Los oligarcas de Putin (2)

Vagit Alekperov: el gasolinero de los tanques rusos

Solo queda un 5% de petróleo de Lukoil en los tanques que el magnate inauguró en Barcelona con Artur Mas

ECONOMIA LUKOIL Y MEROIL INAUGURAN NUEVA TERMINAL EN EL PUERTO DE BARCELONA El president Mas i el president de Lukoil durant l'acte inaugural Autor:Jordi Bedmar

ECONOMIA LUKOIL Y MEROIL INAUGURAN NUEVA TERMINAL EN EL PUERTO DE BARCELONA El president Mas i el president de Lukoil durant l'acte inaugural Autor:Jordi Bedmar / Jordi Bedmar

Juan José Fernández

Juan José Fernández

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“El Consejo de Administración de Lukoil expresa su más profunda preocupación por los trágicos acontecimientos en Ucrania. Llamamos a la pronta terminación del conflicto armado, expresamos nuestra sincera empatía por todas las víctimas”, decía un madrugador comunicado el pasado 3 de marzo.

La segunda petrolera de Rusia y su presidente, el multimillonario Vagit Alekperov, han querido desmarcarse de Vladimir Putin y apartarse de cualquier salpicadura de sangre. Pero ese mismo 3 de marzo culminaba un comienzo de mes en el que Lukoil había estado enviando más de 13.000 barriles de combustible al día a las provincias rusas y bielorrusas lindantes con Ucrania: Belgorod, Briansk, Kursk, Voronez, Krasnodar y Rostov, con destino, sobre todo, al enorme despliegue de blindados, carros, helicópteros y bombarderos ordenado por Putin.

No es, desde luego, gasolina para autobuses urbanos o ambulancias. Según un informe de los analistas de Energy Intelligence, veterana consultora internacional de Washington, en este triste mes de marzo el total de envíos de tres de las mayores petroleras rusas -Rosreserv (la reserva estratégica pública de crudo, gestionada ahora por el ministerio de Defensa ruso), Lukoil y Gazprom Neft- a la frontera con Ucrania multiplica por nueve la media de queroseno remitida cada día en tiempos de paz de 2021, y es ocho veces superior el envío diario de gasoil al del año pasado.

Tanto queroseno no es solo para los cazas. Los potentes carros de combate T80 que el ejército ruso ha bajado del ártico para invadir ucrania usan combustible de aviones en sus motores. Lukoil tiene una gran refinería, capaz de facturar 310.000 bidones de hidrocarburos al día, en Volgogrado, junto a las turbulentas regiones prorrusas ucranianas de Donetsk y Lugansk.

En esta contradicción se mueve Vagit Alekperov, de 72 años, azerí natural de Bakú, exviceministro del Petróleo de la Unión Soviética y presidente y máximo accionista de Lukoil, emporio creado a partir de tres campos de petróleo caucásicos que le cayeron en las manos cuando la URSS se disolvió.

Su perfil no está completo sin su actual tribulación: es el quinto en la lista de oligarcas rusos principales señalados para la congelación de activos por la secretaría del Tesoro de Estados Unidos, van suspendiendo las importaciones de petróleo ruso sus principales clientes internacionales, boicotean sus gasolineras en Italia y en el este norteamericano... y en un solo día, el nefasto 24 de febrero, menguó en un 17% su fortuna, estimada por Forbes antes de la invasión de Ucrania en 24.900 millones de euros.

Empresario de élite

Un aficionado a los deportes de riesgo con ganas de apostar habría encontrado acciones de Lukoil a 7.025 rublos el 1 de febrero, día del pasado mes en que alcanzaron su tope en medio ya de una fuerte tensión sobre las firmas rusas por la inminencia de la invasión. Esa acción le hubiera costado 84,3 euros al cambio de ese día; hoy, esa misma acción cuesta 4.915 rublos, 34 euros al nuevo cambio desplomado de la moneda rusa.

El arriesgado inversor habría perdido un 40% de su apuesta. Otra gran pérdida cualitativa de grosor sufre ahora la fortuna de Alekperov.

La mañana del 24, tras iniciarse el ataque a Ucrania, Putin llamó a Alekperov a su presencia, junto con otros 12 oligarcas rusos.

Quizá se lo temió la mañana del 24 de febrero, cuando Putin lo llamó a su presencia. La agencia Tass refiere que 13 empresarios de la élite económica rusa acudieron ese día desde distintos puntos de Moscú a escuchar al dictador sus razones para invadir Ucrania.

Alekperov era uno de los insustituibles en la reunión, dado el carácter “paraestatal” que le atribuye el Tesoro norteamericano a empresas como su petrolera.

Dos días después de reunirse con Putin, mientras los misiles rusos estallaban en Ucrania y la amenaza de congelación de activos se reactivaba, y cuando ya no se podía calificar de relámpago la “operación militar especial”, el gran gasolinero tomó precauciones: a las 13:21 zarpó del puerto de Barcelona su yate de 70 metros de eslora Galáctica Super Nova. Hoy el buque, construido en astilleros de lujo holandeses en días de vino y rosas, reporta al sistema internacional de localización que está fondeado frente al puerto de Tivat, en Montenegro.

