Tomarse la justicia por la mano

Alarma en Argentina ante la proliferación de linchamientos en medio del debate sobre la modificación del Código Penal

ABEL GILBERT / Buenos Aires

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Un carterista intentó robarle la cartera a una señora en un elegante barrio de la ciudad de Buenos Aires. Cuando quiso huir, el adolescente fue interceptado por un testigo. De inmediato, unas 20 personas rodearon al ladronzuelo y se turnaron para pegarle hasta desfigurarle el rostro. En la calle quedó un gran charco de sangre. No fue el primer linchamiento en el espacio público.

Días antes, en la ciudad de Rosario, otro cleptómano de poca monta tuvo menos suerte y murió de tantos golpes recibidos por una turba. Hubo, en la escena del crimen más de 50 personas descargando su furia. Allí, en Rosario, la ciudad de Leonel Messi, se reportaron otros casos de palizas similares. La divulgación en las redes sociales de estos actos de "tomarse la justicia por la mano" ha provocado conmoción en Argentina en momentos que el Gobierno y sus opositores discuten acaloradamente un proyecto de reforma del Código Penal. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner advirtió sobre los peligros de las "voces que traen deseos de venganza" y llamó a la calma.

"Cuando alguien siente que su vida no vale más de dos pesos para el resto de la sociedad, no le podemos reclamar que la vida de los demás valga para él más de dos pesos", dijo. Fernández de Kirchner recordó que "todo lo que genere violencia, trae más violencia, se espiraliza".

La presidenta dijo que "la inclusión" y no la represión "es el gran articulador social". Y esa inclusión, añadió, "no solo se refiere a los pobres y a los negros (como despectivamente se le llama a los argentinso que provienen del interior' ".

Alarma

Los episodios han encendido la luz de alarma. No faltan los analistas que alertan sobre la posibilidad de que recrudezcan. En septiembre último, un tribunal bonaerense absolvió a cuatro personas por la muerte a palazos y patadas de un adolescente de 15 años, al que atraparon cuando intentó robarse un auto con una pistola de plástico. "Como quienes lo golpearon eran más de cincuenta, y ningún testigo accedió a identificarlos, los jueces concluyeron que no podía establecerse sin lugar a dudas que los responsables fueran los cuatro que lo habían tumbado y aferrado al piso", reportó el diario Página 12. 

Los linchamientos tienen como trasfondo el debate sobre la reforma del Código Penal. Los adversarios del kirchnerismo aseguran que modera las penas contra los delincuentes. El Gobierno sostiene que la oposición, y los medios enfrentados con Fernández de Kirchner, no solo distorsionan el contenido del proyecto sino que generan un estado de pánico en la sociedad.

La gravedad de los recientes hechos obligó a Sergio Massa, líder del peronismo disidente y adalid de la "mano dura" contra la delincuencia a condenar los linchamientos. No obstante, consideró que la decisión de tomarse la justicia por la mano irrumpe porque hay "un Estado ausente"."Una sociedad debe vivir con reglas claras y con un sistema de premios y castigos, donde la mano de la ley proteja a los que quieren vivir en paz", dijo.

De acuerdo con el último Informe Regional de Desarrollo Humano (IDH) elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en Argentina tienen lugar 973 asaltos cada 100.000 habitantes. Solo Colombia tiene números peores. El documento, titulado Seguridad Ciudadana con rostro humano: diagnóstico y propuestas para América Latina, refleja, sin embargo, que Argentina tiene, junto con Chile, una de las tasas de homicidios más bajas de la región (5,8 asesinatos cada 100.000 habitantes).