en vano, según 'The New York Times', que cita también fuentes anónimas del espionaje occidental, le habría comunicado sus planes con antelación a Serguéi Surovikin, también conocido como 'general Armagedón', uno de los más respetados entre la soldadesca, quien dirigiera a las tropas rusas en Ucrania entre octubre de 2022 y el pasado mes de enero. El jefe de Wagner no solo había elogiado a Surovikin en varias ocasiones, sino que llegó a proponerlo junto al también general Mijail Mizintsev –conocido por los ucranianos como 'el carnicero de Mariúpol'– para reemplazar a Shoigú y Gerásimov.

Surovikin, a quien no se le ha visto en público desde el pasado sábado, un día después de señalarse como el primer general en condenar el golpe y el único en ordenar ataques aéreos contra los amotinados, se encuentra presuntamente detenido, según la información publicada por 'The Moscow Times', que cita a dos fuentes anónonimas próximas al Ministerio de Defensa ruso. "Aparentemente, él [Surovikin] eligió el lado de Prigozhin durante el levantamiento, y lo han cogido por las pelotas", ha asegurado una de estas fuentes.

Facciones en el Ejército

"Las Fuerzas Armadas rusas no son monolíticas, sino que consisten en multitud de grupos rivales que compiten por los cargos y las fuentes de ingresos", escribe el analista del Carnegie Endownment, Mijail Komin. "Prigozhin contaba con que los oficiales que hicieron carrera bajo los reformistas que precedieron a Shoigú y Gerásimov se mantuvieran neutrales u ofrecieran en silencio su apoyo". 

La información de la inteligencia debe tomarse siempre con mucha cautela, y más cuando Occidente está plenamente aliado con uno de los bandos en esta guerra. Desde el Kremlin, su portavoz describió como "un chisme" el supuesto conocimiento que Surovikin tenía de los planes golpistas.

El canal ruso de Telegram, Rybar, conocido por su apoyo a la invasión de Ucrania, ha destacado que "no ha sido visto desde el sábado" y circulan todo tipo de rumores sobre su paradero. "Una de las versiones dice que está bajo investigación", ha escrito Rybar antes de que saliesen las informaciones sobre su supuesta detención.