REIVINDICACIÓN CUMPLIDA

El Papa hace santo a Arnulfo Romero, "la voz de los sin voz"

El Papa, vitoreado ante una foto de Romero.

El Papa, vitoreado ante una foto de Romero. / periodico

Rossend Domènech

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Óscar Arnulfo Romero, “la voz de los sin voz”,  obispo de El Salvador asesinado el 24 de marzo de 1980 por 200 dólares por los 'escuadrones de la muerte' durante una dictadura (1980-1992) apoyada por EEUU, ha recibido finalmente justicia, si no civil, por lo menos religiosa. Este domingo, el papa Francisco le ha proclamado santo frente a unos 10.000 peregrinos después de “haber sido difamado, calumniado, enlodado”, según dijo el mismo Pontíficie del obispo cuando, en el 2015, viajó a El Salvador.

El proceso hasta llegar a su canonización ha durado muchos años porque una parte de la institución católica se oponía a ensalzar a un obispo considerado de izquierdas (eran los años de la llamada Teología de la Liberación) y amado por todo el pueblo salvadoreño. Durante la dictadura, sus sermones eran retransmitidos por altavoces por toda la capital. “Si me matan, resucitaré con el pueblo salvadoreño”, afirmaba.

Pablo VI, también santo

Estaban presentes en el ceremonia la reina emérita Sofía de España y los presidentes de Italia, Chile, El Salvador y Panamá. Junto con Romero se ha santificado también al papa Pablo VI, considerado como el timonel del Concilio Vaticano II (1962-1965), que transformó una anquilosada Iglesia católica hacia la modernidad. Fue también el Papa que escribió la encíclica 'Humanae Vitae', que prohibió los anticonceptivos a los católicos. El mismo que años después dio el visto bueno para la construcción de una mezquita en Roma, la mayor de toda Europa. Pero se le recuerda más por la continuidad que dio al Concilio Vaticano II y por haber empezado a viajar regularmente por el mundo.

El Concilio había sido inaugurado por su predecesor, Juan XXIII, que murió tras la primera sesión, habiendo sufrido antes innumerables ataques internos por la decisión de llevar a unos 3.500 obispos a Roma a debatir sobre el papel de la Iglesia católica en el mundo contemporáneo. “Gastó su vida para el Evangelio de Cristo, traspasando nuevas fronteras y tranformándose en testigo del anuncio y del diálogo”.

Nuevos beatos

Junto con ellos, el Papa también ha proclamado beatos –un eslabón más bajo de los santos- a la madrileña Nazaria Ignacia March, fundadora (1926) de la congregación de las monjas misioneras cruzadas de la iglesia, cuyo objetivo fue el servicio a los pobres y la promoción de la mujer. “Es una santa sin tibieza”, dijo el Papa. Son ya beatos también el napolitano Vincenzo Romano, que lideró la reconstrucción de la ciudad tras la erupción del Vesubio en 1794; la alemana María Cterina Kasper, que dedicó su vida a las clases sociales más bajas, y el joven Nunzio Sulprizio. “Estos santos han traducido durante su vida y en contextos distintos la palabra (el Evangelio) sin tibieza, sin calculos, con el ardor de arriesgarse”, valoró el papa Francisco.