Entrevista

Mego Terzian, coordinador de MSF en el noroeste de Siria: "La emergencia tras el terremoto ya ha terminado, pero muchos problemas persisten"

Apunta que la necesidad más importante en la región es "que los suministros de ayuda médica y medicinas sigan llegando"

Distribución de artículos de socorro por parte de MSF en el noroeste de Siria.

Distribución de artículos de socorro por parte de MSF en el noroeste de Siria. / Médicos Sin Fronteras

Adrià Rocha Cutiller

Adrià Rocha Cutiller

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Mego Terzian, antiguo presidente de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Francia, lleva toda una vida trabajando en paliar los efectos sobre la población civil en emergencias y conflictos en todo el mundo, desde la guerra del Alto Karabaj, hasta el conflicto de Afganistán, Sierra Leona o la República Democrática del Congo. En la actualidad, Terzian es el responsable de la organización internacional en la respuesta del terremoto del pasado 6 de febrero en el noroeste de Siria. Según este pediatra de profesión, la necesidad más importante en la región es una: “Que los suministros de ayuda médica y medicinas sigan llegando”.

Dr. Mego Terzian, coordinador de MSF en el noroeste de Siria.

Dr. Mego Terzian, coordinador de MSF en el noroeste de Siria. / Médicos sin fronteras

Por la magnitud de la tragedia y por el acceso mediático, se ha hablado mucho más de los efectos del terremoto en Turquía que en Siria. ¿Cuál es la situación en el sur de esa frontera?

132.000 sirios han perdido sus casas, y ahora viven en refugios temporales o en campos. Y esto es un gran problema, porque estas personas son nuevos desplazados internos por culpa del terremoto en una región con millones de desplazados internos por la guerra. Nuestro objetivo primario, ahora mismo, es distribuir ayuda a esta gente, y tratar los enfermos y heridos de la región. La fase de emergencia tras el terremoto ya ha terminado, pero muchos problemas persisten. 

¿Cuál es, entonces, la más problemático de la situación actual?

Necesitamos garantizar un mecanismo de suministros sistemático, que éste no pare. Hasta la fecha, desde MSF hemos sido capaces de mandar ayuda y equipamiento médico al noroeste de Siria. Pero sólo si este suministro es estable se podrán cubrir todas las necesidades actuales. Muchos médicos se quejan de que hace semanas que no cobran ningún salario. Y esto es algo que ocurría antes del terremoto. Si queremos tratar a todos los heridos y enfermos de forma correcta, se tiene que cuidar el personal.

Desde meses antes del terremoto, en el noroeste de Siria se detectó un brote de cólera. ¿Se teme que la emergencia creada por el seísmo pueda ayudar a esta enfermedad a esparcirse?

Es posible, y por esto creemos que es clave recibir todos los suministros necesarios, porque si estos llegan, nuestros colegas sirios pueden hacerle frente al cólera y a cualquier otra enfermedad infecciosa. 

¿Qué medidas toman ustedes en sus hospitales y centros médicos?

Desde hace dos días se ha empezado una campaña masiva de vacunación para el cólera, cuyo objetivo es vacunar a 1,7 millones de personas. Iniciativas como esta pueden influir positivamente en los casos, pero no será suficiente. La desinfección del agua tiene que ser incrementada, tanto en los campos de refugiados oficiales como en los no oficiales. Esto es clave para prevenir cualquier brote.

¿Han detectado nuevos casos o un incremento de enfermos de cólera desde el terremoto?

De momento, no. Hace unos días, sin embargo, en un hospital de la ciudad de Afrín, hablé con un doctor que me comentó que en los días anteriores se había encontrado con tres casos de sarampión, y que habían sido puestos en cuarentena. El riesgo de que enfermedades como esta se esparza es grande, ya que tras el seísmo ha habido mucha movilidad de la población, que ha tenido que abandonar sus casas. Estamos preparados de incrementar nuestra capacidad de trabajo en caso de que se declare un brote. Pero hacen falta recursos: acceso a la red eléctrica las 24 horas, agua limpia, bombonas de oxígeno, salarios para los médicos, medicinas, equipamiento…

Entonces, ¿sería esta la gran diferencia entre los efectos del terremoto en Turquía y en Siria? ¿La falta de ayuda humanitaria y equipos médicos?

Turquía tiene un mecanismo de ayuda fuerte, y su capacidad de organización es potente. En Siria, en las regiones controladas por la oposición, los recursos no son los mismos. Antes del terremoto ya había muchos médicos que no recibían sus salarios, y esta falta de organización afecta a la capacidad del sistema de salud de tratar a sus enfermos. Pero después de 12 años de guerra, el personal médico tiene una enorme experiencia en luchar contra grandes casos de emergencias médicas, lo que ha permitido poder responder al gran número de heridos que creó el seísmo.

Probablemente no exista ningún médico en el mundo tan preparado para la tarea como un médico sirio.

Hace unos días, de hecho, uno de ellos me dijo que nunca en su vida había visto a un número tan alto de heridos de golpe. Pero que también pudieron hacerle frente a la situación porque ya se habían enfrentado a situaciones parecidas en el pasado. Eso fue durante los primeros días. A partir del quinto día tras el terremoto, me dijo, ya pudieron empezar a tratar a pacientes con casos menos urgentes.