Relevo político

La CDU escoge al centrista Armin Laschet para pilotar la era post-Merkel

Con la elección del primer ministro de Renania del Norte-Westfalia, la formación conservadora apuesta por el continuismo con la herencia política de la cancillera

El congreso del partido evidencia la fuerte división interna entre los que defienden un centrismo estratégico y los que desean un giro derechista

Armin Laschet, nuevo presidente de la CDU alemana.

Armin Laschet, nuevo presidente de la CDU alemana. / HANNIBAL HANSCHKE / Reuters

Andreu Jerez

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La Unión Cristianodemócrata (CDU) apuesta por el continuismo. Armin Laschet, actual primer ministro del Renania del Norte-Westfalia y defensor de la herencia política de Angela Merkel, es el nuevo presidente de la CDU tras imponerse en el congreso digital del partido conservador culminado este sábado. El resultado tiene todavía que ser ratificado a través de correo postal por los 991 delegados que ejercieron su voto telemático en la segunda y definitiva vuelta. 

Laschet se impuso en la segunda ronda con 521 votos frente a los 466 de Friedrich Merz, enemigo histórico de Merkel que apuesta por un giro a la derecha del partido. Previamente, Merz se había impuesto a Laschet en la primera vuelta por sólo cinco votos -385 frente a 380- y al tercer candidato en liza, Norbert Röttgen, un outsider que sólo obtuvo 224 votos y quedó descartado en el primer corte.

División interna

"Les pido respaldo a aquellos que eligieron a otros candidatos para que podamos ir unidos a las próximas elecciones federales", dijo Laschet en un breve discurso como vencedor en un congreso atípico e histórico, el primero de un gran partido alemán celebrado de manera íntegramente digital en la historia de la República Federal, una circunstancia forzada por la pandemia.

La petición expresa del nuevo presidente democristiano deja en evidencia que la CDU sigue estando fuertemente dividida entre los que apuestan por el centrismo estratégico desplegado por Merkel y los que desean un giro derechista para tener un perfil conservador más claro e intentar recuperar así votos huidos a la ultraderecha de Alternativa para Alemania (AfD), que ha abierto un importante flanco electoral a la derecha de la CDU.

Candidatura a canciller

Queda por ver qué función pretenden asumir Merz y Röttgen dentro del partido en un superaño electoral como el 2021, en el que Alemania enfrenta cinco elecciones regionales y unos comicios federales previstos para el próximo septiembre. Estos supondrán el adiós definitivo de Merkel a la primera línea política.

La alianza de la CDU-CSU -los democristianos y sus hermanos socialcristianos de Baviera- todavía tiene que solventar además una cuestión fundamental para las elecciones federales: quién será su candidato a la cancillería, un nombre que no necesariamente tiene que ser el del nuevo presidente de la CDU. El primer ministro de Baviera, el socialcristiano Markus Söder, es de hecho el mejor situado actualmente en las encuestas de opinión. La CDU-CSU no tiene previsto despejar esa duda hasta la próxima primavera.

Derrota dolorosa

La derrota de Merz es especialmente dolorosa para aquellos sectores de las bases de la CDU que apuestan por un giro a la derecha en cuestiones como la política migratoria, la reducción de impuestos o la seguridad; es la tercera vez que el enemigo histórico de Merkel pierde un pulso por el liderazgo del partido.

Merz abandonó la carrera política hace más de una década tras perder ante Merkel en la lucha por hacerse con la presidencia de la fracción parlamentaria de la CDU-CSU en el Bundestag. En 2018, volvió a caer en un congreso de la CDU frente a Annegret Kramp-Karrembauer -la elegida como su sucesora por Merkel- por la presidencia democristiana. Y este sábado sucumbió nuevamente ante Laschet, el candidato de la continuidad merkeliana.

"Felicito al nuevo presidente de la CDU y me gustaría agradecer de corazón a los delegados por el apoyo. Ahora toca trabajar todos juntos en equipo por una CDU moderna y reconocible", escribió lacónicamente Merz en su canal de Twitter. La relativamente ajustada diferencia de votos entre Laschet y él -55 de un total de 1.001 delegados- deja en evidencia que la división interna del partido sigue siendo un hecho.

La sombra de Turingia

"Me di cuenta de que ya no tenía suficiente autoridad y apoyo para dirigir al partido sin que sufriese daños", dijo el viernes en su discurso de despedida la presidenta saliente de la CDU, Annegret Kramp-Karrenbauer. Se refería a la crisis de Turingia del pasado febrero, cuya sombra sigue marcando la política alemana: la federación de la CDU en ese estado federado votó entonces junto a la ultraderecha de AfD para elegir un candidato minoritario y alternativo al de los poscomunistas de la Izquierda, que había ganado las elecciones regionales.

Los democristianos de Turingia lo hicieron contra la voluntad de Kramp-Karrenbauer, que definitivamente tuvo que abandonar su misión de dirigir al conservadurismo alemán. "No se trataba de una cuestión regional, sino del alma de nuestro partido", dijo el viernes Kramp-Karrenbauer. La CDU tiene nuevo presidente, pero sigue sin resolver la división interna con la que tendrá que afrontar el fin de la era Merkel.