Represión en Rusia

Despidos masivos de trabajadores del metro de Moscú simpatizantes de Navalni

Desde finales de abril, la dirección de la empresa presiona a numerosos trabajadores para que acepten "de mutuo acuerdo" la extinción de su contrato

La medida afecta a todas las categorías profesionales, desde maquinistas a porteros y podría alcanzar incluso a dos centenares de empleados

Una estación del metro de Moscú

Una estación del metro de Moscú / EFE / SERGEI ILNITSKY

Marc Marginedas

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El sindicato independiente del metro de Moscú ha venido denunciado en los últimos días una oleada de despidos fulminantes de decenas de trabajadores sin razón o motivo aparente. Las destituciones han seguido un patrón idéntico y han afectado a todas las categorías profesionales, desde maquinistas a vigilantes. Los afectados consideran que la medida constituye una represalia por haber expresado simpatía hacia el movimiento del opositor Alekséi Navalni o haber mostrado interés en acudir a las convocatorias del bloguero encarcelado.

"En todos los casos, el procedimiento ha sido el mismo: han sido convocados por su jefe, y se les ha comunicado la extinción de su contrato de mutuo acuerdo; aquéllos que no lo aceptaron, fueron despedidos alegando ausencia laboral no justificada", explica a través del teléfono Nikolái Gostev, presidente del comité sindical. Aunque su organización no se atreve a dar un número exacto de damnificados, medios como TV Dozhd han aventurado que la cifra real podría acercarse a los dos centenares.

"Es un procedimiento que no respeta la ley; a la gente se le está obligando a hacer cosas que no quiere hacer, se le está haciendo chantaje; algunos empleados que estaban de baja o de vacaciones, se han enterado de la noticia a través de internet", continúa. Según sostiene el responsable sindical, la mayoría de los que se han resistido al despido son "maquinistas", mientras que muchos de los "porteros, vigilantes de escalera mecánica, electricistas o instructores de maquinista" expulsados se han acogido finalmente a la terminación pactada de contrato. Pese a que existía la esperanza de que la difusión de la noticia por los medios de comunicación independientes acabase frenando los despidos, éstos han seguido produciéndose: "Hoy mismo ha habido casos", asegura Gostev.

Canalizar las demandas

El sindicato está canalizando todas las demandas hacia los órganos competentes del Estado. En algunos casos en los que ni siquiera al trabajador se le ha entregado el historial de empleo, la organización planteará recursos ante la fiscalía. La dirección sindical tiene la intención de organizar actos y convocar asambleas para hacer ruido y dar publicidad a sus protestas, aunque por el momento descarta convocar un paro laboral. "En Rusia, la huelga es el último recurso", concluye el líder sindical.

La represión en las empresas estatales de trabajadores de simpatías ajenas al Gobierno tiene un precedente este verano en Bielorrusia. Tras las elecciones parlamentarias, calificadas de "fraudulentas" por la oposición, muchos de los empleados que se declararon en huelga en solidaridad con la oposición fueron despedidos con argumentos similares como bajas laborales injustificadas.

Paradójicamente, el propio movimiento de Navalni podría haber facilitado, sin querer, la identificación de sus seguidores. La dirección en el exilio, encabezada por Leónid Volkov, instauró a finales de invierno, bajo el epígrafe de 'Libertad para Navalni', un registro de ciudadanos dispuestos a acudir a la última manifestación opositora, que tuvo lugar finalmente el 21 de abril. El demandante debía especificar en el momento de inscribirse una dirección de correo electrónico. La página web en cuestión fue pirateada, y en los días previos a la protesta, algunos inscritos recibieron emails amenazadores dirigido al email que habían introducido.