Cumbre decisiva en Bruselas

Cameron, más solo

El primer ministro británico promete llevar hasta el final su oposición a Juncker aunque ya es cuestionado en su propio país

David Cameron.

David Cameron.

BEGOÑA ARCE
LONDRES

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«Aislado», «debilitado», «humillado». Así llega hoy a Bruselas David Cameron, según los comentarios de la prensa británica, que vaticinan una catástrofe. El primer ministro ha puesto un empeño suicida en bloquear el nombramiento del luxemburgués Jean-Claude Juncker como candidato del PPE a la presidencia de la Comisión Europea. Una batalla perdida que, a pesar de ello, promete «llevar hasta el final», tal y como repitió ayer en la Cámara de los Comunes.

Cameron se ha cerrado en banda a cualquier discusión. Ni siquiera ha querido escuchar algunas ofertas conciliatorias para que Gran Bretaña decidiera el puesto que querría tener en la Comisión Europea o designara sus prioridades en los próximos años. Los esfuerzos diplomáticos por ayudarle a salvar la cara han fracasado.

Impedir la elección de un federalista como Juncker, demasiado arcaico, según el líder británico, para hacer reformas que la UE necesita, es «una cuestión de principios». Una cruzada en la que se ha quedado casi solo. Si en algún momento creyó contar con Polonia como un firme aliado, está semana ha conocido, en el más claro de los lenguajes, lo que el ministro de Exteriores de ese país piensa de él.

En una conversación grabada en secreto, el polaco Radoslaw Sikorski criticó «la incompetencia» y los «errores de cálculo» de Cameron al lidiar con los asuntos europeos, tal y como demostró cuando «la jodió con el pacto fiscal». Su estrategia de ceder terreno por las presiones en casa de los euroescépticos «se está volviendo en su contra», indicó Sikorski. «Lo que debe hacer es decirles que se jodan. Pero él hace concesiones a quienes le están poniendo en un aprieto».

Los apoyos que esperaba reunir para boicotear a Juncker se han esfumado. Su empeño por forzar al resto de los líderes a votar la designación ha creado aún más tensiones. La medida no tiene precedentes y, si se produce, es muy posible que Cameron pierda 26-2 con el único apoyo del primer ministro húngaro, Viktor Orban. «No será un drama si Juncker es elegido sin el voto unánime de todos los Estados miembros. Con la mayoría cualificada basta», declaró ayer la cancillera Angela Merkel.

Postura inflexible

Algún diplomático en Bruselas ha sugerido que «Cameron no parece tener una estrategia ante lo que va a ocurrir el viernes». Las conversaciones mantenidas hasta ahora, incluida la reunión relámpago el lunes en Londres con el presidente del Consejo, Herman van Rompuy, «no han sido constructivas», añade la misma fuente. En consecuencia, llega al Consejo «sin ofrecer una vía de salida, lo que hace las cosas muy difíciles».

Cameron espera que su tajante oposición le revalide y fortalezca a los ojos de los votantes británicos, tentados por el populista y antieuropeo UKIP, que en las pasadas elecciones europeas y locales logró un gran avance. La mayoría de los ciudadanos comparte, según los sondeos, su postura inflexible.

El luxemburgués tampoco es del agrado del resto de los partidos. Sin embargo, incluso dentro del Gobierno, se teme que la batalla contra Juncker concluya con una pérdida de influencia del Reino Unido en la UE. «La forma en que se ha hecho, desgraciadamente, no ayuda a Gran Bretaña a aumentar su peso en Europa», ha declarado el ministro liberaldemócrata para los Negocios, Vince Cable.