Negocio catalán

Dejó Alekperov el puerto de Barcelona, pero no del todo. En el Delta 1 luce el logotipo rojo de Lukoil su último gran negocio visible en España. Son 14 grandes depósitos, y otros 11 menores, capaces de guardar 350.000 litros de hidrocarburos en la calle Port de Lagos.

Los tiene Alekperov a medias con la petrolera española Meroil, en una firma mixta; se llama Meroil Tank y se registró hace ahora doce años en forma de sociedad limitada. Cada socio puso 50 millones de euros para construir los depósitos; los rusos, a través de Litasco, sociedad de trading con sede en Suiza. En abril de 2012, inauguraron Meroil y Lukoil lo que prometía ser gran hub petrolero del puerto barcelonés, con miras al Mediterráneo y el Norte de África. Dada su importancia acudió junto a Alekperov el entonces presidente de la Generalitat, Artur Mas.

Tanques de petróleo de Lukoil en Barcelona, construidos a medias con la petrolera catalana Meroil.

Tanques de petróleo de Lukoil en Barcelona, construidos a medias con la petrolera catalana Meroil. / El Periódico / google Earth

El hombre de Alekperov en Meroil Tank es un ingeniero, Nazim Suleymanov, al que el gobierno de Putin le dio el premio de Trabajador Petrolero de Honor en 2020. Se inició de hecho en la misma refinería de Bakú, en 1989, en la que se curtió su jefe. Algunas de las imágenes de la guerra que ahora sirven los telediarios le sonarán a Suleymanov, pues dirigió las instalaciones de Lukoil en el hoy asediado puerto de Odesa durante el año 2000.

Portavoces de la catalana Meroil, que preside José Luis Porte, aseguran que desde aquella inauguración por todo lo alto no ha habido más actividad en los tanques que la del almacenamiento, y que hoy en esos recipientes “apenas se guarda un 5% de hidrocarburo ruso”.

“Se construyeron para alquilar espacio de almacenamiento, y los rusos no gestionan, solo participaron en el capital”, asegura esa fuente, aunque en el consejo de la empresa mixta no se sienta un mero observador, sino el principal hombre de confianza del oligarca azerí para operaciones fuera de Rusia.

Amigo del rey y amigo de Lukoil

Artur Mas no es el único hombre influyente que ha conocido Vagit Alekperov en sus negocios en España. En diciembre de 2008, cuando Lukoil libraba un pulso con el Banco Santander, Caja Madrid, Calyon y CitiBank para subrogarse a un crédito por el que Sacyr tenía el 20% de la petrolera española Repsol, las reuniones más importantes no se celebraban en Madrid, sino en Londres.

El mismo amigo y mecenas mexicano del rey Juan Carlos medió para la entrada de Lukoil en Repsol

Y no solo porque allí tuviera residencia el oligarca ruso. También tiene su despacho el hombre que hacía de mediador entre la petrolera rusa, los bancos y la constructora: el financiero mexicano Allen Sanginés-Krause.

El mismo hombre que propició a Juan Carlos I algunos de sus retiros íntimos en Irlanda, el mismo que desaconsejaba al rey su relación con Corinna, el mismo que financió las tarjetas opacas que utilizaron el rey emérito y parte de su familia para todo tipo de gastos, era el pivote de las conversaciones de rusos y españoles.

Sanginés-Krause es uno de los agentes de las altas finanzas de Occidente con mejor agenda de oligarcas rusos. Se la hizo siendo el jefe para Rusia de Goldman Sachs, cuando el reinado de Vladimir Putin iniciaba su apogeo.

Lukoil  inversionista y ejecutivo ruso Nazim Suleimanov

El máximo ejecutivo de Litasco, instrumento inversor de Lukoil, Nazim Suleimanov. / El Periódico

La operación de toma del control de Repsol por Alekperov se frustró. Causaba entonces parecido recelo al Gobierno de España que el que, doce años después, empezó a levantar y levanta hoy otro movimiento del oligarca en la órbita de intereses estratégicos españoles.

Rusos por el norte, rusos por el sur: en mayo de 2020, Lukoil firmaba un MoU (Memorando de Entendimiento) con la firma pública argelina Sonatrach. Esa empresa es la que suministra gas sahariano a España. Es la misma firma que tiene firmado otro memorando de entendimiento con Repsol y otros dos socios occidentales para el proyecto Reganne Nord, que busca hidrocarburos y gas en 1.800 kilómetros cuadrados de desierto.

Era el mismo año en el que una invasión de Ucrania, una amenaza nuclear y un corte del suministro de gas ruso por el norte no eran concebibles, y el mismo en el que Lukoil volvía a mostrar su faceta de herramienta para el ejército de Putin. El 19 de octubre, Alekperov firmaba un acuerdo de cooperación industrial con Sergei Chemezov, otro oligarca, director de la corporación estatal rusa Rostec.

Se trata de uno de los mayores emporios militares del mundo. Chemezov manda en un conglomerado de 700 empresas de la industria de defensa rusa, entre ellas la legendaria fábrica de fusiles Kalashnikov, o la firma RH, fabricante de los helicópteros de ataque rusos que ven en la oscuridad, las aeronaves contra las que estos oscuros días de marzo apuntan sus lanzacohetes los soldados ucranianos, escondidos entre los escombros.