Juncker convoca una minicumbre balcánica por los refugiados

El llamamiento lanzado por el presidente esloveno, Borut Pahor, el martes obtuvo este miércoles una reacción inesperada por parte del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, que anunció la convocatoria de una minicumbre sobre refugiados para este domingo en su cuartel de Bruselas a la que están invitados los líderes de los países de los Balcanes occidentales más Alemania, Austria, Bulgaria, Grecia, Hungría, Rumanía y el enésimo afectado por el cierre de fronteras, Eslovenia.

La cita tiene un objetivo: acordar medidas operativas conjuntas que puedan activarse de forma inmediata para evitar el descontrol de decisiones unilaterales de los estados miembros que han terminado pasando factura a sus vecinos. Este es el caso de la alambrada instada por Hungría, con Serbia y ahora también con Croacia, que ha llevado a los refugiados a adaptarse y buscar rutas alternativas a través de Croacia y Eslovenia, desbordando a ambos gobiernos. «En vista de la situación de emergencia en los países a lo largo de la ruta de los Balcanes occidentales se necesita una mayor cooperación, más consultas y una acción operativa inmediata», sostiene Juncker.

Juncker también ha cursado la invitación al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, al comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados así como a responsables de la oficina europea de apoyo al asilo y la agencia Frontex. Aunque la decisión de convocar una especie de minicumbre invade en cierta forma las competencias de Tusk, su portavoz aseguró ayer que el dirigente polaco saluda la iniciativa, destinada a resolver «cuestiones urgentes», aunque de momento no confirma si participará o no.

Mientras tanto, el goteo de reubicaciones de refugiados llegados a Italia y Grecia continúa. Tras un primer grupo de 19 eritreos, la UE repartirá ahora otras 68 personas entre Finlandia y Suecia. Hasta ahora, según la Comisión Europea, hay nueve países que han notificado su disposición a acoger refugiados, entre ellos España, con un total de 704 plazas. Una cifra insuficiente a todas luces si los Veintiocho quieren cumplir con el pacto que cerraron en septiembre de reubicar hasta 160.000 personas en dos años.

En Eslovenia, el descontento entre los miles de refugiados que han llegado en su ruta hacia el norte de Europa aumentó este miércoles por la lentitud de los trámites para proseguir su viaje en un país desbordado, que el martes movilizó al Ejército para ayudar a controlar la marea migratoria. Desde el sábado, cuando Hungría selló su frontera con Croacia, unos 21.500 migrantes y refugiados, de ellos 8.000 solo el martes, han llegado a Eslovenia, un país de apenas dos millones de personas.

BAJAS TEMPERATURAS

El éxodo no parece detenerse y muchos refugiados apretaban este miércoles el paso para llegar a su destino predilecto, Alemania, antes de que el invierno y las bajas temperaturas hagan la travesía mucho más difícil. La frustración de los refugiados por los intentos de las autoridades eslovenas de registrarlos se tradujo en varios incidentes. En el primero, unos mil refugiados rompieron el cordón policial en el centro de acogida de Sentilj, cerca de la frontera con Austria, y emprendieron su camino al país vecino.

En otro centro de acogida, en Brezice, cerca de la frontera con Croacia, un incendio quemó 27 de las 46 tiendas de campaña instaladas para acoger a los refugiados. Ellos mismos iniciaron las llamas para protestar contra el procedimiento burocrático y por el trato recibido, con escasez de comida, agua y mantas para luchar contra el frío.

Precisamente, Médicos sin Fronteras (MSF) denunció este miércoles la desprotección de miles de refugiados bloqueados en los Balcanes y reclamó la «urgente puesta en marcha» de medidas de protección de mujeres embarazadas, niños y personas mayores, «expuestos al frío y la lluvia en unas condiciones que ponen en peligro sus vidas», alertó MSF.