El Papa aboga por un salario universal y la reducción de la jornada laboral

El Papa Francisco ha reclamado "un salario universal, para que cada persona en este mundo pueda acceder a los bienes más elementales de la vida" y por "la reducción de la jornada laboral", como medida para un mayor acceso de todos al trabajo. "Este sistema, con su lógica implacable de la ganancia, está escapando a todo dominio humano. Es hora de frenar la locomotora, una locomotora descontrolada que nos está llevando al abismo. Todavía estamos a tiempo", aseguró el pontífice, en un mensaje con motivo del IV Encuentro Mundial de Movimientos Populares.

En su discurso de este sábado, el Papa subrayó la necesidad de cambiar el actual sistema socio-económico y pidió a gobiernos, políticos, empresas y líderes religiosos que ayuden en este objetivo. El religioso también aprovechó la ocasión para reclamar "la liberación de las patentes" de las vacunas contra el covid-19, la condonación de la deuda de los países pobres y el cese de la destrucción de "bosques, humedales y montañas", por parte de las grandes corporaciones extractivas; de la contaminación de ríos y mares, y de la intoxicación "de pueblos y alimentos".

El pontífice pidió a los gobiernos y políticos, que "trabajen por el bien común", se cuiden de "escuchar solo a las élites económicas" y "sean servidores de los pueblos que claman por tierra, techo, trabajo y una vida buena" y a los líderes religiosos que "nunca usemos el nombre de Dios para fomentar guerras ni golpes de Estado".

Solicitó asimismo que a los países poderosos que cesen las agresiones contra el sur global: "No al neocolonialismo", afirmó el religioso durante su discurso. En opinión del pontífice, es necesario un mayor compromiso de la ONU para resolver los conflictos internacionales porque "ya hemos visto cómo terminan las intervenciones, invasiones y ocupaciones unilaterales, aunque se hagan bajo los más nobles motivos o ropajes".

Movimientos sociales

En su discurso de este sábado, el Papa Francisco también se refirió a la importancia de los movimientos sociales a favor de los derechos humanos. Uno de los ejemplos que más destacó en su parlamento fueron "las protestas por la muerte de George Floyd". "Este tipo de reacciones contra la injusticia social, racial o machista surgen cuando se produce una herida de la dignidad humana, golpeada por semejante abuso de poder", afirmó.

Finalmente, el pontífice reclamó un esfuerzo global para construir un mundo mejor. Mencionó la necesidad de crear "medidas concretas que tal vez permitan cambios significativos", como "la integración urbana, la agricultura familiar, la economía popular. A estas, que todavía exigen seguir trabajando juntos para concretarlas, me gustaría sumarle dos más: el salario universal y la reducción de la jornada de trabajo".