GUERRA EN ORIENTE PRÓXIMO

Trump abandona a sus aliados en Siria

Un soldado de EEUU saluda desde un vehículo blindado en una carretera que conduce a la ciudad de Manbij, al norte de Siria.

Un soldado de EEUU saluda desde un vehículo blindado en una carretera que conduce a la ciudad de Manbij, al norte de Siria. / periodico

Adrià Rocha Cutiller

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La decisión no fue para nada premeditada. Donald Trump y Recep Tayyip Erdogan hablaban por teléfono el pasado 14 de diciembre y el presidente estadounidense tenía previsto pedir a su homólogo turco que no cumpliera con sus amenazas, que, en contra de lo que había dicho, no atacase a los kurdos de Siria, los aliados de Washington en el país árabe.

Pero Trump tiene poco tiempo y mucho desdén para las recomendaciones de sus asesores, según se extrae de la filtración parcial de la conversación que hizo un miembro de su equipo. Erdogan lo aprovechó:

Erdogan: "Has dicho en muchas ocasiones que EEUU está en Siria para derrotar al Estado Islámico, y el grupo ha sido derrotado en un 99% de su territorio. ¿Por qué seguís ahí?".

Trump: "Señor Bolton [dirigiéndose a su asesor de seguridad, que participaba en la conversación telefónica], si lo que dice el presidente Erdogan es cierto, ¿por qué seguimos ahí?".

Bolton: "Es cierto, pero todo nuestro equipo de seguridad está de acuerdo en que la victoria sobre el EI debe de ser algo duradero. No solo consiste en arrebatarle todo el territorio".

Bolton lo intentó, pero no pudo convencer a su jefe. Trump había tomado la decisión: Estados Unidos se retiraba de Siria. Sus 2.000 soldados y sus aviones de combate —una pieza clave en la lucha contra el EI— volvían para casa.

Traición

Su alianza, la de Estados Unidos con las YPG, las milicias kurdosirias del noreste del país árabe, ha durado cuatro años y ha servido, entre otras cosas, para garantizarles una autonomía de facto a los kurdos de Siria y arrinconar a Estado Islámico.

Ahora, los yihadistas están atrapados en una zona de pocos kilómetros al sureste sirio, en la localidad de Abu Kemal. Allí, los combates entre miembros de las YPG y el EI aún siguen. El grupo yihadista ha sido diezmado, pero sigue con vida. Su líder, de hecho, sigue en Abu Kemal, escondido.

Así, los kurdos ven el abandono de Trump como una traición a todos estos años de camaradería. Han perdido a sus protectores: "Estados Unidos siempre los ha considerado una variable de ajuste. Lo que vieron como sus mejores intereses valió más que el apoyo a los kurdo"», explica Didier Billion, especialista del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas en París.

Otros expertos incluso consideran que la marcha de los aviones estadounidenses de Siria puede significar, en un no muy largo periodo de tiempo, un resurgimiento territorial del Estado Islámico. En la actualidad, el grupo cuenta aún con algunos miles de yihadistas en el país árabe, en Abu Kemal y también en otras regiones, donde se ocultan  en células durmientes. Con el viento a favor, podrían levantar sus armas de nuevo.

Celebraciones

Hay, sin embargo, quien vitorea la decisión poco meditada de Trump. El presidente ruso, Vladímir Putin, y el sirio, Bashar el Asad —que espera retomar el control de toda Siria—, por supuesto, celebraron las palabras del mandatario de EEUU. Pero sin duda, el que más satisfecho debe de estar es quien las provocó: Recep Tayyip Erdogan.

Turquía, en la actualidad, controla tres zonas en el norte de Siria —Azaz, Jarabulus y Afrín, arrebatadas a las YPG, a las que Ankara considera terroristas por sus vínculos con la guerrilla del PKK—, y el presidente turco quiere más. Ha amenazado en muchas ocasiones, pero hasta ahora, su freno había sido siempre la presencia de militares y bases estadounidenses. En 100 días, según Trump, estos se habrán marchado: Erdogan tendrá vía libre.

Y hay más: en su conversación telefónica, Trump pidió al dirigente turco que fuese Ankara quién acabase definitivamente con el EI. Erdogan aceptó. Las YPG, enemigas de Turquía, tiemblan.