Revelaciones de Wikileaks

Estados Unidos espió a los presidentes Chirac, Sarkozy y Hollande

Hollande convoca una reunión del Consejo de Defensa tras las informaciones publicadas en la prensa

De izquierda a derecha, Jacques Chirac, Nicolás Sarkozy y François Hollande.

De izquierda a derecha, Jacques Chirac, Nicolás Sarkozy y François Hollande. / periodico

EVA CANTÓN

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Estados Unidos espió regularmente entre el 2006 y el 2012 a los tres últimos presidentes franceses --Jacques Chirac (1995-2007), Nicolas Sarkozy (2007-2012) y François Hollande (en El Elíseo desde mayo del 2012), así como a ministros, altos funcionarios, parlamentarios y diplomáticos galos, según los documentos de la Agencia Nacional de Seguridad norteamericana (NSA) desvelados este martes por Wikileaks, Libération y Mediapart.

François Hollande ha convocado a primera hora de este miércoles un Consejo de Defensa, al que acuden normalmente el primer ministro y, al menos, los titulares de Interior y Asuntos Exteriores, para evaluar el alcance de las informaciones difundidas por la prensa.

Los informes se centran no sólo en las comunicaciones de los sucesivos presidentes sino también en la de los embajadores franceses en Washington Además, detalla los números de teléfono de los asesores del Elíseo e incluso el teléfono directo del presidente. El espionaje al Gobierno francés se habría dilatado durante una década.

Aunque el contenido de las conversaciones confidenciales vigiladas por la NSA no ofrece grandes sorpresas, sí pone de relieve la cantidad de información sobre las más altas instituciones del Estado francés a la que los servicios secretos norteamericanos han podido acceder.

Calificados de ‘top secret’, los documentos resumen las charlas de diferentes miembros del Gobierno francés sobre temas relevantes, como la crisis financiera internacional, la crisis de deuda griega, el futuro de la Unión Europea, las relaciones entre el Gobierno de Hollande y el de Angela Merkel, los esfuerzos de los franceses por influir en la lista de dirigentes de la ONU, la implicación francesa en el conflicto palestino o las diferencias entre Francia y Estados Unidos a cuenta, precisamente, del espionaje norteamericano.

Así, por ejemplo, menciona que Sarkozy se consideraba en 2008 como el “el único hombre capaz de resolver la crisis financiera” o que era “la primera vez que Estados Unidos no actuaba como un líder en la gestión de una crisis mundial y que sería Francia quien lo haría”.

Otro documento, fechado el 22 de mayo del 2012, tres días después de que Hollande accediera al poder, habla de la voluntad del nuevo presidente de reunirse con la oposición alemana para tratar la eventual salida de Grecia de la zona euro, una información que la NSA obtiene gracias a una conversación entre el jefe del Estado y su primer ministro de entonces, Jean-Marc Ayrault.

La Casa Blanca ha asegurado que “no tiene en el punto de mira y no las tendrá las comunicaciones del presidente François Hollande”, sin aclarar si habían sido pinchados en el pasado los teléfonos de los sucesivos inquilinos del Elíseo. 

“Trabajamos estrechamente con Francia en todos los temas de dimensión internacional y los franceses son unos socios indispensables”, ha señalado Ned Price, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional (CSN).

“Métodos inaceptables”

Por su parte, el ex presidente Nicolas Sarkozy ha denunciado “métodos inaceptables, en general, y sobre todo entre aliados”, según han declarado a medios franceses miembros de su entorno. 

La vigilancia de la que han sido objeto los jefes de Estado franceses se une a la de la cancillera Angela Merkel y otros miembros del Gobierno alemán, que salió a la luz en el 2013 provocando la apertura de una investigación oficial sobre la colaboración de los servicios secretos germanos con sus homólogos del otro lado del Atlántico.

Sin embargo, a diferencia del caso alemán, el espionaje a Francia demuestra que Estados Unidos controlaba las llamadas de ministros y dirigentes franceses por razones no sólo políticas o diplomáticas sino también económicas.

En la página web de Wikileaks, su fundador, Julian Assange, anuncia más revelaciones en un futuro próximo. “El pueblo francés tiene derecho a saber que su gobierno y sus representantes están sujetos a una vigilancia hostil por parte de un supuesto aliado”, dice.