Partido bajo sospecha

Nueva dimisión en la CDU por un escándalo de corrupción

La bancada conservadora pierde a su tercer diputado en pocos días en vísperas de los comicios en dos estados, los primeros del 'superaño' electoral en Alemania

El partido ha dado hasta este viernes a las 18 horas para que sus parlamentarios expliquen si se han beneficiado de la venta de mascarillas u otros productos sanitarios

Angela Merkel en el Bundestag

Angela Merkel en el Bundestag / HAYOUNG JEON

Andreu Jerez

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Mark Hauptmann presentó este jueves su dimisión como miembro de la bancada conservadora de la CDU-CSU por acusaciones de corrupción. Sobre él pende la sospecha de haber recibido comisiones procedentes de Azerbaiyán a cambio de publicitar al país asiático como destino turístico en un diario regional del que es editor y de hacer lobismo a favor del Gobierno autoritario de Bakú en Alemania.

Hauptmann negó este jueves las acusaciones en una entrevista en exclusiva con el diario 'Die Welt'. "¿Por qué entrega usted entonces el acta de parlamentario?", le preguntó el periodista. Por el "acoso público" al que él y su familia están siendo sometidos, respondió el ya exdiputado.

La de Hauptmann es la tercera pérdida que sufre la fracción parlamentaria de la CDU-CSU en pocos días. El democristiano Nikolas Löbel y el socialcristiano Georg Nüsslein decidieron abandonar esta semana la fracción tras enfrentar acusaciones de haber recibido comisiones de fabricantes de mascarillas a cambio de mediar para la compra de sus productos. Al igual Hauptmann, Löbel ya ha renunciado al acta parlamentaria; el bávaro Nüsslein, no obstante, se resiste de momento a hacerlo y se limita a prescindir de una nueva candidatura al Bundestag en las elecciones federales del próximo septiembre.

Fecha límite

Puede que estas tres dimisiones no sean las últimas que sacudan a la unión conservadora en las próximas horas: la dirección de la fracción parlamentaria de la CDU-CSU ha puesto de límite hasta las 18 horas de este viernes a sus más de 240 miembros para que expliquen por escrito si se han beneficiado económicamente de la venta de mascarillas u otros productos sanitarios a raíz de la crisis generada por la pandemia.

La fecha y hora de ese límite no es casual: el próximo domingo están llamados a las urnas los estados federados de Baden-Württemberg y Renania Palatinado en los dos primeros comicios del 'superaño' electoral que enfrenta Alemania este 2021. El bautizado como Maskengate ya se deja notar en las últimas encuestas de intención de voto y difícilmente no pasará factura en las urnas al partido de Angela Merkel: la CDU apunta a perder frente a Los Verdes y los socialdemócratas del SPD en las dos citas electorales de este domingo.

"Estos casos aislados nos afectan a todos, nos enfurecen y nos avergüenzan", ha dicho el secretario general de la CDU, Paul Zemiak, quien reconoce que las acusaciones de corrupción suponen un serio daño para la imagen del partido democristiano. Entretanto, ya cursan en la prensa y las redes sociales las comparaciones entre el escándalo de financiación ilegal que ensombreció el fin de la era Helmut Kohl al frente de la CDU con los actuales casos de corrupción que están surgiendo en las filas conservadoras a las puertas del fin de la era Merkel. El nuevo presidente de la CDU, Armin Laschet, calificó este jueves esas comparaciones de "absurdas" e "inaceptables".

¿Problema estructural?

El semanario 'Der Spiegel', el primer medio alemán que destapó el llamado Maskengate, apunta que podría haber más casos de enriquecimiento a costa de la gestión de la pandemia en las filas parlamentarias conservadoras. En la oposición se multiplican las voces que denuncia un problema estructural de corrupción en la CDU-CSU.

La ultraderecha de Alternativa para Alemania (AfD) y los liberalconservadores del FDP -los dos partidos que más han criticado la gestión de la pandemia por parte de la Gran Coalición liderada por el partido de Merkel- se frotan especialmente las manos ante una posible sangría de electores de la CDU-CSU.

La oenegé LobbyControl, que lleva tiempo denunciando la falta de transparencia de los intereses privados de los diputados federales, ha aprovechado la actual coyuntura para criticar a la CDU por su falta de compromiso con reglas más claras y estrictas para evitar nuevos casos como el Maskengate. La organización demanda la creación de un registro público de lobis y un sistema que permita saber qué grupos de presión participaron la redacción de las leyes aprobadas por el Bundestag.