Barómetro político

Primera prueba en las urnas del 'superaño' electoral en Alemania

Baden-Württemberg y Renania-Palatinado celebran sendos comicios regionales que podrían suponer un castigo para la CDU de Merkel

Carteles electorales del primer ministro de Baden-Württemberg, Winfried Kretschmann, y el candidato del SPD, Andreas Stoch, en Stuttgart.

Carteles electorales del primer ministro de Baden-Württemberg, Winfried Kretschmann, y el candidato del SPD, Andreas Stoch, en Stuttgart. / RALPH ORLOWSKI

Andreu Jerez

Andreu Jerez

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Alemania tendrá el domingo su primer test del actual 'superaño' electoral. El país afronta un auténtico maratón en las urnas con unas elecciones federales como colofón en septiembre. Los estados federados de Baden-Württemberg y Renania-Palatinado son los primeros llamados a renovar los parlamentos de los que saldrán sus ejecutivos regionales y sus jefes de gobierno. Sin no hay sorpresas, los partidos actualmente en el poder volverán a imponerse en las urnas: los ecoliberales de Los Verdes en el estado sureño de Baden-Württemberg y los socialdemócratas del SPD en el vecino y occidental estado de Renania-Palatinado.

En Baden-Württemberg, Los Verdes del primer ministro Winfried Kretschmann -el único jefe de gobierno regional ecoliberal- podrían sacar hasta 10 puntos de diferencia a la CDU en el que un día fue un bastión democristiano. Kretschmann, de perfil conservador, ha demostrado que el programa ecologista de su partido no está reñido con el bienestar económico y ha ganado la mano claramente a los democristianos; la CDU podría cosechar el domingo su peor resultado de la historia en Baden-Württemberg. Kretschmann, que actualmente gobierna con los democristianos, podría además elegir a su futuro socio de gobierno y optar por una coalición alternativa con socialdemócratas y liberales del FDP dejando así fuera a los democristianos del Ejecutivo regional.

En Renania-Palatinado, las encuestas han dado un vuelco en las últimas semanas: el SPD, con su primera ministra Malu Dreyer en el poder desde hace ocho años, ha remontado en las proyecciones de intención de voto y podría imponerse a la CDU por tres o cuatro puntos de diferencia. Al igual que en Baden-Württemberg, los democristianos también podrían registrar el peor resultado de su historia en Renania-Palatinado. La primera ministra socialdemócrata Dreyer aspira renovar la coalición a tres bandas -con los liberales del FDP y Los Verdes- con la que actualmente gobierna.

'Maskengate'

Estas dos elecciones regionales difícilmente podrían llegar en un peor momento para la CDU de Angela Merkel: los conservadores se han visto salpicados los últimos días por varios casos de corrupción protagonizados por diputados federales de la CDU y de la CSU. Uno de ellos dimitió el pasado jueves por haber cobrado presuntamente comisiones del gobierno autocrático de Azerbaiyán a cambio de promover la imagen del país caucásico en Alemania; dos diputados más presentaron sus renuncias días antes por haber recibido comisiones de fabricantes de mascarillas a cambio de mediar a favor de la compra de sus productos. Este último caso, sobre el que todavía hay investigaciones y podría acabar con más dimisiones, ha sido bautizado como 'Maskengate'.

El neologismo amenaza con convertirse en una auténtica pesadilla para la unión conservadora de la CDU-CSU; sus dirigentes saben que las sospechas de corrupción, sumadas a las críticas por la gestión de la pandemia y al adiós político de Merkel al final de esta legislatura, podrían convertirse en un explosivo cóctel político que devuelva al partido a estar por debajo del 30% de intención de voto a nivel federal, donde estaba en febrero del pasado año antes de la llegada del coronavirus.

Por eso, el presidente de la CDU, Armin Laschet, insiste en leer las elecciones de este domingo en clave regional y no federal, con la esperanza de que la más que probable derrota no tenga impacto en las encuestas para las elecciones generales de septiembre. Laschet sabe que su pretensión de ser candidato a la cancillería corre serio peligro.