China también pide a la ONU que investigue la destrucción de Nord Stream

Foto aérea de la fuga en el gasoducto Nord Stream 2.

Foto aérea de la fuga en el gasoducto Nord Stream 2. / Europa Press

Adrián Foncillas

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China se ha sumado a la petición rusa para que la ONU investigue las explosiones en los gasoductos Nord Stream del pasado mes de septiembre. Algunas voces en el Consejo de Seguridad, y especialmente la estadounidense, la han presentado como una maniobra de distracción del inminente aniversario de la guerra en Ucrania. Para Rusia y China consiste en evitar un inquietante precedente de terrorismo impune.

Zhang Jun habló en el Consejo de Seguridad de un "acto deliberado" y señaló la complejidad de la operación como prueba de que sólo un Gobierno pudo ejecutarla. "Cualquier sabotaje en una infraestructura transfronteriza es un acto malvado. Si no averiguamos qué pasó o quién está detrás de la destrucción, mandaremos una señal incorrecta a aquellos con intenciones perversas y les haremos creer que, hagan lo que hagan, podrán salirse con la suya”, advirtió Zhang.

Pocos asuntos han generado más ruido durante la guerra que los dos gasoductos rusos Nord Stream. En septiembre, un mes después de que Moscú cerrara el grifo, varias explosiones los arruinaron. Se da por sentado que fue un sabotaje orquestado por algún Gobierno pero no hay dictamen aún sobre su autor. Rusia ha culpado a Washington y no faltan los indicios. Joe Biden había adelantado meses atrás que "acabaría" con los gasoductos y desde Polonia se le dieron las gracias tan pronto fueron destruidos. Seymour Hersh, leyenda del periodismo, describió recientemente una trama de buzos estadounidenses colocando explosivos que fueron detonados a distancia. Estados Unidos ha calificado su investigación de "completa ficción" y desdeñado al reconocido periodista como un "bloguero".

Pruebas acumuladas

Un comunicado que habla de "completa ficción", ha aclarado China, no basta cuando se amontonan las pruebas. "Encontrar una vía para evitar la reunión de hoy no significa que la verdad pueda ser ocultada", continuó Zhang. Es improbable que el Consejo de Seguridad discuta el asunto. Sostiene Washington que las pretensiones chinorusas persiguen alterar un calendario con previsibles condenas a Moscú en el aniversario de su invasión. "Cuando el mundo se reúne para pedir una paz duradera, justa y consistente con las resoluciones de la ONU, Rusia quiere desesperadamente cambiar el tema”, ha respondido Washington.

También Londres y París son reticentes y citan las investigaciones de Dinamarca, Alemania y Suecia, cuyos representantes recordaban ayer que aún no han concluido. Ocurre que Moscú no espera nada de esos procesos. "No sólo carecen de transparencia sino que está muy claro que sólo buscan tapar las huellas y defender a su hermano estadounidense", decía ayer Vassily Nebenzia, embajador ruso en la ONU. Sólo confía en esta y en su secretario general, Antonio Guterres, para establecer una investigación internacional independiente.

Un par de analistas regaron ayer de sentido común el Consejo de Seguridad. Para Jeffrey Sachs, prestigioso economista de la Universidad de Columbia, sólo un Gobierno pudo cumplir la misión y ha excluido al ruso de la quiniela. Ha recordado también que las agencias de información de países de la OTAN habían concluido en privado que carecían de pruebas de la autoría de Rusia y enfatizado en el absurdo de considerarla como hipótesis. "Carece de razones para atentar contra su propia infraestructura y, de hecho, va a tener que pagar una gran suma para repararla", afirmó frente a los miembros del órgano. El antiguo analista de la CIA, Raymond McGovern, reivindicó a Seymour Hersh tras los desdenes de Washington: "Atrae a los confidentes gracias a su perfecto historial protegiendo sus identidades y publicando informaciones con exactitud a pesar de las negaciones gubernamentales y los ataques difamatorios que invariablemente provocan".