Snowden y su esposa solicitarán la nacionalidad rusa

<strong>Eduard Snowden</strong>, el exanalista de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense que hace siete años desveló al mundo los programas de vigilancia masiva que empleaba su organización, ha iniciado los trámites para solicitar la nacionalidad rusa junto con su esposa, Lindsay. La pareja, refugiada en Rusia desde el 2013, espera su primer hijo el mes próximo.

"Después de años de separación de nuestros padres, mi mujer y yo no tenemos ningún deseo de ser separados de nuestro hijo; por esta razón, en esta era de pandemias y fronteras cerradas, vamos a solicitar la doble nacionalidad ruso-estadounidense", ha anunciado Snowden en un tuit. "Lindsay y yo seguiremos siendo estadounidenses, y educaremos a nuestro hijo con todos los valores de la América que queremos, incluyendo la libertad de pensamiento; y espero el día en que pueda regresar a EEUU, y así la familia entera estará reunida", ha continuado. Por el hecho de nacer en territorio ruso, el primogénito de Snowden adquiere automáticamente la nacionalidad rusa.

Hace unos días, Anatoli Kucherena, el abogado ruso del analista informático, anunció a la agencia Interfax que el Servicio de Migración Ruso le había concedido la "residencia permanente".  La justicia estadounidense rcelama a Rusia la extradición de Snowden, al que acusa de espionaje y robo de secretos de Estado, lo que podria acarrearle una pena de 30 años de prisión. Por su parte, ha declarado que está dispuesto a regresar a su país de origen y afrontar las demandas de la justicia estadounidense cuando exista una garantía de que serña sometido a un "juicio justo".

Vida discreta

En Moscú, Snowden lleva una vida discreta. Escribe libros y trabaja como analista informático, ofreciendo videoconferencias sobre temas relacionados con las nuevas tecnologías y la posible intrusión del Estado en la vida privada de los ciudadanos gracias a ella. A diferencia de Julian Assange, otro denunciante, ha sabido mantener las distancias respecto al Estado ruso, pese a ser su huésped, llegando a criticar incluso las políticas del Kremlin en temas de derechos humanos. Hace cuatro años, en una entrevista con 'Financial Times', condenó la vigilancia del Gobierno ruso a sus ciudadanos, calificándola de "costosa y corrosiva para los derechos individuales", y denunció el 'hackeo' de los piratas informáticos rusos a las redes de seguridad de EEUU.