Acontecimiento histórico

Un Londres caótico ultima los preparativos de la coronación de Carlos III

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Laura Puig

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Los operarios se afanan este miércoles en colocar alfombras sobre el césped del exterior de la Abadía de Westminster y en dar la última capa de pintura a los faroles de la entrada. Mientras, cientos de agentes de policía sitúan kilómetros de vallas metálicas a lo largo del recorrido que realizarán este sábado Carlos y Camila en sus procesiones desde Buckingham a la abadía y de regreso a palacio. El tráfico es de locos: escoger el autobús en lugar del metro es mala idea. Mareas de turistas abarrotan las calles y los monumentos más destacados. Londres vive estos días previos a la coronación sumido en un caos monumental.

Se espera que el acontecimiento histórico atraiga más o menos al mismo número de visitantes que viajaron a la ciudad para asistir a las celebraciones del Jubileo de Platino de la reina Isabel II el año pasado: unos 2,6 millones. "Eventos como este realmente impulsan la recuperación, ¿no es así? Y vuelven a poner a Gran Bretaña en el escenario mundial", aseguró hace unos días en declaraciones a los medios Patricia Yates, directora ejecutiva de la junta de turismo de VisitBritain.

Sin embargo, muchos londinenses aprovecharán que se ha decretado fiesta nacional el lunes para huir de la marabunta. "Me marcho fuera de Londres para escapar de la coronación", confiesa a EL PERIÓDICO un profesor de la London School of Economics.

Frente al Palacio de Buckingham, que anoche vivió un incidente cuando un hombre lanzó al suelo lo que se sospecha que eran cartuchos de fusil, es prácticamente imposible dar un paso. El espacio para caminar se ha reducido de manera considerable, puesto que a un lado se han colocado unas gradas desde las que ilustres invitados podrán seguir los actos del sábado. Y al otro extremo, las televisiones tienen instaladas carpas para realizar sus retransmisiones en directo. Al palacio se dirigen Neil y Dorothy, una pareja de septuagenarios que han sido invitados a la primera Garden Party de la temporada, una tradición que data de la reina Victoria y en la que se reconoce el servicio público de personas que han aportado valor a su comunidad. Dorothy es consejera de Northamptonshire.

Tiendas de campaña en el Mall

En el Mall, la avenida que une Buckingham con Trafalgar Square, los más incondicionales ya se encuentran reservando un buen lugar en primera fila para seguir los actos del sábado. Judy, de 60 años, es alemana pero lleva 23 años viviendo en Londres. Ha atado una silla con una brida a una de las vallas metálicas y ha colocado una bandera de la Union Jack. Para marcar territorio. Por las noches va a dormir a casa y asegura que le respetan el sitio. Eso sí, el viernes hará noche en el Mall. "En esto de la pompa y la circunstancia, los ingleses son los mejores. Yo estoy aquí sobre todo por el espectáculo", explica.

Lucy, de 51 años y residente en Bristol, es una habitual de este tipo de celebraciones y ha plantado una tienda de campaña para pasar estos días hasta el sábado. "He estado en la mayoría de celebraciones monárquicas. Es una bonita forma de pasar un buen momento con la familia y los amigos, conoces a gente, hay muy buen ambiente", asegura esta mujer, que verá el espectáculo junto a su hijo, de 17 años, y su madre, de 74. Tres generaciones unidas por los Windsor.

Julia posa junto a su tienda en el Mall, colocada para garantizarse un buen sitio desde el que ver los actos de la coronación.

Julia posa junto a su tienda en el Mall, colocada para garantizarse un buen sitio desde el que ver los actos de la coronación. / LAURA PUIG

También con tienda de campaña está Julia, de 60 años y vecina de Basingstoke, en Hampshire. Se declara "muy pro-Carlos": "Creo que lo va a hacer muy bien. Está reduciendo la familia real y adecuándola a los tiempos modernos".

Cerca de la Abadía de Westminster, que permanece cerrada al público desde el 25 de abril, el ambiente es mucho más tenso. Una protesta de ciudadanos contrarios al Brexit, que se concentra cada semana en el mismo sitio, clama contra los "mentirosos egoístas" que "están destruyendo" el Reino Unido. "Prometieron una vida mejor, más dinero, mejores acuerdos con el resto del mundo, y mira cómo estamos", apunta el líder del grupo, Steve Bray. "Tenemos el Gobierno más corrupto de la historia", añade, antes de recordar que el actual primer ministro, Rishi Sunak, no ha sido elegido en las urnas. "No tiene un mandato".

Aviso del Gobierno

Mientras habla Bray, la policía empieza a detener a algunos participantes en una marcha en contra de la extracción de petróleo y gas. Pete Richards, uno de los manifestantes, denuncia la deriva represora del Gobierno, en referencia a la ley de orden público aprobada este martes en el Parlamento y que da a la policía más poderes para combatir las protestas. El grupo antimonárquico Republic, que planea acciones el día de la coronación, ha denunciado la recepción de una carta "intimidatoria" del Ejecutivo en la que le informa de las prerrogativas de la nueva ley: penas de cárcel para aquellos que bloqueen carreteras o edificios y podrán ser detenidos los manifestantes sospechosos de buscar causar el caos.

La policía arresta a una manifestante frente a Westminster, este miércoles.

La policía arresta a una manifestante frente a Westminster, este miércoles. / ANDY RAIN / EFE

Londres lleva meses siendo escenario de protestas en contra del alza del coste de la vida, con huelgas de trabajadores de los servicios públicos, especialmente de la sanidad, la educación y los transportes. Esta semana están llamados a un paro los vigilantes de seguridad del aeropuerto de Heathrow.

Por los altavoces de los anti-Brexiters suena a todo volumen la canción de Kaiser Chiefs 'I predict a riot'.

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