Escalada de violencia

¿Por qué la muerte de un preso palestino en huelga de hambre puede incendiar Oriente Próximo?

La muerte de Jader Adnan tras 86 días sin ingerir alimentos podría ser la gota que colma el vaso tras meses de ofensivas militares israelís en la Cisjordania ocupada, con un balance de más de un centenar de asesinados

Andrea López-Tomàs

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Son miles de personas sin poder moverse, pero son capaces de provocar el levantamiento de un pueblo entero. Los centenares de presos palestinos que languidecen en cárceles israelís son un elemento clave de la sociedad palestina. La población los ve como héroes nacionales, actores a los que proteger a toda costa. Muchos de ellos son líderes políticos, como Marwan Barghouti de Fatah que, desde hace años, es un rival directo del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás. Pero muchos de los reos son civiles sin demasiada trayectoria política. Aún así, cualquier amenaza percibida contra la población carcelaria palestina puede desencadenar tensiones o violencia en todos los territorios

Por eso, la reciente muerte de Jader Adnan, miembro de la Yihad Islámica que sucumbió a la huelga de hambre después de 86 días, ha hecho saltar todas las alertas a ambos bandos de la Línea Verde. Israel ve a los reos palestinos como Adnan como amenazas a la seguridad acusados de participar en ataques o conspiraciones mortales. En su caso, fue arrestado en febrero por sospecha de pertenencia a un grupo terrorista, apoyo a una organización terrorista e incitación. La relevancia de los presos en la sociedad palestina ha motivado a Israel a acceder a sus demandas de liberarlos, reducir sus sentencias o mejorar sus condiciones de vida entre rejas tras la organización de huelgas de hambre.

"Precio a pagar"

“La huelga de hambre siempre ha sido la opción estratégica de los y las prisioneras palestinos en cárceles israelís”, explicaba hace unas semanas Mussa’ab Bashir, periodista y exprisionero político, a 'EL PERIÓDICO' tras la convocatoria de una huelga de hambre masiva. "Siempre el éxito de las huelgas de hambre ha ido correlacionado con la situación política palestina fuera de las cárceles", recordaba Bashir. Y esta vez el fracaso de la huelga de hambre llega en uno de los momentos más tensos de las últimas décadas. Más de 100 palestinos han sido asesinados en la Cisjordania ocupada por el Ejército israelí en lo que va de año, a la vez que 19 israelís han muerto en ataques supuestamente perpetrados por palestinos.

Horas después de la muerte de Adnan, tres cohetes han sido lanzados desde la Franja de Gaza. Y aunque la esposa del difunto, Randa Adnan, ha declarado que ni ella ni su familia quieren ninguna respuesta al fallecimiento, a menudo las milicias palestinas actúan por libre. "No deseamos que se disparen cohetes y, a cambio, se bombardee Gaza", ha dicho a los medios frente a su casa en la Cisjordania ocupada. "Ahora, después de su muerte y todos los sacrificios que hizo, no queremos que se derrame ni una gota de sangre", ha añadido. Los grupos considerados terroristas por Israel han respondido que este es el “precio a pagar” por el Estado hebreo. El establecimiento de defensa israelí se estaba preparando para una posible escalada de violencia a raíz de la muerte de Adnan, incluidos posibles disturbios en las cárceles. 

“Basta de palabrería; [los grupos en Gaza] disparan cuando quieren, tenemos que asesinarlos”, ha dicho Alon Davidi, alcalde de Sderot, una de las localidades fronterizas con la Franja. Tres personas han resultado heridas por los cohetes en una obra en construcción de este municipio. A su vez, el exministro de defensa Benny Gantz ha advertido en Twitter que los habitantes de Gaza “pagarán un precio por disparar al sur” de Israel. El Ejército israelí ha anunciado que han llevado a cabo ataques con tanques contra objetivos en la Franja de Gaza después del lanzamiento de cohetes.

Bajo control de Ben Gvir

Además, la situación para los presos palestinos ha empeorado en los últimos meses. La muerte de Adnan tiene lugar en el Israel dirigido por el Gobierno más derechista de su historia. Las prisiones y los presos palestinos son supervisados por el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, un ultranacionalista que ha endurecido las restricciones a los reos, incluida la reducción del tiempo de ducha y el cierre de panaderías en la cárcel. Actualmente hay más de 1.000 palestinos sin cargos ni juicio entre rejas, el número más alto desde el 2003, según el grupo israelí de derechos humanos HaMoked. Mientras, sobre el terreno en los territorios ocupados, a la violencia del Ejército israelí se le suma la agresividad creciente de los miles de colonos que atacan con impunidad ante la mirada inactiva de los soldados. 

Después de uno de los Ramadanes más tensos en años, la población palestina trata de responder con las pocas armas de las que dispone. La ciudadanía ha convocado una huelga general en Gaza, Cisjordania y Jerusalén en respuesta a la muerte de Adnan, y se esperan protestas. Además, en los últimos meses, han surgido entre la juventud nuevos grupos militantes que están liderando los ataques contra israelís dentro y fuera de los territorios ocupados. Ante una aún mayor escalada de violencia, estos jóvenes armados piden una tercera intifada, ya sin nada que perder.

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