¿Qué ha pasado en Rusia? | El divorcio total entre los mercenarios de Wagner y el Ministerio de Defensa

La relación entre el grupo de mercenarios más infame de Rusia y el establishment ruso nunca fue buena. Fue necesaria la mediación del mismo presidente ruso Vladímir Putin para que resolvieran sus diferencias, al final, comparten un mismo objetivo en Ucrania – a sus ojos “desnazificarla y desmilitarizarla”-. La chispa que encendió la última polémica, la que acabó de enfadar a Yevgueni Prigozhin, el jefe de Wagner, fue el supuesto bombardeo de posiciones de los mercenarios por parte del Ejército ruso. Por esa razón desde el mismo perfil oficial de los "músicos" - otro de los motes del grupo- pidieron la detención del “idiota tuvano”, refiriéndose al ministro de Defensa Serguéi Shoigú, al que culpan de todos los males del grupo armado.

El otrora llamado “cocinero de Putin”, era parte de la línea dura, que consideraba que Rusia estaba siendo blanda en Ucrania y pedía más recursos y más implicación del estado. Usaba a los cadáveres de sus hombres, muertos por fuego ucraniano, en sus vídeos para reclamar más munición y recurrentemente se dirigía en ellos tanto a Shoigú como a Valeri Gerasimov, jefe del Estado Mayor y uno de los hombres que lideran la ofensiva rusa en Ucrania, con muy malos modales y usando palabras malsonantes.

Mientras solo eran palabras, Wagner contaba con algunos aliados cercanos en el seno del mismo poder ruso. Uno de ellos era Serguéi Surovikin, el apodado “general Armaggedon”, que apareció el mismo viernes en un vídeo condenando la insurrección de su “amigo” y reforzando su apoyo a Shoigú. En el mismo mensaje pedía a los mercenarios no “caer en la trampa del enemigo”, además de recordarles que “tienen la misma sangre” y el mismo objetivo en Ucrania.

Por su parte, Ramzán Kadírov el gobernador de Chechenia, uno de los grandes referentes de la línea dura y otro de los apoyos de Prigozhin ha optado por ponerse de frente contra de este intento de Wagner de imponerse, tildado por las autoridades rusas de “insurrección armada”. El líder checheno ha preferido cerrar filas con Putin y ha calificado el comportamiento de Prigozhin de “cuchillo por la espalda”, además de poner a disposición del oficialismo ruso a sus hombres para liquidar el intento de motín, “si hace falta con métodos duros”.

Putin el árbitro

El líder ruso se ha inclinado, como era esperable, hacia el lado del ministerio de Defensa. Además de pedir a los mercenarios que no caigan en las provocaciones, también recuerda que su país está luchando por su supervivencia . Prigozhin fue uno de los hombres de confianza del mandatario, obteniendo premios como el de “Héroe de la Federación Rusa” o siendo nombrado el hombre más importante de 2022 en el país euroasiático.

Previamente había vivido algunos momentos difíciles cuando Prigozhin admitió que la ofensiva rusa en Ucrania no estaba cumpliendo con sus objetivos , algo totalmente tabú en las filas de los medios estatales rusos, que siempre han apuntado que el ejército ruso avanza hasta la victoria, aunque culpaban a Occidente de que no fuera al ritmo deseado por el Kremlin.

La estocada final al tándem Putin-Prigozhin fue de golpe, el viernes, cuando el líder de Wagner decidió alzarse contra el seno del poder ruso. El mismo presidente tildó a los incitadores de la insurrección de “traidores” confirmando que el llamado “cocinero de Putin” es ahora,  ojos de todo el oficialismo ruso, un enemigo al que se debe frenar. En el mismo mensaje lo apuntó Putin, que recordó que las fuerzas armadas “han recibido la orden de neutralizar a aquellos que han organizado la rebelión armada”.

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