Ofensiva de Moscú

Putin extiende los ataques a ciudades del oeste de Ucrania y se acerca a Polonia

La guerra de Rusia y Ucrania, en directo

Reportaje multimedia: Resumen de dos semanas de invasión rusa

Imagen vía satélite que muestra camiones de reabastecimiento y probable despliegue de lanzamiento de cohetes múltiples en Berestyanka, población al noroeste de Kiev.

Imagen vía satélite que muestra camiones de reabastecimiento y probable despliegue de lanzamiento de cohetes múltiples en Berestyanka, población al noroeste de Kiev. / MAXAR TECHNOLOGIES

Marc Marginedas

Marc Marginedas

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Ningún rincón de la geografía ucraniana, por muy alejado que esté de las regiones orientales y sureñas, cuya conquista parece ser prioritaria para el Kremlin, se va a librar de la guerra. Éste parece ser el mensaje que han querido transmitir los mandos militares rusos durante la jornada de este viernes, en la que se registraron bombardeos contra objetivos situados en localidades occidentales cercanas a la frontera con Polonia y Rumanía, y habitadas mayoritariamente por gentes cuya lengua habitual es el ucraniano. En una nueva señal de que el desarrollo de las hostilidades no está cumpliendo las expectativas que se hizo en su día el Kremlin, se ha confirmado finalmente la llegada de soldados sirios entrenados especialmente en la lucha urbana, que muy bien podrían entrar en combate en un eventual asalto a Kiev, la capital.

Mikhailo Podolak, asesor del jefe de la oficina del presidente ucraniano, ha informado en su cuenta de twitter que sendos bombardeos se registraron en las ciudades de Lutsk e Ivano Frankivsk. A través de Facebook, el alcalde de la primera localidad, a menos de un centenar de kilómetros de la frontera polaca, ha pedido a los vecinos que se refugien en los sótanos para protegerse del ataque. Además, les ha recomendado que se abstuvieran de difundir fotos, direcciones o coordenadas que pudieran ayudar a las tropas ocupantes a hacer una evaluación de los daños. Se trata del primer ataque contra la localidad, muy próxima a Lviv, convertida en la capital de la retaguardia ucraniana, y tuvo como objetivo un aeródromo militar cercano. “Desgraciadamente, hay pérdidas humanas: dos militares han muerto y seis han sufrido heridas”, ha informado el jefe de la Administración Militar Regional, Yuriy Pohulayko.  

En Ivano-Frankivsk, no lejos de la demarcación fronteriza con Rumanía, las explosiones pillaron por sorpresa a sus habitantes, ya que las sirenas de alarma no llegaron a sonar. En Dnipró, una ciudad del centro que hasta ahora había permanecido relativamente tranquila, se produjeron tres ataques aéreos cuyos proyectiles cayeron cerca de una fábrica de zapatos, un edificio de apartamentos y un jardín de infancia. Una persona ha resultado muerta.

Régimen de Damasco

La llegada de mercenarios contratados en las zonas de Siria bajo control del régimen de Damasco constituye un paso adicional en la internacionalización de un conflicto cuya onda expansiva amenaza con reverberar en regiones más allá del continente europeo como Oriente Próximo.

La prensa estadounidense ha informado en los últimos días, citando a fuentes oficiales estadounidenses, las autoridades rusas están ofreciendo entre 200 y 300 dólares al mes para acudir a combatir en Ucrania durante seis meses. Según ha asegurado Jennifer Cafarella, del Instituto para el Estudio de la Guerra de Washington, Rusia quiere aprovecharse de la experiencia acumulada en el combate urbano durante los últimos años en la guerra de Siria, en particular en los asedios a localidades como Alepo o Duma dado que sus tropas, formadas en muchos casos por soldados realizando en servicio militar, carecen de entrenamiento adecuado. Estas fuerzas se añadirán a los combatientes enviados desde Chechenia por Ramzán Kadírov, aliado de Putin. 

El empleo de este tipo de tropas ha sido objeto de controversia. De acuerdo con la ley rusa, es ilegal enviar a zonas de guerra a chicos haciendo la mili, y en un primer momento el presidente ruso negó tajantemente que ello se hubiera producido. Sin embargo, al poco tiempo, Igor Knashenkov, portavoz del Ministerio de Defensa, se vio obligado a contradecir a su comandante en jefe y a admitir, no solo su existencia, sino también que algunos de ellos habían sido apresados por las fuerzas ucranianas.  

Según los expertos, una de las razones por las cuales las autoridades se niegan a emplear el término “guerra” y se limitan a hablar de “operación especial” es precisamente para sortear posibles problemas legales derivadas del uso de tropas con escasa formación para una guerra en toda regla como es el conflicto armado en Ucrania.