Malestar social

El Parlamento israelí inicia la tramitación de la polémica reforma judicial entre fuertes protestas

Ciudadanos y empresas del país hebreo se oponen al plan legislativo del derechista Netanyahu porque creen que erosionaría la separación de poderes y debilitaría las bases de la democracia

Manifestantes israelíes tumban una valla en el Parlamento de Israel, el 13 de febrero de 2023, durante las protestas en contra de la polémica reforma judicial del Gobierno derechista del país.

Manifestantes israelíes tumban una valla en el Parlamento de Israel, el 13 de febrero de 2023, durante las protestas en contra de la polémica reforma judicial del Gobierno derechista del país. / AHMAD GHARABLI / AFP

Andrea López-Tomàs

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Miles de pasos marchando a la vez hacen temblar a Israel. Mientras, dentro del edificio de la Kneset, el Parlamento israelí vivía este lunes sus momentos más tensos. Y es que el Gobierno derechista de Binyamín Netanyahu puso en marcha su polémica reforma judicial. La oposición respondió con gritos, canciones de protesta y expulsiones por la fuerza, imitando el tenso ambiente que se ha vivido en las calles. Israelís de todos los rincones del país, y de varios colores políticos, se desplazaron hasta Jerusalén para expresar su firme rechazo a unos proyectos de ley que pueden cambiar el sistema democrático de Israel para siempre. 

"No dejaremos que destruyáis la democracia", clamó uno de estos manifestantes al interrumpir una reunión del partido Shas, miembro de la coalición gobernante. Israel se enfrenta a una semana clave para el futuro de su propio sistema político, y las calles y los despachos se impregnan de este clima de tensión. En el segundo mes al mando, el gabinete de extrema derecha de Netanyahu se apresura para legislar una revisión general del sistema judicial con repercusiones sin precedentes para la democracia liberal en Israel. Esta semana está prevista la presentación de varios proyectos de ley en la Kneset que han hecho saltar todas las alarmas.

Este mismo domingo, el Comité Ministerial de Asuntos Legislativos, una comisión de 11 personas encabezada por el ministro de Justicia, Yariv Levin, aprobó un proyecto de ley que impide que la Corte Suprema interceda en la legislación que contradice las leyes básicas casi constitucionales. Israel no tiene una constitución escrita así que su poder judicial depende de una docena de leyes básicas con estatus cuasi constitucional, aprobadas por la Kneset, para determinar si el Ejecutivo se ha excedido en su autoridad y si daña los derechos humanos o civiles básicos. La nueva legislación propuesta busca retirar este contrapeso judicial y dar mucho más poder al Gobierno hasta otorgarle la última palabra en todo.

Proyectos de ley aprobados

También este domingo el comité aprobó un proyecto de ley que impide que el máximo tribunal del país intervenga en los nombramientos ministeriales. Esta medida busca esquivar la sentencia de la Corte Suprema que impidió a Aryeh Deri, el líder de Shas condenado por fraude fiscal, ocupar un cargo ministerial. Durante este lunes, la Comisión de Constitución, Derecho y Justicia de la Kneset, liderada por el diputado de extrema derecha de Sionismo Religioso, Simcha Rothman, votó dos proyectos de ley. El primero quiere reestructurar el panel de selección de jueces para entregar al Gobierno una mayoría incorporada. El segundo obstaculiza significativamente la revisión judicial de las leyes.

Pese a la agresiva respuesta de la oposición y su denuncia de procedimientos irregulares, la comisión aprobó una enmienda a la ley básica que afirma que "el Poder Judicial le otorga al Gobierno y a la coalición control total sobre todos los nombramientos judiciales en Israel, incluido el Tribunal Supremo, al mismo tiempo que prohíbe al Supremo en su función de Tribunal Superior de Justicia derogar las Leyes Básicas". Este miércoles todos estos proyectos legislativos pasarán a una lectura preliminar en la Kneset. Hacen falta tres de estas lecturas para que se conviertan en leyes. A su vez, el paquete legal incluirá la 'cláusula de anulación', que permitiría a la Cámara eludir un fallo del Supremo con una mayoría simple de 61 votos. 

En defensa de la democracia

Gran parte de la ciudadanía israelí se ha volcado en la lucha por conservar su sistema democrático. Durante la jornada del lunes, una huelga general permitió a miles de trabajadores concentrarse a las puertas de la Kneset en su intento de detener la reforma judicial. Más de 90.000 personas protestaron frente al edificio gubernamental en Jerusalén, siguiendo la estela de las protestas semanales que han juntado a miles en las principales ciudades del país. A primera hora, un grupo de manifestantes religiosos y seculares se unieron en un rezo conjunto en el Muro de las Lamentaciones para escenificar que la preocupación por las controvertidas medidas no entiende de ideologías políticas.

En un gesto excepcional, el presidente de Israel, Isaac Herzog, también se pronunció. "Siento, todos sentimos, que estamos en el momento previo a una colisión, incluso una colisión violenta, un barril de explosivos antes de una explosión", dijo el domingo en televisión. Hizo un llamamiento a los diputados de la coalición para posponer los pasos legislativos tras presentar su plan de compromiso que busca salvar al país de un "colapso constitucional". Las palabras de Herzog parecían un eco de las de su homólogo estadounidense, Joe Biden, que en una crítica indirecta, dijo el domingo que la democracia de Israel se basa en el consenso y en un poder judicial independiente.