Marchas por la libertad

Un fotógrafo sirio, la última víctima de violencia policial en Francia

El fotógrafo sirio Ameer al-Halbi tras sufrir la agresión de la policía durante una manifestación el sábado en París.

El fotógrafo sirio Ameer al-Halbi tras sufrir la agresión de la policía durante una manifestación el sábado en París. / periodico

Irene Casado Sánchez

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Francia parece sumida en un círculo vicioso protagonizado por los excesos de las fuerzas del orden. Este lunes, la Fiscalía de París ordenó la apertura de una investigación por un presunto caso de violencia policial contra un fotógrafo de origen sirio. Ameer al-Halbi cubría la multitudinaria manifestación parisina contra el proyecto de ley de "seguridad global", destinado a impedir la grabación y difusión de imágenes de los agentes durante sus intervenciones, cuando recibió un porrazo en plena cara. La Inspección General de la Policía Nacional investiga ahora "las condiciones" en las que se produjo en incidente.

"Estamos conmocionados por las lesiones infligidas a nuestro colega Ameer al-Halbi y condenamos esta violencia no provocada", reaccionó este fin de semana Phil Chetwynd, director de información de la AFP. Según el responsable de la agencia francesa de noticias, el joven fotógrafo "ejercía su derecho legal como fotoperiodista cubriendo las manifestaciones en las calles de París […] y se encontraba con un grupo de compañeros identificados como periodistas", en el momento de los hechos.

Ameer al-Halbi abandonó Siria para instalarse en Francia hace tres años. En el 2017, recibió el segundo premio de la categoría "Spot News" del prestigioso concurso de fotografía World Press Photo por su cobertura de los combates en la ciudad de Alepo, en pleno conflicto sirio.

Indignación en la profesión

El joven de 24 años, colaborador habitual de la AFP y la revista Polka, relató a la agencia de noticias los detalles de la carga policial por la que acabó en el hospital con la nariz rota y una ceja abierta. Minutos antes del incidente, Ameer al-Halbi habría realizado varias "fotos de policías que estaban golpeando a alguien", en un minúsculo lapso de tiempo "la policía llegó y de repente me encontré en el suelo, no me di cuenta de lo que había pasado […] Creo que recibí un solo golpe", explica el fotógrafo, quien no llevaba su equipo de protección ya que fue requisado por la policía durante una manifestación de los "chalecos amarillos" por no tener "el carnet de prensa".

En un comunicado, el principal sindicato de periodistas de la AFP exigió "no sólo una disculpa de la policía, sino también del ministro [del Interior] Gérald Darmanin, que hasta ahora se ha contentado con fustigar a los autores de los ataques contra los agentes de policía".

El secretario general de Reporteros sin Fronteras (RSF), Christophe Deloire, también mostró su indignación a través de Twitter: "Toda nuestra solidaridad con Ameer al-Halbi. Estas violencias policiales son inaceptables. Ameer vino a Francia desde Siria para refugiarse aquí, al igual que otros periodistas sirios. El país de los derechos humanos no debe amenazarlos, sino protegerlos", escribió.

"La foto es lo único que no dejaré nunca"

Preguntado por el diario <em>Le Monde</em> sobre el incidente, Ameer al-Halbi asegura que las heridas de su rostro son lo de menos, "no presté atención a mi cara en ese momento […] Me dolió más por dentro, moralmente. Hay imágenes del pasado que regresaron", relata evocando sutilmente la guerra siria que vivió y documentó. ¿Dejará la fotografía tras este episodio? El joven fotógrafo no titubea: "La foto es lo único que no dejaré nunca".

Atrapado en una crisis política desencadenada por las derivas de las fuerzas del orden y las críticas al proyecto de ley de "seguridad global", el Gobierno de Macron decidió este lunes ceder ante la presión ciudadana: el controvertido artículo 24 del proyecto legislativo, destinado a proteger la imagen de las fuerzas del orden en detrimento de la libertad de expresión, será reescrito en las próximas semanas. En cuanto a la violencia policial, el ministro del Interior, Gérald Darmanin, negó ante la Comisión de Leyes de la Asamblea Nacional cualquier problema sistémico en el seno de las fuerzas del orden. A su parecer, las derivas autoritarias no afectarían más que a un par de manzanas podridas en el seno de la institución policial.